CONCIERTO EN ZARAGOZA

'New York Dolls', los pioneros de casi todo se reinventan

Morrissey era presidente del club de fans británico de la banda. Malcolm McLaren, el esteta del punk e inventor de los Sex Pistols, casi se carga su carrera al sacarlos a escena vestidos de cuero rojo con una bandera soviética al fondo. La mayor parte de sus miembros fundacionales murieron antes de llegar al medio siglo de existencia. Solamente sacaron dos álbumes al mercado, pero ese esfuerzo (y un puñado de giras memorables) sirvieron para guardarles un lugar de excepción en la historia del rock. Y no únicamente por las botas de plataforma, el maquillaje de fulana y las melenitas al viento, señas de identidad del glam que ellos llevaron a lo más alto del concepto: la actitud y la endemoniada manera de vivir la música pesaron tanto o más que la imagen, el logo y el pintalabios.


Emergieron en 1972, se fueron al limbo en 1977 y tras 20 años de silencio (realmente, fueron casi 30), New York Dolls volvió a sentirse grupo con la llamada del líder de Smiths para un concierto en el Meltown Festival de 2004, el canto de cisne de su bajista Arthur Kane antes de morir por un severo caso de leucemia a los 55 años. Desde 2006 son de nuevo un proyecto en marcha. La de Zaragoza es la cuarta y última fecha de una minigira española que les ha llevado desde el miércoles por Madrid, Santiago y Baracaldo (hoy).


La formación actual tiene únicamente a David Johansen (voz, armónica) como miembro original, aunque Sylvain Sylvain (guitarra, voces) puede considerarse como tal, ya que entró en el grupo a los pocos meses, y compartió los primeros bolos serios, además de una participación plena en el homónimo álbum debut. Steve Conte (guitarra) y Sami Yaffa (bajo) son incorporaciones de 2004, mientras que el experimentado músico de estudio Brian Delaney es el actual encargado de las baquetas.


La banda se ha tomado el retorno muy en serio, hasta el punto de reencontrarse con su viejo amigo Todd Rundgren (36 años después) para que el músico de Philadelphia, un demonio de las seis cuerdas, diseñara con mimo aquel sonido que no se parecía a nada y al que después se parecería casi todo. La cita con el genio del pelo bicolor está fijada para enero próximo, en el estudio que tiene Rundgren en Kauai. La idea es reflotar (que no remedar) la magia de temas como ‘Personality Crisis’ o ‘Crash’.


¿Qué queda de todo aquello? Por suerte, lo suficiente para no pensar que el dinero es el único motor de esta reunión. Que el amor a la música tiene una partecita en el cuento, además de las ganas, exteriorizadas en su MySpace, de seguir honrando la memoria de los caídos en combate contra el adocenamiento vital. La lista tiene demasiados nombres. El más recordado es el de Johnny Thunders, un guitarrista feroz que llenaba el escenario con su presencia, y también uno de los mayores drogadictos de la historia del rock. Su muerte estaba tan cantada que a nadie le extrañó demasiado el cómo (sobredosis de heroína): si acaso (por tardío) el cuándo, en 1991, cuando tenía 38 años.


A los 40 murió (de un infarto) Jerry Nolan, batería de los Dolls y de la banda de Thunders, los Heartbreakers. Nolan había sustituido en 1972 al batería original, Billy Murcia, muerto a los 21 años por una sobredosis. Arthur Kane es hasta hora el último cadáver de los Dolls.


Mañana, con el calentamiento de los zaragozanos Miss Diciembre, se oirán con toda seguridad esos versos del temazo ‘Babylon’ que puede chapurrear cualquier fan. “I was drivin out tonite/And boys I was gone/The coppers asked me/Where do I come from/One looks at my cards/One checks my ID/With this junk on my face/It’s easy to see’. Algo así como “de dónde vienes, de dónde eres... es fácil de adivinar, con toda esa mierda en mi cara... ¡de Babylon!”.