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Alberto Ruy Sánchez: "Anna Ajmátova sobrevivió a Stalin porque halló su voz única"
El escritor mexicano Alberto Ruy Sánchez presentó su novela-collage sobre la mujer que desafió al dictador en la librería Cálamo
ZARAGOZA. Alberto Ruy Sánchez (Ciudad de México, 1951) siempre halla un método, una manera personal de abordar a un personaje. Y también lo ha hecho ahora con su novela ‘El expediente Ana Ajmátova’ (Alfaguara) que presentó ayer en Cálamo en diálogo con Concha Montserrat, donde ha elegido una forma particular, el ‘collage’, que escribe o compone una desobediente: la mujer a la que Stalin le pide que vigile a la gran poeta.
Señala el escritor, que ha venido siete días a España: «Anna se afanó en encontrar una voz única. Me conmovió de Ajmátova la calidad su lírica, su personalidad, pero también como sobrevivió al amor y al odio de Stalin, que alcanzó con ella un grado increíble de despotismo y de violencia. Rechazado, decide mandar erigir una gran estatua suya que le priva de la luz del sol y le impide ver el árbol que hay ante su casa», explica el autor.
Este escritor que tiende a la belleza lírica y al virtuosismo verbal confiesa, en este caso, la huella de tres nombres: Lezama Lima, Severo Sarduy y Alejo Carpentier.
«La vigilante de Anna Ajmátova es, en el fondo, la gran protagonista de esta novela de la fragmentación que solo llega hasta 1921. Y es ella quien se rebela, aún sabiendo que eso le costará la libertad y la vida, que acabará en el gulag. Ella se atreve a ser libre», explica Ruy Sánchez, que quiere ir más allá: su novela es una meditación acerca de una mujer fascinante, que se atrevió amar (vivió una peripecia gozosa y breve con el pintor Modigliani en París; se casó tres veces) y dejó, entre otras, la huella de una poesía personal y honda que escribía en las pequeñas hojas de abedul.
Alberto Ruy Sánchez dice que a él le interesa mucho «la literatura de ámbitos» y aquí crea un tapiz poderoso de una intensa década de la vida cultural de San Petersburgo donde hay muchos personajes, poetas, artistas, músicos; entre ellos Nikolái Gumilyov, el primer y activo marido de Anna Ajmátova, que sería asesinado en 1921.
En la página 169 leemos: "Gumilyov fue fusilado en agosto de 1921. A Modigliani en 1920 se lo llevó una enfermedad. Los dos tenían treinta y cinco años cuando se fueron. Ambos llevaron vidas muy distintas pero tuvieron, sin saberlo, dos citas importantes en común: una cita conmigo y el amor simultáneo. Otra, su cita prematura con la muerte".
