Concierto de Taylor Swift en Madrid: lentejuelas, muchas pulseras y un 'outfit' "único" por cada fan

Los asistentes al concierto pasan horas en las colas para conseguir el mejor sitio y, así, poder ver a la estadounidense en el primero de sus dos conciertos españoles

Concierto de Taylor Swift en Madrid: la cantante estadounidense desata la locura en el estadio Santiago Bernabéu
Dos fans en las inmediaciones al Santiago Bernabéu 
JUANJO MARTIN

La expectación era máxima, los nervios palpables. Era una tarde "para la historia", llena de gritos, lentejuelas, botas de 'cowboy' y muchos brillos. Los aledaños del Santiago Bernabéu fueron inundados por los 70.000 'swifties' que iban a cumplir uno de sus sueños: estar en un concierto de quien es ahora una de las personas más influyentes no solo en el mundo musical sino también, para muchos, en todos los aspectos de su vida.

Los datos hablan por sí solos y las horas en la cola, a pesar de los más de 30 grados que registró Madrid este miércoles, no pesaban para ver a su "diosa". Desde las 6.00 o incluso desde hace unos días. Nada importaba para dar su apoyo a Taylor Swift, que este jueves volverá a llenar el Bernabéu y regará Madrid de millones y millones de euros en una gira histórica.

Todo sacrificio vale para verla. "Llevamos horas y aunque el calor es fuerte, el 'outfit' era fundamental", explica una seguidora de la cantante ataviada con un mono rosa y decenas de lentejuelas en la cara. Y es que aunque el concierto comenzaba a las ocho de la tarde, desde primera hora de la mañana Taylor Swift, a través de sus seguidores, estaba presente en el entorno del coliseo blanco.

"Vine con mis amigas esta mañana temprano porque vamos a pista y no nos queremos perder nada", añadía esta fan mientras se abanicaba con una estampa con la cara de Taylor, a quien sigue desde que era pequeña -ahora tiene 22- y nunca imaginó verla en Madrid, y menos en el Santiago Bernabéu, templo de su equipo favorito. "Aquí se juntan mis dos mundos". Pero mientras los minutos pasaban y cada vez estaba más cerca que Taylor comenzara su espectáculo de más de tres horas, las caras de alegría y los nervios iban en crecimiento.

Gritos, aplausos cada vez que la cola avanzaba y muchos vasos de agua. Aunque si algo predominaba entre los 'swifties' era el intercambio de pulseras de la amistad. Cerca de la entrada al metro, por donde llegaron la mayoría de seguidores por las restricciones de tráfico en la zona, el intercambio no cesaba. Entre medias, dos chicas intentaban vender dos entradas porque dos de sus amigas no podían acudir. Las vendían al mismo precio que la original -389 euros- pero no había suerte. "Todos los que están tienen sus entradas", cuentan estas dos chicas.

Desesperación

Aunque no son las únicas. Otra, a pocos metros del estadio, ofrece una entrada por 800 euros, 300 euros más que el precio por el que las compró. Niega, aun así, que sea para hacer negocio. Y aspira, no obstante, a venderlas. Y es que las preguntas son constantes, aunque la decisión final no llega. Laura, junto a su hija de 16 años, busca una entrada a la desesperada. Incluso van preparadas y con el 'outfit' correspondiente por si suena la flauta. "Es la desesperación, pero pagaríamos lo que sea necesario", prosigue quien asegura que si no consigue hoy una entrada "fiable" volverá este jueves para intentarlo.

Mientras, el intercambio de pulseras no cesa cuando tan solo queda una hora para la cita. Además de este complemento fundamental para un buen 'swiftie', los pañales también llegaron al Bernabéu. "El pañal te protege", grita un hombre con uno puesto y con una bolsa de pañales en la puerta 25 del estadio. La gente le aplaude. Todo por ver a Taylor. Todo, como explica, para no perderse un espectáculo "único" tras más de trece años sin pisar España. "Esto es un repaso a toda sus etapas, es decir, es un repaso a mi vida", continúa una seguidora de 16 años procedente de Bilbao acompañada de su madre y cuatro amigas más.

Europa Press

A las ocho, el Bernabéu retumba. Su moderna infraestructura tiembla ante los gritos de quien dentro disfruta de la estadounidense y fuera, le siguen con aplausos, gritos y lágrimas de seguidoras que, aunque no la vean, dicen sentirse emocionadas de poder estar tan cerca. "No conseguí entrada, pero desde aquí escuchamos", cuenta Estefanía mientras suena 'Cruel Summer' que cantan centenares de personas agolpadas en los alrededores del estadio. Y es que no verla no importa para esta seguidora a la que le caen las lágrimas tan solo de escucharla. "Es una persona que me ha marcado en la vida y hoy, aunque no esté dentro, lo disfruto igual".

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