Sones de pulso y púa
Correspondió a la Orquesta Laudística Harmonía, dirigida por Fernando Sanz Garcés desde hace tres décadas, la inauguración del ciclo ‘Música clásica, Pilar-2023’, el domingo día 8. Programa ecléctico con obras en su mayoría adaptadas para instrumentos de pulso y púa, comenzando con un ‘mixing’ de la universal ‘Carmen’ de Bizet.
La primera parte, de carácter misceláneo, dio paso a continuación a la popular ‘Santa Lucía’, de T. Cottrau, ‘La Cumparsita’, de G. Matos, y ‘Granada’, de A. Lara, entre otras composiciones afines por el estilo o la intención. El grupo laudístico contó con la participación de los cantantes Yolanda Cardiel y Rafael Gutiérrez, el segundo un tanto mermado de facultades, según declaraciones del director. ‘New York, New York’, de F. Kander y F. Ebb, dio pie a la primera para una incisiva interpretación apoyada por su expresividad danzante. El conjunto instrumental pareció asentarse, tras un inicio con algún titubeo.
La segunda presencia de Yolanda Cardiel en el escenario estuvo precedida por un grito espontáneo, procedente de la sala, diciendo con entusiasmo «¡Mamá!»: sonrisas del público, saludo correspondiente de la madre e interpretación vibrante de ‘Non, je ne regrette rien’, original de C. Dumont, aunque popularizada por Édith Piaf. A pesar de la advertida merma de facultades, salió a escena Rafael Gutiérrez para cantar a dúo, fuera de programa, el conocido joropo venezolano ‘Alma llanera’, de Rafael Bolívar.
La segunda parte llevaba como título ‘Denominación de origen’ al estar dedicada a autores aragoneses. ‘En la Huecha’, ‘Recordando a Teresa’ y ‘Armonía’ precedieron a la versión del ‘Ave María’, del propio director y de R. Ostariz, que dedicaron a la víctima del luctuoso suceso que afectó al hijo de uno de los miembros de La Ronda de Boltaña, a la que también pertenece Fernando Sanz Garcés.
