Ainhoa Arteta: "Es un disparate que Aragón no tenga una orquesta sinfónica pública»

La soprano vasca encabeza el cartel de una 'Carmen' semiescenificada que se presenta este viernes en el Auditorio de Zaragoza

Ainhoa Arteta vuelve a cantar hoy en el Auditorio de Zaragoza, en una 'Carmen' con la Orquesta Reino de Aragón.
Ainhoa Arteta vuelve a cantar hoy en el Auditorio de Zaragoza, en una 'Carmen' con la Orquesta Reino de Aragón.
Guillermo Mestre

Vuelve a Zaragoza Ainhoa Arteta y lo hace con una ‘Carmen’ semiescenificada que se representa este viernes (19.30) en el Auditorio de Zaragoza. Junto a ella, José J. Tomé, Ángel Ódena, Maite Alberola,  Mikel Zabala, Beatriz Gimeno, Marta Heras, Jorge Tello y Stefan von Korrch. La dirección musical del espectáculo corre a cargo de Ricardo Casero, al frente de la Orquesta Reino de Aragón. Participan también el Coro Amici Musicae, dirigido por Igor Tantos, y el Coro de Voces Blancas Amici Musicae, dirigido por Isabel Solano. Las entradas se agotaron hace semanas.

¿Qué tal está Ainhoa Arteta? Hasta ahora 2024 le ha traído una agenda llena de actuaciones, pero en febrero tuvo que ser sustituida cuando iba a protagonizar ‘Diálogos de carmelitas’. 
Como todo el mundo sabe, hace dos años y medio estuve a punto de morir y acabé con una grave lesión en la cuerda vocal derecha, que me obligó a pasar por el quirófano. Hubo un momento en que pensé que quizá no volvería a cantar, pero durante más de un año acudí periódicamente a una fisioterapeuta vocal en Múnich y todo acabó bien. Lo que ocurrió con los ‘Diálogos de carmelitas’ es que yo acababa de cantar ‘Madame Butterfly’ y regresé a mi casa en Madrid. No había calefacción y cogí un catarro tremendo que me duró 15 días y me dejó sin voz. Tuve que abandonar esa ópera, que es una de las que más me gusta hacer porque se canta poco. Pero fue un simple catarro, del que me recuperé, y Ainhoa Arteta lleva varias semanas ‘a full’. Cuando estaba aún en proceso de recuperación, cantaba y al día siguiente tenía que descansar; ni siquiera hablaba. Ahora canto todos los días y no me canso. Mi idea para la próxima década es hacer tres óperas al año y luego muchos recitales.

Vuelve a Zaragoza con uno de sus papeles favoritos, el de ‘Carmen’. 
Siendo aún muy niña, sin saber lo que era la ópera, mi padre me regaló mi primer disco, una ‘Carmen’ interpretada por Maria Callas. Fue la primera vez que escuché ópera en mi vida, y me gustó tanto que recuerdo que la cantaba y bailaba por los pasillos. Por eso, ahora que mi padre cumple 90 años, quería darle una sorpresa y volverla a cantar. Y Zaragoza es una casa a la que quiero mucho. El Auditorio, además, es uno de los mejores de Europa.

No es un papel que encaje del todo en su tesitura. 
Cuando empecé yo era soprano ligera, pero la voz evoluciona con los años. El papel es para mezzosoprano o para una soprano lírica o lírico dramática, y mi voz está evolucionando hacia ahí. Una soprano, para interpretarlo, necesita tener graves y poseer una buena formación técnica, porque en algunas arias, como la ‘de las cartas’, no tiene donde ‘esconderse’. Pero creo que siempre he tenido ese rol dentro de mi ADN. 

Es un papel temperamental, muy de interpretar. Usted estudió varios años en el Actor’s Studio de Nueva York. 
Me fui a Estados Unidos sin saber inglés y casi con una mano delante y otra detrás. Y tuve la suerte de estudiar en el Actor’s Studio, sí, con un profesor que aplicaba el sistema Stanislavski. Entonces era algo raro para una soprano, pero ahora parece que se empieza a dar la importancia que tiene a la formación actoral de un cantante lírico. Esto no consiste en subir y cantar, no es ponerle voz a una partitura. Aún veo a jóvenes que se suben al escenario sin las armas adecuadas para defender un papel. Saber interpretar es importantísimo, como lo es el respirar. Pero todos los instrumentistas de viento reciben clases para respirar y en canto no siempre es así. Y es importante porque nosotros también somos instrumentos de viento: saber administrar el aire es básico.  

¿No le atrae la enseñanza?
Estoy todavía en carrera y es muy difícil compaginar la docencia con el escenario. En el futuro me gustaría abrir una escuela de canto de alto rendimiento, pero de momento me tengo que conformar con alguna ‘masterclass’.

La soprano Ainhoa Arteta, en su camerino del Auditorio de Zaragoza.
La soprano Ainhoa Arteta, en su camerino del Auditorio de Zaragoza.
Guillermo Mestre

¿Es consciente de que no todo se puede enseñar?
El canto es algo concreto pero, a la vez, abstracto, porque la morfología de cada uno es distinta y lo que siente uno por dentro cuando canta también. Cantamos más por sensaciones que por sonidos. Y luego está el ‘duende’, que ese no se aprende; para poder ‘trasmitir’ sobre un escenario tienes que sentir el papel.

¿Qué proyectos tiene? 
Yo estoy pensando constantemente en qué cosas se pueden hacer que no se hayan hecho hasta ahora. Y tengo un proyecto que me apasiona y del que no voy a decir nada para que no me lo copien. También tengo una tarea pendiente, y es hacer un recital de canciones infantiles, que hay muchas y muy divertidas, de compositores como Montsalvatge. Ya lo he hablado con Ágatha Ruiz de la Prada para el vestuario. Se trata de que los niños vayan con sus padres al teatro o al auditorio y al salir no sepan que han acudido a un recital de música clásica. El respeto a la música clásica lo deben tener quienes la interpretan. El público debe perderle el miedo porque la música, toda la música, es sentimiento. 

¿Qué le ha parecido la Orquesta Reino de Aragón?
Estupenda. Los intérpretes son jóvenes pero tienen un talento increíble.

Nació por iniciativa privada. No ha habido manera de que saliera adelante un proyecto de orquesta sinfónica pública en Aragón.
Me parece un auténtico disparate que Aragón no tenga una orquesta sinfónica pública. Ya dijo Bismarck que somos el país más fuerte del mundo porque llevamos siglos intentando destruirnos y no lo hemos conseguido. Todavía no hemos entendido de verdad que solo con nuestra historia, nuestro patrimonio, nuestros teatros y auditorios, que yo he actuado en 137, nuestra gastronomía y nuestro clima, podríamos ser una potencia económica. No tengo nada contra el turismo de chancleta, pero me duele que no aprovechemos nuestra riqueza cultural.

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