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La larga travesía del 'Réquiem' de Mozart, que documenta Miguel Á. Marín, comenzó en Jaca

El musicólogo presentó este martes en Cálamo su monumental estudio sobre la obra inacabada del genio austriaco y su recepción en España en el siglo XIX.

Miguel Ángel Marín presento su monumental y elogiado trabajo sobre Mozart en la librería Cálamo.
Miguel Ángel Marín presento su monumental y elogiado trabajo sobre Mozart y su misterioso 'Réquiem' en la librería Cálamo.
Toni Galan

ZARAGOZA. Arropado por dos grandes de la música en España, los aragoneses Juan José Carreras López y Pablo L. Rodríguez, el musicólogo Miguel Ángel Marín presentaba ayer en Cálamo su libro ‘El Réquiem de Mozart’ (Acantilado), un volumen de 512 páginas que ya va por la segunda edición y que contiene muchas cosas. Dividido en cinco partes, y en 20 capítulos, contiene un exhaustivo y brillante prólogo de Carreras (“que leyó el manuscrito dos veces y lo enriqueció, y analiza el mito y la historia. Hubo un momento que pensé que me iba a eclipsar el libro”, dijo Marín con humor), un pormenorizado relato de la recepción de la composición en España y en Latinoamérica y, ya de paso, una fascinante historia cultural del siglo XIX. Pablo L. Rodríguez elogió muchos aspectos del libro, pero especialmente el carácter adictivo y atractivo de la escritura al servicio de “vehículo narrativo muy interesante”. Y recordó el vínculo que tiene su arranque con la película ‘Amadeus’ de Milos Forman.

Miguel Ángel Marín dijo que se había planteado muy en serio “para quién escribe uno”. “Creo que este es un libro que ofrece lecturas muy distintas. He intentado hacer un libro para tres tipos de lectores: que fuese un texto de interés para el melómano, de hecho podríamos decir que las 122 primeras páginas son una guía de audición; que fue un texto valioso para nuestros colegas musicólogos y, en tercer lugar, que sirviera para otros estudiosos, ni melómanos ni musicólogos o académicos, interesados en la historia de la cultura”.

Miguel Ángel Marín parece que lo ha logrado por completo. El libro ya va por la segunda edición. Antes de despiezar “la flexibilidad cameleónica de Mozart”, explicó que el principio de todo, de su carrera, está en Jaca. “Hice mi tesis sobre Jaca, un caso extraordinario, un sitio pequeño, periférico, alejado de todos los sitios de más difusión, y sin embargo perfectamente a la última, con un montón de música italiana, de ópera. El mayor fondo de música de Corelli está en Jaca. Por todos detalles hice sobre este asunto mi tesis doctoral, la hice con Juan José Carreras y con un profesor inglés. La hice en Inglaterra”. Y no deja de ser curioso que esa espiral de sonidos, investigación y clases (es catedrático en la Universidad de la Rioja), la empezase “con una beca de estudios altoaragoneses. Fue una decisión de supervivencia siendo estudiante pobre”

De ahí pasó al estudio de la música instrumental de Boccherini., Corelli, Haydn, en el siglo XVIII y, sobre todo, analizó la recepción y la llegada de los repertorios más canónicos o de mayor difusión en Europa. Ese universo lo acabó empujando hacia Mozart. En Pamplona, donde tienen un manuscrito singular, el ‘Réquiem’ se estrenó en 1844. “Como casi no sabíamos nada, me puse a trabajar y me di cuenta de que había un tema fascinante. Veo que hay versiones del ‘Réquiem’ por todas partes, por catedrales, incluida Zaragoza, donde hay tres en concreto, y en Huesca. Sí, en las grandes ciudades pero también en las pequeñas: Orihuela, Cervera, Olot, Mondoñedo, sitios muy pequeños, algunos no eran ni sedes catedralicias. El ‘Réquiem’ se interpreta y se estudia. Tiene una influencia extraordinaria”.

“Eso estaba ahí y también la idea gótica de Mozart componiendo la obra para su propio funeral. Está la idea del encargo anónimo y la de la obra inacabada. Se crea un relato, diríamos hoy, se crea una historia muy atractiva alrededor del ‘Réquiem’"

Marín explica por qué sucedió eso: “Cuando Mozart muere empieza a tener una gran difusión, pero sobre todo el peso singular, la razón de fondo, es que en torno al ‘Réquiem’, desde fechas tempranísimas, se empieza a crear un mito”. ¿Qué elementos impulsan ese despliegue imparable. Ahí están desde el hombre de negro, misterioso, que le encarga una misa de difuntos y le acucia más tarde para que la escriba. “Eso estaba ahí y también la idea gótica de Mozart componiendo la obra para su propio funeral. Está la idea del encargo anónimo y la de la obra inacabada. Se crea un relato, diríamos hoy, se crea una historia muy atractiva alrededor del ‘Réquiem’ que hace que sea una estrategia de márquetin descomunal. A partir de ahí se convierte en la obra de referencia para las honras fúnebres”.

Al final no solo se tocaba en las iglesias sino en conciertos más profanos, algo que le llevó a recordar a Pablo L. Rodríguez que Mozart, aunque había fallecido en 1791, a los 35 años, “es un compositor del siglo XIX” con un presencia apabullante en España, aunque nunca estuviera nunca en nuestro país, y el ‘Réquiem’ fue clave. Marín recordó que los últimos meses de Mozart fueron especialmente intensos: compuso ‘La flauta mágica’, ‘La clemencia de Tito’ y el ‘Réquiem’. Y se hicieron algunas conjuras: ¿qué habría pasado si Mozart hubiese vivido al menos tanto como su antagonista Antonio Salieri?

La llegada sigue viva. Y este libro es un gran ejemplo.

Miguel Ángel Marín en el centro durante el diálogo de presentación; a la izquiera Juan José Carreras, a su derecha Pablo L. Rodríguez.
Miguel Ángel Marín en el centro durante el diálogo de presentación; a la izquiera Juan José Carreras, a su derecha Pablo L. Rodríguez.
Toni Galan
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