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El prior del Valle de los Caídos realiza un "acto de desagravio" tras la exhumación

Santiago Cantera denunció el "uso de la basílica ajeno a su fin religioso" en la primera misa tras la reapertura 

Medios de comunicación en el valle de los Caídos, tras la reapertura de sus puertas.
Medios de comunicación en el valle de los Caídos, tras la reapertura de sus puertas.
Mariscal/EFE

El prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, ha realizado este martes 29 de octubre un "acto de desagravio" en la abadía del Valle de los Caídos por "un uso de la basílica ajeno a su fin religioso", después de que el pasado jueves el Gobierno exhumara los restos mortales de Francisco Franco.

Justo antes de comenzar la misa diaria de las 11.00, la primera tras la exhumación de Franco, el prior ha llevado a cabo dicho acto de desagravio, el cual se ha realizado "por un uso de la basílica ajeno a su fin religioso", según fuentes cercanas a la abadía.

Antes de la exhumación, el prior había presentado una denuncia ante el juez por el "acceso inconsentido" de los efectivos de la Guardia Civil al templo y también había avisado al papa Francisco, al abad de Solesmes, a la Conferencia Episcopal Española, y al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, de que no se estaba respetando la inviolabilidad de la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos durante los preparativos para la exhumación.

El Valle de los Caídos ha reabierto al público este martes, a las 10.00, tras la exhumación el pasado jueves de los restos mortales de Francisco Franco, y lo ha hecho sin la tumba del dictador, cuya sepultura ha sido cubierta por piezas de mármol negro y está precintada.

El monumento funerario, situado en el municipio madrileño de San Lorenzo de El Escorial y construido por la dictadura tras la Guerra Civil, permanecía cerrado desde el pasado 11 de octubre, un día después de que el Tribunal Supremo levantara la suspensión cautelar que mantenía sobre la exhumación de Franco aprobada por el Gobierno, que finalmente se produjo el pasado jueves 24 de octubre con el posterior traslado de los restos mortales del dictador al cementerio de Mingorrubio, en el barrio madrileño de El Pardo.

Los primeros visitantes tras la exhumación han sido Rubén y Cristina, una pareja de moteros de Elche (Alicante) que han llegado a la sierra de Guadarrama tras una ruta por otras provincias y desconocían que hoy reabría el recinto. "Ha sido de casualidad", ha explicado Rubén, de 37 años, que ha evitado valorar la exhumación del dictador. "Lo que haya ocurrido no lo he vivido y no puedo opinar", se ha limitado a decir.

Entre los visitantes se contaban muchos extranjeros, y también periodistas, apostados a la entrada de la basílica con las cámaras, o sin ellas para acceder al interior y asistir a la primera misa que se ha celebrado en la basílica del Valle de los Caídos tras la exhumación de Franco, cuya sepultura se encontraba entre el coro y el altar mayor.

Para acceder a la basílica hay que atravesar un control de seguridad con escáner, y los vigilantes advierten de la prohibición de grabar o fotografiar en su interior, algo que no ha disuadido a los informadores, presentes en la misa oficiada por el prior de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, que el pasado jueves estuvo presente en la extracción del féretro del dictador y oficio un reposo a petición de la familia Franco. 

Mención a "los mártires"

En total, unas 60 personas han asistido a una misa celebrada a las 11.00 más allá de la mención que el prior a hecho a los "mártires" que reposan en el Valle de los Caídos. En los bancos se mezclaban creyentes, turistas y periodistas. Al terminar el oficio, todos han buscado, juntos y revueltos, el lugar donde Franco estuvo enterrado casi 44 años.

Sobre la sepultura ha desaparecido la losa de granito de 1.500 kilos colocada el 23 de noviembre de 1975 en el entierro de Franco. El hueco se ha reemplazado por piezas de mármol negro que se integran con el suelo de la basílica. En total, se han colocado 14 piezas nuevas, ocho más de las que eran necesarias para sustituir la lápida.

La sepultura de Franco, aunque camuflada, es fácilmente identificable porque permanece precintada. Sobre ella se han arremolinado visitantes curiosos y periodistas que buscaban la foto prohibida por Patrimonio Nacional.

Un vigilante de seguridad se ha desesperado lanzando avisos a los informadores, hasta que ha reclamado el apoyo de una pareja de guardias civiles. Sin embargo, cuando la Benemérita se ha personado en el altar de la basílica, las fotos ya estaban hechas. También se habían depositado flores rojas y amarillas en el lugar donde estuvo enterrado Franco.

De momento, las entradas 'online' para visitar el Valle de los Caídos no se pueden adquirir al menos hasta el mes de enero, tal y como se recoge de la web de la venta oficial de entradas de Patrimonio Nacional. 

Hasta septiembre, los datos de Patrimonio Nacional muestran que casi 400.000 personas visitaron el Valle de los Caídos durante el pasado año 2018, una cifra que podría verse modificada tras la exhumación de los restos mortales del dictador de la basílica el pasado jueves.

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