Ocio y Cultura

El perro o el mejor amigo de los escritores

Jorge de Cascante publica 'El Gran Libro de los Perros', que contiene los mejores relatos, ensayos y poemas de la literatura canina universal, en el sello Blackie Books

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Del perro se ha dicho de todo. Es el mejor amigo del hombre. O, como dice Jorge de Cascante en el prólogo a su ‘El gran libro de los perros’ (Blackie Books. Barcelona, 2018. 442 páginas), "los perros nos hacen mejores; vivir con un perro (o con varios) alarga tu vida, aviva tu ánimo, reduce tu presión arterial y, con suerte, hace que te tomes las cosas un poco menos en serio". Clarice Lispector, que soñó un perro burlón, escribió quizá con algo de exageración: "Un instante en la vida de cualquier perro vale más que la historia entera de la literatura".

Casi podría decirse que no hay autor que reconozcamos que no haya escrito de perros: Cervantes, Balzac, Alberti, Chéjov, Mark Twain, Tólstoi, Katherine Mansfield, Virginia Woolf, Edith Wharton, Horacio Quiroga, etc., y así hasta varios centenares. Muchos figuran en estas páginas.

Este es un libro absolutamente recomendable, imprescindible en el género, que está dividido en seis partes: Perros, buenos, Perros atentos, Perros malos, Perros que piensan, Perros que no he vuelto a ver y Perros que te cambian. En cada epígrafe hay un cuento, un poema o fragmentos de novela; De Cascante añade, junto a la breve bioblibliografía de los autores, algunos detalles de su vinculación con los perros. Por ejemplo, incluye a Mapi Vidal (Zaragoza, 1979), que es estilista y de la que se dice: "Le gusta hacer fotos a todos los perritos que se cruza y le preocupa mucho la opinión que tengan ellos sobre ella. No ha conocido a uno solo que le cayese mal en toda su vida". O, en la sucinta biografía de Ana María Matute, informa que tenía una perra que "se llamaba Amelia, por la piloto Amelia Earhart".

Retrato de la escritora Edith Wharton, que viajó por el Alto Aragón, con dos de sus perros, hacia 1889 y 1890. /Archivo HA.

En cada uno de los epígrafes, Jorge de Cascante ofrece como cápsulas, sentencias o citas sobre los perros en una minisección. En el apartado de ‘Ladridos perversos’ se puede leer esta cita de Balzac: "Ha entrenado a su perro para que solo cague encima de periódicos. El problema es que a veces lo hace mientras está leyendo". En otro apartado de píldoras, ‘Ladridos conscientes de ser ladridos’, Agatha Christie dice: "Los perros son sabios. Cuando están heridos se retiran a un rincón tranquilo y allí permanecen hasta que están curados y listos para regresar al mundo".

En ‘Ladridos haciendo eco’, podemos seleccionar la declaración de Voltaire: "Los perros tienen tres ventajas frente a los hombres: no hay teólogo que intente instruirlos, sus funerales no les cuestan dinero, y una vez muertos nadie se pelea por su herencia". La actriz y directora de cine cuenta este episodio de odio que se vuelve amor. "Cuando me mudé a la isla de Farö para vivir con Ignmar Bergman, mi perro Pet vino conmigo. Al director no le le hizo gracia, no soportaba a ese perro. Años más tarde, al separarme de Bergman, él se quedó con Pet y a mí me pareció bien, se había convertido en su perro". En otro lugar, Jim Harrison se pregunta y se responde: "¿Que si los perros tienen alma? Pues claro que sí". Ambrose Bierce dice: "No existe una criatura más cariñosa que un perro mojado".

Jorge de Cascante selecciona 66 fragmentos de relatos o novelas, microrrelatos, poemas, en las citadas seis clasificaciones ya citadas.

Virginia Woolf tuvo varios perros y escribió de muchos de ellos. El ejemplo más clásico es ‘Flush’, una biografía de ficción de un perro de ese nombre. Ramón Gómez de la Serna firma una greguería deslumbrante, ‘Las jaurías de la luna’, donde dice: "La luna inventaba ladridos, y los estadísticos de los perros se volvían locos queriendo descubrir dónde podían estar tantos perros como se oían. Eran jaurías de la invención, los verdaderos perros famélicos de la luna, los que mordisqueaban ese gran hueso de un mundo muerto que es la luna".

Mark Twain tenía una certeza: "Los perros son incapaces de ruborizarse". Nikolái Gogol escribió en ‘Diario de un loco’: "Los perros son muy inteligentes y saben mucho de relaciones íntimas".

Hay muchísimas historias, de amor y complicidad, de convivencia y discreción, de heroísmo y entrega absoluta, historias cotidianas, llenas de sutileza, en un libro que no excluye una de las citas más famosas, aquella de Madame de Sevigné (1626-1696), que en una carta escribió: "Cuanta más gente conozco, más quiero a mi perro". No menos perturbador es este fragmento de la poeta suicida Alejandra Pizarnik: "Si viera un perro muerto me moriría de orfandad pensando en las caricias que recibió. Los perros son como la muerte. Quieren huesos".

Marco Tulio Cicerón, de profesión sabio, escribió: "Los perros velan por nosotros con fidelidad; aman y adoran a sus amos; odian a los extraños; poseen un olfado asombroso; son cazadores entusiastas. ¿Qué otra cosa puede significar todo esto, sino que que fueron creados para vivir a nuestro lado?".

LA FICHA

'El Gran Libro de los Perros. Los mejores relatos, ensayos y poemas de la literatura canina universal'. Edición de Jorege de Cascante. Ilustrado por Alexandre Reverdin. Blackie Books.- Libro Numero 100. Barcelona, 2018. 442 páginas.