Santi Balmes: "Zaragoza me suena a Amaral, Bunbury y El Niño Gusano"

El cantante de Love of Lesbian ha presentado en la Feria del Libro su nueva obra, 'Un día en mi cabeza'. 

Santi Balmes, en la Feria del Libro de Zaragoza.
Santi Balmes, en la Feria del Libro de Zaragoza.
Javier Cebollada/Efe

Santi Balmes, cantante de Love of Lesbian, ha presentado su libro 'Un día en mi cabeza' en la Feria del Libro de Zaragoza, donde antendió a numerosos fans en busca de su dedicatoria. El intérprete demostró su cariño y referencias musicales de la capital aragonesa. 

¿Cómo es un día en su cabeza? ¿Hay más rutina y agenda o libertad y reflexión?

Es una continua lucha. En mi día a día tengo la sensación de matar marcianos que están a punto de comerte, como si fuera una partida. Las urgencias del día a día impiden dedicar tu tiempo a aquello de índole más creativa. Sigo teniendo que encontrar el momento y día adecuado para tener ese espacio porque siempre estoy invadido, como la mayoría de la gente.

¿A qué suena firmar en Zaragoza?

Quizás sonaría 'La mujer portuguesa' de El Niño Gusano, 'Son mis amigos' de Amaral o el disco 'Pequeño' de Bunbury. Zaragoza siempre ha sido una tierra amiga para mí. Creo que es uno de los primeros donde tocamos, en La lata de bombillas. La relación que tenemos con la ciudad es casi del pleistoceno (risas). Era uno de los focos de posibilidad de que un grupo indie pudiera darse a conocer.

La mayoría de pensamientos son respuestas a los estímulos, pero... ¿Cree que hay tiempo suficiente para pararse y pensar?

Cada vez menos. La pandemia del siglo XXI es que estamos siendo invadidos continuamente por un cóctel de información en el que se mezcla un bombardeo donde mueren niños a la última gracieta de un perro chihuaha mordiéndole el dedito a su dueña. Todo sucede en la misma línea del tiempo y te deja un poco aturdido. Creo que vivimos en la época más dispersa jamás habida en la historia de la humanidad. Va a más y se está generando una especie de movimiento inverso de regreso a todo lo orgánico que lo estoy empezando a detectar en la gente joven.

Entonces, ¿cómo se debe parar?

Tiene que haber otra velocidad de pensamiento, como la de leer en papel o escuchar un disco. Tiene que haber un regreso a una velocidad más humana porque en estos momentos todo tiene la misma importancia y no hay jerarquía de prioridades. Tampoco se le dedica tiempo a qué vas a ser cuando seas mayor. Hay muchos estímulos, pero pocos son provechosos.

¿Le genera respeto que esto sea así y que, afecte, por lo tanto, a la memoria colectiva del futuro?

Con la avalancha de información se está perdiendo la catalogalización. A mí no me extrañaría que dentro de veinte o treinta años alguna persona joven llegara a pensar que The Beatles y Oasis fueron contemporáneos. Es posible que exista esa manera de percibir los hechos históricos de una manera muy desvalijada. Es caldo de cultivo para que el político sea más efectista y cuyos argumentos sean los más sencillos de leer hasta por una persona que no haya leído un libro jamás.

Reflexiona desde el humor, ¿es su mejor herramienta para hablar de temas importantes?

Hay un punto de rechazo a la reflexión seria porque, en cualquier caso, la primera pregunta que se hace el lector es "y tú quién eres para dar tu opinión de esta manera". Hay una sensación de rechazo ante una opinión aunque sea versada y emitida por una persona catedrática en Historia. Hay una sensación de rechazo a la jerarquía del conocimiento y un cierto orgullo. Todo se desvanece cuando entras con el humor, que te permite que todos se relajen un poco más y algo rebote en ti una vez hayas dejado el chiste atrás. Creo que el humor permite llegar más a la esencia de lo que se quiere decir.

¿Y qué ha aprendido?

Es como intentar atrapar en el tiempo un momento muy fugaz de tu vida y ver lo intenso que puede llegar a ser. Olvidamos tantísimas cosas de nuestra vida que vamos dejando atrás y luego con un álbum de fotos haces el parón. Realmente, es como una documentación de que en realidad tenemos que ir eliminando, por desgracia, cosas que nos han ido pasando a lo largo de un día o de un tiempo. Hay cosas que vivimos que no recordamos. También me quedo con que cada día es diferente y con haber superado un reto creativo que me había impuesto sobre cuánto jugo le podía sacar a 24 horas. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión