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El Principal presenta un 'Esperando a Godot' pendiente del coronavirus

La obra, uno de los éxitos de los últimos años, se representará  de jueves a domingo salvo que las autoridades sanitarias lo desaconsejen. 

Pepe Viyuela, Juan Díaz y Alberto Jiménez, en el Principal.
Pepe Viyuela, Juan Díaz y Alberto Jiménez, en el Principal.
Guillermo Mestre

El 'Esperando a Godot' de Samuel Beckett, en versión del director teatral Antonio Simón, uno de los éxitos teatrales de los últimos años en España, se presentará de jueves a domingo en el Teatro Principal de Zaragoza... O no. La crisis del coronavirus ha llegado a tal punto que nada está seguro y todo pende de un hilo. Lo reconocía esta mañana uno de los protagonistas de la obra, el actor Pepe Viyuela, en la presentación de este clásico teatral.

Y es que previamente la vicealcaldesa de Zaragoza, Sara Fernández, aseguraba: "El Ayuntamiento ha creado un grupo de trabajo que está recopilando el calendario de todas las actividades culturales previstas y los escenarios donde se van a desarrollar, y se van a  analizar una a una en función de las recomendaciones de las autoridades sanitarias en cada momento. Y todo con el consejo de Juan José Badiola, que es quien nos asesora en esta crisis. Esperamos de todo corazón que todas las funciones previstas de 'Esperando a Godot' puedan llevarse a cabo este fin de semana".

Pero seguridad total no hay. Funcionarios municipales están realizando ese inventario de actividades y se están revisando todas las instalaciones para ver en qué medida pueden seguir adelante con su programación. En principio se mantiene la tranquilidad, pero todo está pendiente de las recomendaciones sanitarias.

Mientras, el elenco de 'Esperando a Godot' se dispone a ofrecer al público zaragozano cuatro funciones de una obra que ha sido aplaudida ya en varias ciudades españolas. "Es un texto que se escribió tras la Segunda Guerra Mundial y que ha permanecido vivo hasta ahora -asegura Viyuela-. Es curioso ver cómo se parece esa atmósfera de espera que viven los personajes en la obra, con la situación actual". 

Enfrentarse a un clásico de esa envergadura es complicado, toda vez que la mayoría de los aficionados al teatro han visto ya una o varias versiones. La de Antonio Simón, con escenografía de Pazo Azorín, aporta novedades. La principal, el humor. El propio Beckett la definía en su día como "horriblemente cómica".

"El humor tiene que ver con la tragedia -sostiene Viyuela-. Creo que el público se siente muy reflejado en los protagonistas de la obra, que son dos perdedores que luchan por rellenar su tiempo y que recurren a todo lo que se les ocurre para evadirse. Eso los convierte en muy vulnerables y les acerca al público. Cuando se estrenó la obra, se hizo en circunstancias que llevaban a pensar que era una tragedia. Pero, en la vida, tragedia y comedia están íntimamente ligadas. Y en el teatro también".

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