Leticia Martínez: "Ser una artista total no es una aspiración sino una necesidad"

La artista Leticia Martínez (Zaragoza, 1984) reside en París. Publicó en 2011 ‘Tano, el pescador’ (Apila) y desde hace unos ha apostado por el arte contemporáneo. El jueves 11 inauguró una exposición en A3RTE, impulsada por Enate e Impact Hub Zaragoza, comisariada por la artista e historiadora del arte Lorena Domingo.

En 2011 publicó en Apila ‘Tano el pescador’, un álbum ilustrado. ¿Qué pasó después?

Necesitaba ir más allá de la ilustración y no sabía muy bien cómo. También quería ver cómo sería hacer Bellas Artes en Francia, me fui a Bruselas a trabajar y después a Normandía a estudiar gracias a lo ganado.

¿Por qué Bruselas y Normandía, qué aprendió allí y como dio el paso hacia un arte para adultos?

Digamos que hacer Bellas Artes allí me abrió muchísimo la forma de ver la creación y mi trabajo. Entré haciendo dibujos en pequeño formato, lo dibujado se convirtió en pequeños objetos, esos objetos se hicieron grandes, después todo tomó forma de instalación, después sentí la necesidad de trabajar con personas, ‘performers’ que activaran esos objetos. Y mis últimos proyectos han sido ‘performances’ por coro en colaboración con un compositor.

Estuvo un año en la Casa de Velázquez, becada por la Diputación de Zaragoza. ¿Cuál es el balance?

El año en la Casa de Velázquez fue complejo, una gran oportunidad en un entorno increíble, buenas condiciones pero en el año de la covid. Conseguí hacer colaboraciones interesantes, pero no pude producir las esculturas y pinturas sobre seda que yo quería porque no me llegaron los materiales, no pude ir al taller de cerámica... Ahora estoy ocupándome de eso.

¿Qué tipo de artista sería ahora, qué hace, qué quiere hacer? ¿Podríamos definirla como una artista conceptual quizá?

Si que hay arte conceptual en mi trabajo, pero hay mucha forma también. En mi obra juego con códigos muy diferentes, los 'travisto' en ocasiones, hay ironía, ‘burlesque’... Pero siempre trabajo desde lo onírico, recreando mundos y comunidades paralelas. Sin embargo, necesito trabajar con la forma, con el color, manipular y transformar los materiales. Así que soy muy plástica y muy estética.

Hace muchas cosas: cerámica, pintura, escultura... ¿No teme la dispersión? ¿Aspira a ser una artista total, por decirlo así?

En cuanto a la dispersión, a veces lo pienso, pero soy muy curiosa y necesito experimentar e ir más allá con todo, ver hasta dónde puede llegar mi universo. Lo de ser artista total no es una aspiración sino una necesidad. Aunque siempre creo que lo escultórico predomina, trabajo con el volumen, la puesta en escena... Así que todo termina teniendo ese carácter. Las ‘performances’ son cuadros vivientes, los ‘performers’ esculturas y las piezas, personajes. Todo se mezcla, es como un tablero de juego y el agenciar todas esas formas plásticas se convierte en un carnaval, que a veces es más discreto y otras más presente. Supongo que si hiciera el mismo tipo de trabajo me aburriría muy rápido.

Ahora expone en . ¿Qué ofrece y qué busca?

Ahora lo que quiero es poder llevar a cabo mis nuevos proyectos de escultura combinando pintura sobre seda y cerámica, por supuesto deseo sorprenderme con nuevos materiales. Creo que he encontrado un lenguaje nuevo, y estoy bastante inquieta por explorarlo. También quiero poder exponer mis obras, pues vivo en París y los centros de arte y museos están cerrados desde octubre, es bastante dura la incertidumbre y desconcierta ver el sector de la cultura así.

Ahora expone en A3RTE, la sala que coordina Ulises Gómez con comisariado de Lorena Domingo, que dice que “Leticia Martínez nos invita a imaginar una utopía transhumana trazada en el esbozo ideal de un jardín”. ¿Qué es ‘Twerking Gardens’?

Interpreta la vibración que producen las relaciones entre el cuerpo, la naturaleza y el placer. Con mis cerámicas pretendo solidificar en el tiempo gestos y formas que remiten a lo voluptuoso, lo sensual y lo tierno. En esta naturaleza modelada, Twerk y jardín se conjugan dando lugar a formas híbridas entre lo ‘kitsch’ y la historia de la arquitectura, entre la cultura pop y la considerada alta cultura.