Sale a la luz un barrio hasta ahora desconocido de la Zaragoza islámica

Las excavaciones en un solar de la calle de José Luis Pomarón demuestran que en época musulmana la ciudad era más grande de lo que se creía

Aspecto que presentaba el pasado fin de semana el solar de la calle de José Luis Pomarón donde se está construyendo un bloque de pisos. A la derecha de la imagen, los restos arqueológicos.
Aspecto que presentaba el pasado fin de semana el solar de la calle de José Luis Pomarón donde se está construyendo un bloque de pisos. A la derecha de la imagen, los restos arqueológicos.
Heraldo.es

Las excavaciones arqueológicas en un solar de la calle de José Luis Pomarón de Zaragoza han evidenciado la existencia de un barrio de la ciudad musulmana cuya existencia no se conocía. Ya hace tiempo que se sabía que la ciudad musulmana no se reducía al perímetro amurallado de la ciudad romana, delimitado por el Coso (las excavaciones de hace años en el paseo de la Independencia fueron una prueba más), pero no se contaba con encontrar vestigios de poblamiento y urbanización de época musulmana a la derecha del Huerva. Las dimensiones de la Saraqusta islámica son aún objeto de debate entre especialistas, y la excavación viene a reafirmar la gran magnitud de la Saraqusta árabe y explica también por qué la mezquita mayor (en el lugar de la actual catedral de la Seo) llegó a medir 54 por 86 metros y fue una de las mayores de todo al-Andalus. La Saraqusta musulmana, Medina Albaida, la capital de la Marca Superior, fue una ciudad de grandes dimensiones, y la cifra de 50.000 habitantes que se le suele atribuir parece cada vez más escasa.

Las excavaciones se han realizado en un solar de unos 4.000 metros cuadrados donde la empresa Gestión Común está construyendo ya un bloque con 68 viviendas, 105 garajes y 69 trasteros. Como el solar no se encuentra dentro del perímetro del casco histórico, no era preceptivo realizar en él excavaciones arqueológicas.

Durante el vaciado del solar para la cimentación aparecieron restos humanos y la promotora de la obra la paralizó. Avisó a la Policía Nacional y, después de que esta descartara que se tratara de restos recientes, comunicó el hallazgo a la Diputación General de Aragón. La DGA, tras comprobar que los restos humanos eran antiguos, ordenó la realización de catas arqueológicas, que dieron resultados positivos.

La excavación está siendo dirigida (aún queda una pequeña zona por estudiar) por los arqueólogos José Luis Cebolla y Francisco Javier Ruiz. Son los mismos que, también en una promoción de Gestión Común, sacaron a la luz restos de tres mosaicos romanos en un solar de la plaza de Ecce Homo.

Los trabajos se iniciaron a principios de año, y ya a mediados de enero saltó la noticia: se habían encontrado más de una decena de tumbas fechadas en los siglos XI y XII, correspondientes a la época de la Zaragoza taifal, previa a la Reconquista. Los enterramientos seguían el patrón conocido en el universo funerario islámico: el cadáver se enterraba directamente en un hoyo, sin ataúd y orientado hacia la Meca.

La cifra inicial de enterramientos se ha incrementado notablemente. "Han aparecido unos 220", señalaba ayer Mario Sanz, director técnico de la promotora del edificio.

Vista general del solar, donde se está construyendo el bloque de viviendas. A la derecha de la imagen, algunos de los restos arqueológicos encontrados.
Vista general del solar, donde se está construyendo el bloque de viviendas. A la derecha de la imagen, algunos de los restos arqueológicos encontrados.
Heraldo.es

Además, se han encontrado vestigios de un lavadero del siglo XIX y de varias viviendas de época islámica (en una de ellas un arranque de escaleras, que demuestra que las casas de la época tenían al menos dos plantas). Buena parte de los vestigios aparecidos ya se ha desmontado.

Al parecer, estas construcciones corresponden a la segunda mitad del siglo XI y fueron abandonadas en el siglo XII, tras la reconquista de la ciudad. La necrópolis correspondería a este barrio.

Del solar de 4.000 metros cuadrados solo se ha excavado una parte porque, cuando se detectaron los huesos, ya se había profundizado en el subsuelo para la cimentación del nuevo edificio. Así que solo quedaba como territorio arqueológico fértil una franja de terreno que circunda el nuevo bloque de viviendas. Mario Sanz destacaba ayer que "todo lo que se ha hecho y se está haciendo cuenta con supervisión y permisos del Gobierno de Aragón. Se van solicitando permisos para cada parte que se está levantando".

Con permiso de la DGA

En los últimos tiempos la Saraqusta islámica ha dado grandes sorpresas a los arqueólogos. Hace ahora dos años, en un solar del paseo de María Agustín aparecieron vestigios de la muralla islámica que la DGA obligó a conservar.

La Dirección General de Patrimonio de la DGA, al contrario que en aquella ocasión, no ha considerado los restos con entidad suficiente como para dictaminar que se conserven. Fuentes del Gobierno de Aragón aseguraban este lunes que "en el solar de Pomarón todo lo que se está haciendo está documentado y con un control arqueológico severo".

"Desde la Dirección General de Patrimonio –añadían– se han emitido dos resoluciones para que se puedan extraer dos estructuras una vez que han sido excavadas y documentadas, tal y como se suele proceder en estos casos. Eso también permite ver qué hay debajo. En este sentido, lo último que se ha desmontado es un lavadero del siglo XIX. Todo se está haciendo muy controlado y con autorización de la Dirección General, como es habitual en trabajos de arqueología urbana".

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