Ocio y Cultura

LITERATURA ESPAÑOLA. ARTES & LETRAS

Memoria privada y universal de Fernando Arrabal

El dramaturgo y novelista publica en Libros del Innombrable, de Zaragoza, 'Familia (de memoria)', una autobiografía llena de ingenio e intimidad

Retrato del gran escritor que reside en Francia desde hace años con una obra de Fernando SM Félez.
Archivo Innombrable/Arrabal.

Tal vez no sea lo más importante que pueda decirse de este libro de Fernando Arrabal, pero adelantaré que ha sido la lectura más divertida de este verano. Se trata de una colección de textos breves, todos recientes, que tienen que ver con la actividad del escritor en los medios, bien en la prensa (sus ‘terceras’ del ABC), bien en las redes. Estos textos los ha editado Pollux Hernúñez, que es escritor, traductor y hombre de teatro, y que nos advierte, en su prólogo, que Arrabal nunca ha escrito una autobiografía como tal y que su idea, al plantear esta selección de escritos, ha sido convocar la memoria del autor desde el fragmento. 

La vida de Arrabal es fascinante, en parte, porque quienes lo martirizaron, lo santificaron sin querer; en parte, porque ha conocido a muchos de los hacedores de la cultura moderna y posmoderna, en el contexto de las afinidades electivas parisinas, habiendo intimado con la cúpula del Surrealismo (Breton a la cabeza), con los compañeros de viaje Grupo Pánico, con sus admiradores y cómplices Kundera y Houellebecq, etcétera.

Pero será aún más importante su capacidad para mitologizar su mundo privado: padres y hermanos, matrimonio, ciudades donde ha habitado, aficiones (ajedrez)... De algún modo, es un ejemplo (a imitar) de aquel que hace arte de su vida al reconocer en clave simbólica lo particular. Sus novelas ‘Baal Babilonia’ o ‘Ceremonia por un teniente abandonado’ son así reelaboraciones sobre el tema del padre, víctima del Franquismo, y de la madre contemporizadora, pero son signos de un drama nacional ibérico, en un segundo círculo concéntrico, y universal, en un tercero.

Uno de los géneros que se renueva con Arrabal es el epistolar. Fueron famosas sus polémicas cartas al general Franco, a los comunistas españoles, etc. También se editaron sus cartas al pintor Julius Baltazar. El correo electrónico introduce una agilidad nueva en sus respuestas. No quiero invitar a nadie a que lo compruebe, pero Arrabal tiene la delicadeza de responder a todo quien le escribe, y lo hace siempre de una forma ocurrente e iluminadora. Se diría que incluso agradece cada misiva, por tonta o extravagante que sea, como excusa para una breve revelación humorística o sapiencial, o para rescatar un recuerdo. El autor se fabrica en el diálogo y la imagen. Es por ello que la definición de poeta dramático siga siendo la que mejor le acomoda.

La duplicidad de gafas, unas transparentes, otras espejeadas, sobre la frente, que acostumbra a llevar el escritor (despertando admiración en el mercado de Karachi, tal como cuenta) puede tener este sentido de propiciar el dialogo, siendo que te ves reflejado en paralelo a los ojos que te miran. El libro contiene un surtido de esos mensajes recibidos, con cuestiones de lo más variopinto y peregrino, y sus respuestas, siempre “raudas”. Más un buen surtido de imágenes, con pies de foto sustaciosos.

En alguna ocasión, Arrabal ha citado el Bhagavad Gita, para recordar que “la verdad permanece oculta para quien ve las cosas separadas”. Esto puede aplicarse a la política. Incluso muerto Franco, él estuvo entre los seis proscritos a quienes se negó volver a España. No obstante, en cuanto regresó, lo que reclamó fue que todos pidieran perdón por sus crímenes, los que cometieron “disfrazados de tirios o de troyanos”. Lo cuenta en un impagable artículo titulado ‘Perdón’, incluido en este libro.

La memoria de Arrabal rescata de las sombras a personajes diversos, destacando los retratos de algunas mujeres, como la madre Mercedes, su profesora de párvulos, o Louise Bourgeois. Y lo hace con un estilo tan rico como limpio. Al escritor le van abandonando los amigos (de los que no dice que mueran, sino que se ocultan), pero no la gracia del verbo. De su mujer, Luce (o Lis) es una apreciación clave: la obra de Arrabal, dice, “refleja esa ambigüedad fundamental donde la imaginación aparentemente más desaforada se compagina de la forma más natural con un rigor absolutamente matemático, afinado en una práctica constante del juego del ajedrez”.

LA FICHA

‘Familia (de memoria)’. Fernando Arrabal. Edición y prólogo de Pollux Hernúñez. Libros del Innombrable. Zaragoza, 2020. 192 páginas que incluyen un generoso bloque de ilustraciones.

[Viernes 11 de septiembre. Presentación en la FNAC con Alfredo Moreno, Juan Luis Borra y Raúl Herrero.]