"Mi vida es abominable: 25 cigarros al día y cuatro o cinco cócteles"

La revista ‘Turia’ publica siete cartas inéditas de Luis Buñuel a su guio-nista y amigo Jean-Claude Carrière.

Dos amigos disparejos:Luis Buñuel y su guionista francés Jean-Claude Carrière, a quien dictó sus memorias:'Mi último suspiro'.
Dos amigos disparejos:Luis Buñuel y su guionista francés Jean-Claude Carrière, a quien dictó sus memorias:'Mi último suspiro'.
Archivo Turia

"Tras 35 años de trayectoria, puede decirse que Luis Buñuel es el santo patrón laico de ‘Turia’", afirma Raúl Carlos Maícas, fundador y director de la revista turolense que, en el nuevo número que se presentará en Madrid el mes de marzo, incluye una selección del epistolario inédito del cineasta Luis Buñuel (1900-1983) y el escritor y guionista Jean-Claude Carrière (1931): ‘Una contribución al epistolario de Luis Buñuel. Algunas cartas a Jean-Claude Carrière sobre ‘Belle de Jour’ y el proyecto sobre ‘Las bombas de Palomares’, que firma Javier Herrera.

Buñuel y Carrière, uno de los mejores guionistas vivos del mundo, se conocieron en 1963 en Festival de Cannes y colaboraron en muchas películas, entre ellas ‘Belle de Jour’, ‘La Vía Láctea’ o ‘Ese oscuro objeto de deseo’. Y no solo eso: Buñuel, que para algunos era ágrafo (aunque Agustín Sánchez Vidal trabajó con él en México, poco antes de su muerte, y rescató su ‘Obra literaria’ –Heraldo, 1982–), le dictó sus deliciosas memorias: ‘Mi último suspiro’ (1982). Insiste Raúl Carlos Maícas: "Son más de mil páginas de textos inéditos dedicados al célebre director de cine y sigue fascinándonos".

Javier Herrera recuerda que en la Filmoteca Española de Madrid se conservan 73 cartas de Buñuel y 18 de Carrière, que, como se ve son bastantes menos del realizador calandino porque solía enviarle epístolas "de varias páginas, letra menuda, que encantaban a Buñuel por lo que suponían de puesta en día en muchas cuestiones personales y profesionales, incluidas las crónicas con todo lujos de detalles de los estrenos parisinos de sus películas".

Buñuel hace alusión a ello en sus misivas, que están datadas entre 1965, la primera está vinculada con la escritura del guión de ‘El monje’, y el 10 de abril de 1983, pocos meses antes de su muerte.

Javier Herrera agradece a Javier Espada, director de cine y exresponsable del CBC de Calanda, que le hubiera puesto tras la pista de este material y elige siete cartas, que tienen la particularidad de documentar un proyecto que no llegó a realizarse y que era muy poco conocido, como ‘Las bombas de Palomares’, episodio histórico que protagonizó Manuel Fraga con un famoso baño y un poco de frivolidad.

En la primera carta que publica ‘Turia’, Buñuel le dice a su colaborador que le han ofrecido dirigir la novela de Josep Kessel: ‘Belle de Jour’, y la define como "un ensayo sobre putas con conflictos espantosos entre el Súper Ego y el Ello. Sería muy interesante saber lo que podríamos sacar de ahí. Ah! Y nada de humor aunque sería muy bueno para nosotros a fin de que purgáramos un poco ‘El monje’". En la segunda, de 1966, Buñuel le pide que le confirme su cita para avanzar en el guión de la película, que interpretaría Catherine Deneuve.

La ironía de Buñuel va que vuela todo el rato. En julio de 1967, en la sexta carta, escribe: "Desde que usted colabora con mis antiguos esclavos –léase Jacques Deray– se ha olvidado de sus maestros –léase yo– guardando un silencio obstinado y desabrido. Se ha vuelto usted muy de izquierdas. Le escribo porque le echo de menos y quiero tener noticias suyas". En ese mismo texto le suelta esta confesión: "Mi vida aquí es abominable. 25 cigarros al día y cuatro o cinco cócteles Martini y es todo. Ni una sola idea convincente en los cinco –también cinco– meses que no nos vemos".

‘Turia’ también publica un trabajo sobre el historiador Alberto Gil Novales de Lluís Roura.

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