Ashley Campbell: un ángel con ADN campero
Hace un par de años que Ashley Campbell, hija menor de la leyenda del country Glen Campbell, nos visitó por primera vez, causando una gratísima impresión tanto por sus cualidades artísticas como por su simpatía. El jueves regresó al mismo escenario (Rock & Blues) para confirmar que las buenas maneras apuntadas entonces no fueron un espejismo: esta señorita de voz angelical, que también toca la guitarra y es especialmente hábil con el banjo entre las manos, no solo ha heredado el material genético campestre de su padre, sino que sabe aprovecharlo muy bien.
Lástima que su excelente concierto se viese perturbado, una vez más, por esos molestos individuos de cháchara a gritos; apenas serán un diez por ciento de los asistentes, pero se empeñan en que se les oiga más que al artista de turno. Supongo que es una batalla perdida: la mala educación y el ruido son uno de los signos de los tiempos que vivimos. Mas a pesar de ello, por suerte al final suele imponerse la belleza (o eso quiere pensar este sentimental que les habla), y la dama llegada de Phoenix, Arizona, volvió a encandilar con su música de raíces americanas y su canto de sirena rubia.
En formato acústico, acompañada de la guitarra de Thor Jensen y el contrabajo de Javier Moreno, la Campbell estrenó un puñado de nuevas canciones (su último disco, ‘Something lovely’, es de 2020) con muy buena pinta, en las que los aromas country y bluegrass se enriquecen con toques de swing, en alguna ocasión incluso acercándose al gypsy jazz. Tampoco faltaron versiones de piezas paternas (‘Gentle on my mind’), de Hank Williams o Willie Nelson, o una sorprendente ‘Chica de ayer’ en correctísimo castellano, además de composiciones propias tan hermosas como ‘Alice’ o la emocionante ‘Remembering’, dedicada a su padre, fallecido de Alzheimer en 2017. En suma, que el ángel pudo más que los asnos.
