Agustín Martín Chueca: "Reír es fundamental y, además siempre será mejor que llorar"

Agustín Martín Chueca (Zaragoza, 1972) es carpintero, ‘showman’ y humorista. Y es alguien que empuja el mundo a favor del cariño, la risa y aun la carcajada.

Agustín Martín Chueca se ha hecho muy popular con sus monólogos e imitaciones
Agustín Martín Chueca se ha hecho muy popular con sus monólogos e imitaciones
Francisco Jiménez

Lo vemos en la radio y en la televisión y le gustan la imitación, la broma, el disparate y la ternura a lo bravo. Es un humorista sencillo, pura humanidad.

¿De dónde viene Agustín Martín Chueca, qué debemos saber?Vengo del barrio de Las Fuentes donde nací y sigo viviendo, y de Tabuenca, el pueblo de mis cuatro abuelos y mis padres y donde crecí y pasé los veranos y los fines de semana.

¿Qué fue primero, el deseo de ser humorista o la carpintería?La carpintería, en la que sigo.

¿Qué significa para usted ser carpintero, qué le da ese oficio y qué le da usted?Es un medio para ganarme la vida desde hace 32 años; yo al oficio le he dado mi tiempo y poco más.

"En mi trayectoria son imprescindibles Luis Larrodera y David Marqueta, y en el humor, Javier Coronas, Andreu Buenafuente y Gomaespuma"

¿Cómo se fue materializando el deseo de ser humorista? ¿Se nace con el humor dentro o eso también se aprende y se depura?
Ya desde crío hacía muchas tontadas e imitaciones. Sí, fui el gamberro de la clase y del cuartel también. Luego ya lo vas mejorando y adaptando, claro.

¿Quiénes serían esos referentes esenciales de su trayectoria?Humanamente, mi padre sin duda. No hay un hombre más bueno en el mundo. En mi trayectoria son imprescindibles Luis Larrodera y David Marqueta, y en el humor, Javier Coronas, Andreu Buenafuente y Gomaespuma.

No está nada mal. Si mira hacia atrás, hacia tantas cosas que ha hecho, ¿de qué instantes o personajes se siente más satisfecho?En uno de los programas de ‘Que viene el lobo’ llenamos el plató con público venido de la asociación Atades y, en un receso, un chaval me abrazó y me dijo que el ratico que salía yo en la tele los jueves era el momento mas esperado por él porque se reía muchísimo y era feliz. Eso no hay dinero que lo pague. Aún me emociono al recordarlo. Ese es mi instante para siempre y siempre lo será.

Una de sus creaciones más perfectas y recordadas fue la de José Atarés, el exalcalde de Zaragoza. ¿Cómo lo creó, cómo lo observaba y qué pensaba él de su trabajo?Fue idea, cómo no, de Félix Zapatero. Yo hacia imitaciones, pero Félix insistió en algo mas próximo y local como el alcalde. Además, le daba el perfil, me dejé la barba, me puse una banda municipal y fue un éxito absoluto. A mi añorado Pepe, al principio no le hacía gracia, porque pensaba que era parodia de su política, pero luego vio que era muy humano, popular y coloquial (la que me dio con la reforma de Independencia...), que no había maldad política alguna. Vino al programa, salimos juntos y, a partir de ahí, digamos que refrendó mi imitación. En algún acto repetía lo de "zaragozanas y zaragozanos" y le decían: "Pepe, que eso lo dice Agustín". Compartimos almuerzos y amistad. Sentí mucho su pérdida y le echo mucho de menos. Era un tipo inolvidable y fue un gran político, dicho sea de paso.

Uno de sus dones, en un registro ingenioso y falsamente bruto, es el juego de palabras, la improvisación rápida.Con dos cervezas sí, pero no crea, soy muy de guion y de llevar las cosas preparadas. Mis amigos opinan lo contrario.

La gente me reconoce y recuerda siempre con cariño. ¡Cuantas veces después de 20 años me llaman "alcalde"! Yo contesto con un "¿qué pasa, zaragozano?"

