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Consejos para no despilfarrar en móviles,  y tabletas para el cole... ni quedarse cortos

A la hora de comprar un dispositivo electrónico hay que tener en cuenta algunas recomendaciones, que pueden ahorrar unos euros a la economía familiar, que siempre suele resentirse con el inicio de curso.

Imagen de recurso de un niño con una tableta
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La vuelta al colegio nunca resulta fácil, y no solo porque se acaba la libertad del verano y hay que volver a los horarios estrictos, ni por el encaje de bolillos con las extraescolares para que todo cuadre: también es dura por el golpe que supone a los presupuestos familiares. El gasto es muy diferente según la titularidad del centro. Según ha calculado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la familia de un alumno de un centro público gastará este año 968 euros en libros, material, ropa, uniforme, comedor y extraescolares, mientras que en uno concertado esta cantidad subirá hasta los 2.704 euros y en uno privado supondrá 6.247.

Cada vez es más habitual que en esos gastos haya un apartado para tecnología, ya sea un móvil para los alumnos mayores o un ordenador o tablet para acceder a los libros digitales y contenidos virtuales y para que se documenten en internet. Algunos gastos escolares son fijos y lo único que se puede hacer es rascarse el bolsillo, pero, a la hora de comprar un dispositivo electrónico -que, además, suelen tener un coste alto-, sí hay que tener en cuenta algunas recomendaciones, que pueden ahorrar unos euros a la economía familiar:

Definir las necesidades

Establecer lo que realmente necesita el alumno ayuda a no comprar un dispositivo demasiado caro, que no se aprovechará bien, ni a quedarse corto en sus características. Hay que tener claro lo que el joven o adolescente va a necesitar en el caso de ordenadores, tablets y teléfonos móviles. ¿Para qué los va a utilizar? A menos que sea un estudiante universitario de Diseño, Imagen o Arquitectura, es muy poco probable que necesite un ordenador muy potente. Si lo va a emplear, sobre todo, para navegar, consultar el correo, tomar notas y ofimática, es mejor buscar un modelo en el que primen otros elementos, como el peso y la comodidad de transporte, el precio, y, si el alumno es muy joven, la resistencia a los golpes y caídas.

Si necesita el dispositivo para consultar libros o plataformas digitales o buscar documentación en internet, tal vez convenga más comprar una tablet, ya que son mucho más ligeras y fáciles de llevar y normalmente cuestan menos que un portátil. Eso sí, hay que comprar una funda y, si el alumno la va a utilizar para escribir de vez en cuando, es buena idea añadirle un teclado.

En el caso de los teléfonos, hay que preguntarse por el uso y, en el caso de los más jóvenes, si el alumno está preparado para utilizar un ‘smartphone’. Los expertos suelen recomendar que los adolescentes no tengan un móvil inteligente hasta los 16 años, pero la edad a la que los menores españoles acceden a uno está en torno a los 12. La encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, en 2020, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), establece que a los 10 años, el 22,1% de los niños ya tiene un móvil; al llegar a la educación secundaria -con 12 años-, este porcentaje sube al 68,8% y a los 15 años, el 95,7% de los estudiantes lleva un teléfono consigo. En algunos casos, como cuando los chicos tienen que ir o volver al colegio solos, los padres quieren simplemente poder contactar con ellos en cualquier momento o que les puedan llamar si surge algún problema. En estos casos, existe la opción comprar un teléfono que no sea inteligente, sin conexión a internet, que son modelos mucho más baratos y fáciles de manejar.

Al llegar a secundaria, se populariza el uso de un móvil con conexión para crear grupos de clase en los que -se supone- ponen en común cuestiones relacionadas con el instituto. A esas edades son habituales los golpes y existe la posibilidad de que el alumno pierda el móvil o se lo roben, de modo que es preferible un modelo sencillo y barato en lugar de uno de gama alta o de los últimos que hayan salido al mercado, ya que la mensajería no consume demasiados recursos y no necesitan una cámara con demasiada calidad.

Comparar precios y ofertas

Una vez que se ha decidido cómo tiene que ser el aparato, hay que mirar cuáles de los que están en el mercado se adecúan a estas necesidades. Las marcas suelen fabricar dispositivos similares, aunque algunas se especializan más que otras en productos baratos, para estudiantes, para trabajar en la nube… Elegir una u otra depende de los gustos o del presupuesto familiar, pero hay que tener en cuenta algunos detalles que pueden marcar la diferencia, como el hecho de que, cuando una empresa lanza un modelo nuevo de un producto, suele abaratar el anterior de la misma gama, o los días con precios especiales. Si el estudiante puede esperar unas semanas más, el Black Friday -el 26 de noviembre este año- o el Cyber Monday -29 de noviembre- se encuentran buenas ofertas. Estas primeras semanas de clase hay tiendas que realizan campañas con buenos precios en los dispositivos electrónicos pensados para estudiantes.

Otra opción, para no pagar mucho, es comprar un dispositivo reacondicionado, de precio muy inferior al del mismo aparato nuevo. Puede tratarse de devoluciones sin usar, de teléfonos con algún defecto de fábrica que el fabricante haya reparado posteriormente, que hayan estado en una exposición, tengan alguna tara estética o en el embalaje e, incluso, sean de segunda mano. Los reacondicionados se han revisado para asegurar que funcionan correctamente.