FERIA DEL LIBRO DE ZARAGOZA. 8. OCIO Y CULTURA

Julieta París: "Hay mucho ego. Si nos paramos y miramos al espejo nos encontramos con Dorian Gray"

La psicóloga y antropóloga zaragozana, instalada en Gerona, publica 'El poder de la mujer despierta' sobre el amor, el duelo, la soledad y la vida

Julieta París es psicóloga y antropóloga y estuvo en las Olimpiadas de Pekín.
Julieta París es psicóloga y antropóloga y estuvo en las Olimpiadas de Pekín.
Oliver Duch.

«Soy de aquí, de Zaragoza toda la vida, pero por circunstancias personales me fui a vivir a Gerona en 2012 y allí tengo mi consulta. Tengo un hijo de once años. Soy psicóloga y trabajo como psicoterapeuta. Hago mindfulness, meditación, muchos talleres». Así se retrata Julieta París (Zaragoza, 1976), que hoy firma en Antígona, por la tarde, de 18.00 a 21.30, en la Feria del Libro.

Además de todo eso es antropóloga, ¿no?

Sí, trabajo mucho lo que es la piscología arquetipal, más ‘junguiana’. Hago una psicoterapia muy profunda, trabajo con adultos. Y también tengo una especialización, que era por la que más me conocían aquí en Zaragoza, que es la psicología deportiva. Por esa profesión estuve en las Olimpiadas de Pekín.

Ese apellido da a entender que tiene que ver con los París.

Mi padre, Carlos París, es entrenador de atletas, y Fernando, que ha tenido numerosos cargos, es mi tío. Como ve, somos una familia muy vinculada al deporte. Por eso el libro tiene un lenguaje muy simbólico y directo todo el rato.

"No es un libro de autoayuda, me interesan mucho los símbolos y las historias humanas. A los profundos, les parezco superficial; a otros les parezco muy honda. Pero intento ser coherente con mis sentimientos y mis conocimientos"

Perdone. ¿Tiene que ver su libro con el fenómeno del 'Me Too'?

Cero pelotero. Estoy muy alejada del feminismo radical. ¿El título? Yo sentía que tenía que ser este como homenaje a la cantidad de pacientes mujeres que he tenido en los 22 años que llevo ejerciendo. Una de las grandes sorpresas que me está dando el libro es que lo están leyendo muchos hombres y está gustando. Vamos por la segunda edición. Habla de la humanidad, del duelo, el amor, de la muerte, de la traición…

¿Qué ha pasado en estos 22 años? ¿Qué ha visto?

He visto muchísima resignación, veo mucha, mucha soledad mal llevada y veo que bastantes mujeres, sobre todo, se olvidan de ellas mismas. Hay como un trastorno no identificado, porque no existe como tal, que yo llamaría ‘Nostalgia de uno mismo’.

Explíquenos eso, por favor.

Cuando hay una nostalgia de uno mismo se sufre y, claro, la realidad vivida desde ahí es un despropósito.

¿Por qué somos extraños de nosotros mismos?

Hay mucha prisa, mucho automatismo, vivimos en una sociedad muy focalizada en el hacer y en el tener. Y no en el ser y en el contemplar, que es donde está la vida. Y luego hay palabras que son esencialmente humanas, como humildad y belleza, y han desaparecido, las hemos convertido en algo rocambolesco y vaciado de su sentido.

Ahora casi está mal visto ser humilde, ¿no?

Yo por humildad entiendo a la capacidad de aprender de todo en cada momento. Para mí la humildad no es que no hablemos de uno mismo, sino tener la curiosidad de poder aprender de cada persona con la que hablamos. Hay mucho ego, vivimos en una sociedad muy narcisista, y eso es lo que explica que cuando nos paramos y nos miramos al espejo nos encontramos a Dorian Gray.

Bonita frase, pero da miedo...

Disculpe: es mi primer libro e intento ser honesta. No es un libro de autoayuda, me interesan mucho los símbolos y las historias humanas. A los profundos, les parezco superficial; a otros les parezco muy honda. Pero intento ser coherente con mis sentimientos y mis conocimientos.

¿Cómo surgió el libro?

Siglantana es una editorial modesta y muy profesional. Yo solía escribir mis reflexiones en Instagram, frases, aforismos, pensamientos, conclusiones de mi trabajo, y eso les interesó. Sé que soy muy visual, que le doy mucha importancia a la imagen. Me leyeron y me pidieron un libro. En el fondo, llevaba meses dándole vueltas en mi cabeza. Soy una gran lectora: me gustan autores como Joseph Campbell, Mircea Eliade, Victoria Cirlot, las novelas de Vernon Lee. Soy fanática de Atalanta, Acantilado y el sello argentino El Hilo de Ariadna.

"Hay mucha prisa, mucho automatismo, vivimos en una sociedad muy focalizada en el hacer y en el tener. Y no en el ser y en el contemplar, que es donde está la vida. Y luego hay palabras que son esencialmente humanas, como humildad y belleza"

¿Qué hizo?

Lo primero que les propuse fue el título, ‘El poder de la mujer despierta’. Lo tenía claro, y a la vez me preocupaba que se interpretase como una frase de empoderamiento femenino, que no lo es, pero sentía que era una carta de gratitud a mis pacientes, a los que visto volver a su ser; de ahí que el subtítulo sea, ‘Un invitación para recordar volver a la vida’. Y también es, literalmente, vivir con los ojos abiertos. También tenía clara la primera frase: «Todos tenemos una vida nueva a una decisión de distancia». Esa frase lo engloba todo. Cada microdecisión del día nos abre una posibilidad a una vida nueva.

¿Se la aceptaron?

Costó, costó. Es un libro sobre la infidelidad, el amor, la menstruación, la maternidad, la menopausia, la vulnerabilidad y el duelo.

¿Qué es lo que da el mayor indicio de nuestra fragilidad?

La consciencia de la muerte. Todas las vidas son infinitas, menos una, la nuestra.

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