¿Cómo es y ha sido su relación con el público?Magnífica, tanto en monólogos como en la radio y en la televisión. La gente me reconoce y recuerda siempre con cariño. ¡Cuantas veces después de 20 años me llaman «alcalde»! Yo contesto con un «¿qué pasa, zaragozano?» y la sonrisa les sale sola.

Uno de sus últimos trabajos, durante tres años, ha sido el de comentarista, en clave irónica, de Radio Calamocha. ¿Cómo valora la experiencia? ¿Cómo ve la política?Fue un lujo que José Luis Campos se acordara de mí y me encomendara ser el corresponsal de Zaragoza para la comarca del Jiloca. Semana tras semana les contaba en clave de humor las cosicas festivas y culturales de la capital aragonesa. ¿La política? Veo excesiva confrontación con el ‘y tú más’ por bandera. La veo muy degradada por no ceder de vez en cuando, muy muy polarizada y no me gusta esta deriva.


Suele ser una persona amable, bondadosa y directa. ¿Alguien se ha sentido herido por su espontaneidad, por decirlo así?
No, nunca jamás. Está mal que lo diga yo, pero jamás, ni en redes sociales, donde soy bastante activo. Nadie ha hablado mal de mí. Todo lo contrario, me tienen cariño. Afortunadamente, en mi vida los enemigos los cuento en unidad de cero, que dicen ahora los jóvenes. Tampoco me meto en broncas, claro.

¿Cómo anda la salud? Ha pasado períodos difíciles.Me pusieron una prótesis de cadera hará seis años y va perfecta, las rodillas me llevan a mal traer por la artrosis y algún que otro kilo que me sobra. Por lo demás, bien, sin entrar en detalles, que decía aquel. Mi mujer sí lo pasó mal, en diálisis hasta que fue trasplantada de riñón, y ya lleva 16 años con una vida normal. Fue difícil para todos, pero la donación y la sanidad publica son maravillosas como ve. Además, mi única hija es artista también. Lu Demie se hace llamar. No se la pierdan.

Todos tenemos sueños, afanes, quimeras. ¿Cuáles son los suyos como humorista, qué querría hacer?Yo no quiero hacer un monólogo en el Madison Square Garden. Yo quiero hacer un programa despertador en la radio, humor de aquí y música de aquí, donde se hable de aquí, de Aragón y de Zaragoza. Creo que conozco las claves y los tiempos de la radio y se me daría muy bien. Ah, y cobrando por una vez. Ese es mi sueño. Tengo hasta el nombre; no le digo más.

Después de tantas actuaciones, colaboraciones en radio y televisión, recordamos sus bromas y veras en Radio Zaragoza, por ejemplo, ¿se atreve a definir el humor aragonés?
No me queda otra que responder lo de la somardez, la exageración, la nobleza, la honestidad, llevar lo internacional a lo local, preguntar la evidencia, "¿ya habéis venido?", "¿te has caído?" y responder: "Sí pol haba", para decir que no. Si eso no es humor, ya me dirá.

"¿Definir el humor aragonés? No me queda otra que responder lo de la somardez, la exageración, la nobleza, la honestidad, llevar lo internacional a lo local..."

¿Cuáles serían sus dos mejores chistes?Chiste, como tal, no tengo ninguno, pero he hecho cuñas de radio inventadas, construyendo La Romareda por fascículos, y ahora van a hacer una mini Romareda portátil. Y también de un juego de ‘play station’ de "tiro de barra aragonesa pro evolution world tour". No me diga que no estaría bien. 

Luis Buñuel decía que un día sin risa es un día perdido. ¿Qué diría Agustín Martín Chueca de la risa? ¿Es útil, terapéutica, qué da por hacernos reír?Desconozco si la risa desata las endorfinas, la melatonina o lo que demonios sea, pero reír es fundamental y, además, como dice el clásico, siempre será mejor que llorar.

¿Querría decir algo más?
He respondido con sinceridad y brevemente. No tengo ningún plan, así, en un futuro inmediato. Si lo publica, bien podría ser una sección que se llame ‘Qué fue de…’. Jajaja. Mil gracias.

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