pintura

Arcimboldo, un mago que pasó a la historia como pintor de cámara

Blasco Valle recupera a Arcimboldo, popular por sus representaciones del rostro humano con flores y objetos. Fue pintor de cámara de emperadores como Fernando I y Maximiliano II, y del hijo de éste, Rodolfo II.

Autorretrato de Giuseppe Arcimboldo
Autorretrato de Giuseppe Arcimboldo
Heraldo.es

Soy lombardo y me llamo Giuseppe, mi primo Angelo dice que pasaré a la historia como pintor pero no soy tal. Yo soy mago y así quiero permanecer para las generaciones futuras.

No quiero morir como mi padre, pintor artesano, que consumió su vida pincelada tras pincelada y que como todo premio obtuvo, por la conmiseración del rey Rodolfo, la condición de conde que poco tiempo pudo disfrutar. ¡No! Yo soy un genio y por eso visto de forma diferente al resto de los mortales y por eso me oculto para que nadie sepa de mi vida, de lo que hago en este Milán que se me queda pequeño. Con 35 años ya es hora de volar, iré a Viena y luego a Praga. ¡Qué difícil es entrar en esta sociedad!

A pesar de mis credenciales y recomendaciones, me tengo que presentar como pintor de cámara, pero buscaré hacer de lo que más me gusta, de escenógrafo. Me encanta usar trucos para hipnotizar a los espectadores. Con Maxi no estoy mal pero con el que más sintonizo es con Rudolf. Rudolf ama los milagros, cree en ellos. Su curiosidad es inmensa y yo le muestro trucos de alquimia que aprende a la primera. Está empeñado en tornar el plomo en oro y creo que lo conseguirá, pues su inteligencia es sublime. Yo le aprecio y él me estima. Vivimos entre astrólogos y comemos ciencia a diario y podemos inventar y crear artilugios contando con los artesanos más hábiles que en la tierra puede haber. ¡Inventar! ¡Inventar! Ese es mi trabajo. Crear nuevos medidores de tiempo, un tubo con vidrios que permite escudriñar la luna, pintar con hojas, yerbas, verduras y racimos retratos reconocibles; aunque protestan diciendo que los vegetales no son motivos de estética. Yo les digo que vendrá un futuro en el que solo pintar manzanas, peras o flores será llamado arte.

Me encargan decorados fabulosos, fiestas interminables con sorpresas que irritan, que conmuevan como el trabajo realizado para la boda del rey Carlos. ¡Mi trabajo es mover las almas!

Aunque a veces tenga que hacer de bufón, oculto a la vez mi intimidad y nadie sabe que debo tomar láudano por mis dolores, que desde la espalda hasta mi miembro viril me recorren y me castigan sin haber pecado con él. Nadie sabe que tiro piedras a través de él y lloro como un niño. Lloro e incluso deseo la muerte. Volveré a Milán, dicen que hay un médico que perfora la vejiga y así la orina fluye.

Una fatal retención de orina y piedras renales

Arcimboldo (Milán, 1527-1593) fue un genio, comediante, mago, pintor, observador. Se le recuerda por esos retratos compuestos por pepinos, manzanas, coles, que bien dispuestos originan una cara o un perfil de retrato con similitud increíble al modelo.

Retrato de Rodolf II caracterizado como el dios etrusco y romano Vertumno.
Retrato de Rodolf II caracterizado como el dios etrusco y romano Vertumno.
Heraldo.es

En el registro de defunciones del Magistrato della Sanità de la ciudad de Milán consta que el pintor Giuseppe Arcimboldo falleció en dicha ciudad el 11 de julio de 1593, a la edad de 66 años por "retención de orina y piedras renales, sin sospecha de peste".

Los cálculos urinarios, posiblemente de calcio, provocan obstrucción de los uréteres (conductos que desde el riñón vacían a la vejiga, desde donde, a través de la uretra, fluye la orina al exterior). Padecimiento muy común, tiene hoy múltiples tratamientos, pero en el siglo XVI la realización de sondajes rígidos o la talla vesical (abrir en el bajo vientre una salida que conecta con la vejiga para dar salida a la orina) eran los únicos. Las complicaciones infecciosas los hacían mortales.

Los cálculos de pequeño tamaño originan la contracción de las fibras musculares del uréter provocando el doloroso cólico renal. Por contra, si aumenta de tamaño o ya es un cálculo grande, origina obstrucción (uropatía obstructiva), impidiendo al riñón cumplir su función excretora, acumulándose la orina que asciende y destruye las nefronas (células funcionales del riñón), lo que origina la muerte por insuficiencia renal.

Por algo tan "mecánico" murió el mayor ídolo de los pintores surrealistas, olvidado durante siglos y redescubierto por Dalí y Chirico. Maestro del arte fantástico y hombre feliz ya que, según un escrito póstumo atribuido a su persona, "supe aprovechar el lugar donde he sido puesto en vida y donde agradezco a Dios que me haya dado como amigo a Rudolf".

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