Ocio y Cultura

Fallece el principal condenado por el expolio de los cascos celtíberos

Ricardo Granada, penado con seis años, estaba en libertad a la espera de que el Supremo resolviera su recurso

Ricardo Granada –en primer término– y Mariano Ostalé, durante el juicio en 2018
José Miguel Marco

Ricardo Granada, uno de los dos condenados por el caso del expolio de los cascos celtíberos de Aranda de Moncayo, ha fallecido esta semana mientras esperaba el fallo del recurso de casación ­–que pronto será anunciado– presentado al Supremo tras la sentencia dictada en 2018. La Audiencia Provincial de Zaragoza condenó en julio de ese año a Mariano Ostalé, vecino de Alagón, a tres años de prisión por un delito continuado de blanqueo de capitales cometido «durante más de veinte años», y a Ricardo Granada, vecino de Illueca, a seis años de cárcel: tres por un delito continuado de daños materiales intencionados sobre yacimiento arqueológico en concurso con un delito continuado de hurto, y a otros tres años por otro delito continuado de blanqueo de capitales.

El caso de los cascos de Aranda de Moncayo se remonta a finales de los años 80, cuando uno o varios expoliadores sacaron a la luz en un yacimiento de la localidad una veintena de cascos. Durante unos meses se ofrecieron en el circuito clandestino de aficionados a la arqueología hasta que al menos dos de ellos llegaron al Römisch-Germanisches Zentralmuseum de Maguncia, Alemania, para que los especialistas los examinaran. Allí los llevó un anticuario suizo de origen español, Fernando Cunillera (ya fallecido) que situó su origen en el entorno de Aranda de Moncayo. El arqueólogo alemán Michael Müller-Karpe denunció el caso a la Interpol, tras haber examinado y tomado fotografías a dos de ellos. Las piezas fueron adquiridas por Axel Guttmann, el mayor coleccionista de armamento antiguo de las últimas décadas. Guttmann encargó su restauración. Falleció en 2001, y siete años más tarde su familia empezó a sacar a la venta paulatinamente la colección.

Müller-Karpe reconoció las piezas que examinó años atrás y volvió a denunciar las ventas, pero su gesto no sirvió de nada y continuaron saliendo al mercado. Entre 2008 y 2009 varios cascos fueron adquiridos por un coleccionista para el Museo de Arte Clásico de Mougins, Francia. En marzo de 2013 la Operación Helmet I se cerró con la detención de Ricardo Granada, y en agosto de ese año se detuvo a Mariano Ostalé en la segunda parte de la operación.

Christian Levett, fundador y propietario del Museo de Mougins decidió donar las piezas cuando se constató que provenían de un expolio acreditado judicialmente. Los siete cascos celtibéricos expoliados en Aranda de Moncayo y devueltos al Gobierno español por Levett llegaron en diciembre del pasado año al Museo de Zaragoza, tras ser entregados oficialmente a las autoridades aragonesas. Las piezas han sido sometidas a distintas pruebas coordinadas y lideradas desde el propio Museo de Zaragoza en contacto con especialistas de toda España y próximamente se integrarán en el discurso expositivo del centro.