El Kanka: "El asunto del artista inalcanzable me da pereza, prefiero tirar de cercanía"

El malagueño toca este próximo sábado en el festival Bosque Sonoro de Mozota, en una noche que también espera a Rocío Márquez, Bronquio y Depedro, entre otros

El Kanka, a finales del pasado abril, en Menorca.
El Kanka, a finales del pasado abril, en Menorca.
Arquimbau/Efe

 Juan Gómez Canca es El Kanka en el mundo de la música. Malagueño de pro, quinta del 82, artesano de canciones con alma, lleva algo más de tres lustros de carrera y su popularidad no es solo espiritual: ‘Canela en rama’, el tema más popular en Spotify con su firma, roza los 32 millones de reproducciones. El próximo sábado comparte cartel, entre otros, con el dúo formado por Rocío Márquez y Bronquio y el simpar Depedro en el festival el Bosque Sonoro de Mozota (Zaragoza).

"Estoy bien, el año del parón fue bonito, a medio camino entre lo estratégico y lo emocional –confiesa el artista, en alusión al ‘stop’ radical que anunció en diciembre de 2021–, porque veníamos haciendo muchísimos conciertos, una barbaridad, y venía muy quemao, ya sin ganas de cantar ni de nada. La pandemia, lejos de cortar la cosa, funcionó al revés; casi fue a más, porque mi proyecto es versátil. Puedo ir con banda o yo solo con la guitarra".

Dos parones muy diferentes

Lo que se dice cantar sí había cantado, y mucho, durante los 50 días de confinamiento en 2020, alimentando a diario su Youtube. En el 2022, la situación era otra, y también las metas. "Parecía buena cosa que nos echaran un poco de menos, así que pensamos en grabar disco y recuperar las ganas. Ya anduvimos de gira en 2023 y ahora estamos acabando el paseo. En estos días andamos por Colombia, luego vamos al Bosque Sonoro en Mozota, al lado de Zaragoza, y seguiremos todo el verano. Luego, a parar, y acabaremos con una fecha en Madrid para diciembre".

En el formato con el que llegará a Mozota, la gente elige el repertorio. El Kanka y su banda, mientras tanto, ya piensan en aumentarlo con un nuevo disco que grabarán en 2025. Todo natural, sin artificio, como siempre. "Con la gente suele haber conexión, pero eso se trabaja. Uno va avanzando en la vida, en su carrera, y decide cómo quiere que sea su proyecto; pude haber tomado la decisión de expresarme de otra manera, y también hubiera estado bien, pero me ha resultado más natural ser eso, natural. El asunto del artista inalcanzable me da pereza; he ido construyendo el proyecto rompiendo las barreras con el público, prefiero tirar de cercañía. Eso ayuda a tener los pues en la tierra".

El Kanka, un tipo que transmite alegría y bonhomía y varias ‘ías’ nada artificiales, de las buenas, advierte que la la vida tiene sus días grises. "El imaginario simbólico del Kanka está más relacionado con la felicidad y el amor, pero obviamente no estoy siempre alegre, he tenido mis desengaños. Lo que pasa es que aunque parta de un momento bajo o una circunstancia jodida, una injusticia, mi forma de ver la vida y componer tira hacia lo constructivo. Por ejemplo, si hablo de mi ansiedad, lo haré desde un punto de vista reconfortante, no me recreo en lo chungo. Es al mismo tiempo algo natural y una decisión meditada, soy de abrir puertecitas a la esperanza en cualquier situación".

El cliché del andaluz

Que no esté todo el día con un chascarrillo en la boca o la guasa andaluza en la cabeza (además, es más gaditana que andaluza, la guasa), no impide al Kanka disfrutar de un buen chiste, o uno terrible de los que hacen reír de puro malos. Como decía el filólogo Manuel Alvar, "los tópicos no sirven sino para enturbiar las aguas", tampoco en este contexto. "Me gustan los chistes malos y cortos, pero también los elaborados.Es más: para mí resulta fundamental en mi vida y en las vidas de los seres humanos un buen chiste malo, pero muy bueno. Soy de abrazar las tontadas".

El Kanka maneja otros tópicos con habilidad. "No soy futbolero, pero hice el himno del 120 aniversario del Málaga con todo el cariño. No andamos bien, pero nos quedan los recuerdos europeos y volveremos". A los espetos de su tierra, siempre ‘espetaculares’, no les hace un quiebro. "Me encantan. Estoy enamorado de mi ciudad y sus cosas, la añoro aún más desde que me fui de allá, y va para 16 años. Vuelvo a menudo a ver a mi hermana y mis amigos. A Banderas no lo conozco, pero me gustan las cosas que está haciendo por la ciudad, está muy implicado y me parece un gran tipo, que quiere mucho a Málaga. Ya sabes que mi tierra es un poco surrealista, muy punk diría yo, y lo que me toca de eso es algo que no puedo ni intento evitar".

El Kanka no ha sucumbido a los cantos del sirena del cine o la televisión, tiene mirada periférica en el tema de la creación y un referente musical en la cacereña Plasencia. "Me han tirado alguna vez los trastos; de momento no me veo, pero no digo nunca jamás. Lo que sí me ha gustado siempre es dibujar, aunque no he desarrollado ese talento: a lápiz no se me da mal la cosa, pero no lo veo como un camino profesional. La música es tan completa que me llena del todo. Bueno, hay una excepción, porque la cocina es arte y ahí si te tengo que decir que doy pasos firmes. Me defiendo con los espetos claro, pero mi receta favorita es la que aún no he hecho, la que saldrá un día de inventar e investigar. Ah, y tengo un sueño:cantar un día con Robe, o coincidir y charlar con él; me he emocionado siempre en sus conciertos".

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