Más de 300 fotos, dibujos y planos rescatan la historia "olvidada" de los pueblos de colonización
La exposición, que se puede ver hasta el 21 de julio en la Diputación de Huesca, repasan este complejo proceso que se desarrolló a mediados del siglo pasado llegando a levantar casi 300 pueblos, 30 de ellos en Aragón.
Desde Ontinar del Salz (1944) hasta Orillena (1966), el Instituto Nacional de Colonización levantó en todo Aragón una treintena de nuevos pueblos de los cerca de 300 que se construyeron de la nada en toda España, movilizando a 60.000 familias hacia el medio rural para ampliar la superficie de terreno cultivable. Una historia "frecuentemente olvidada" que se vuelve a rescatar en la sala de exposiciones de la Diputación Provincial de Huesca hasta el próximo 21 de julio.
Unas 300 fotografías, dibujos, planos y documento descubiertos en archivos históricos como los del Banco de España o el Ministerio de Agricultura, además de entrevistas a colonos y especialistas, relatan este complejo proceso que han estudiado durante ocho años los arquitectos gallegos Ana Amado y Andrés Patiño, comisarios de esta muestra organizada por la Fundación ICO, en colaboración con la propia DPH, la Fundación Cerezales Antonino y Cinia y el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia.
Ambos llegaron a visitar siete de los pueblos de colonización de Aragón: San Juan del Flumen, Sodeto, El Temple, San Jorge y Valfonda de Santa Ana, en la provincia de Huesca; y Ontinar del Salz y Sancho Abarca, en la de Zaragoza. "Algunos de ellos nos resultaron muy sorprendentes", han reconocido.
La arquitectura se adaptó a cada zona geográfica del país. Así, José Borobio fue "el gran arquitecto de la colonización" en Huesca, cuyos pueblos se caracterizaron, entre otras cosas, por las tonalidades parduzcas de las construcciones o la conformación de los campanarios de las iglesias con aparejo de ladrillo visto, "algo muy escaso en el resto de España".
Debido a la escasez económica de la época, se emplearon criterios de construcción sostenibles con materiales como la piedra y la mampostería de una piedra local. Las cubiertas también eran cerámicas y el conjunto de huecos eran sensiblemente más pequeños que en los pueblos del sur de España con espesores de muros muy singulares.
Del Alto Aragón, los comisarios también destacan las "impresionantes" infraestructuras hidráulicas como el canal de Monegros, el embalse de la Sotonera o la acequia de San Jorge, que formaron parte de los 11.000 kilómetros de canalizaciones que se construyeron junto a estos pueblos.
Por su parte, Lucinio Muñoz, director de la Fundación ICO, ha recalcado que la muestra es "algo más que una exposición de arquitectura" y ha animado al público a visitarla porque "tiene una excelente selección de material, es esclarecedora sobre una historia muy sorprendente, entretenida, emocionante por la evocación del pasado y estimulante ya que nos hace reflexionar".
Y Carlos Sampériz, diputado de Cultura, ha valorado la valentía de los miles de colonos "que lo dejaron todo para empezar una nueva vida empezando de cero dentro un movimiento migratorio sin precedentes". Una experiencia que conoce muy bien ya que en el municipio del que es alcalde, Grañén, hay dos pueblos de colonización, Curbe y Montesusín.
Como cada exposición de la Diputación de Huesca, incluye un amplio programa didáctico que se adapta a las necesidades de los diferentes públicos, con visitas guiadas para grupos (Primaria, Secundaria, Bachillerato, además de otros colectivos) o actividades para familias y niños los días 15 de junio y 13 de julio, y visitas guiadas para público general los días 9 y 16 de junio y 14 y 21 de julio. Para participar así como para obtener más información, pueden contactar con el teléfono 636527037 o en el correo electrónico didactica@dphuesca.es.
