El Real Madrid celebró el pasado domingo 2 de junio por todo lo alto la conquista de su decimoquinta Liga de Campeones. Un itinerario que comenzó en la catedral de La Almudena, que continuó en la sede de la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento, para culminar en un baño de masas en la plaza de Cibeles y, finalmente, en un abarrotado estadio Santiago Bernabéu. 

En esta última escala, tuvo un papel destacado el aragonés Miki Nadal. El presentador y actor fue, una vez más, el maestro de ceremonias de la gran celebración blanca. Micrófono en mano, fue el hilo conductor de un emotivo acto que se prolongó por espacio de más de una hora. 

De hecho, Nadal ya estuvo en el coliseo madridista en la víspera, para animar al público que llenó el campo para ver en unas enormes pantallas la retransmisión del partido entre el Real Madrid y el Borussia de Dortmund. Sus cánticos y consignas alimentaron la previa del choque entre los seguidores. Se vivieron instantes tan intensos como cuando las miles de gargantas presentes, con Nadal al frente, entonaron el himno de la Décima. 

Un día después, el zaragozano regresó al estadio para dirigir la fiesta con los jugadores, el cuerpo técnico y la afición. Fue el feliz intermediario. En primer lugar, fue presentando uno a uno al técnico y a los futbolistas para que el Bernabéu aplaudiera a sus ídolos. Fue especialmente cariñoso con Toni Kroos, que se retira del fútbol y del Real Madrid en la cima profesional más absoluta. 

Acto seguido, Nadal fue cediendo el micrófono a los jugadores para que se dirigieran a los aficionados. Y volvió a aparecer en el centro de la acción cuando sonó de nuevo el himno de la Décima y conminó a los jugadores para que lo cantaran a pleno pulmón. La fiesta fue total y los fuegos artificiales fueron el colofón para esta celebración con acento aragonés. 

En los últimos tiempos Miki Nadal se ha convertido en un fijo en las celebraciones madridistas, como ya sucedió en 2022, tras la conquista de la decimocuarta Copa de Europa en París contra el Liverpool.