Silencio y rosas para despedir a Rubalcaba, que será enterrado el domingo en la intimidad

Al adiós de la clase política española al exvicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba se  unió este viernes miles de españoles silenciosos que accedieron al Congreso para dar un adiós emocionado al socialista que, a sus 67 años, aún impartió el miércoles su última clase en la universidad.

Un silencio impactante en pleno centro de la capital que solo se rompió cada vez que alguna autoridad accedía a la capilla ardiente, pero ninguna fue aclamada como Alfredo Pérez Rubalcaba, cuyos restos mortales llegaron a las 20.15 al Congreso por la puerta noble, la de los Leones.

En el Salón de Pasos Perdidos le despidieron sus familiares y amigos, los Reyes, presidentes, expresidentes, alcaldes y demás compañeros de andanzas políticas.

Y mientras, fuera, colas y colas de personas corrientes esperaban turno para decirle adiós a un político "de los de antes, de los que se van extinguiendo", como remarcaba una señora de su generación. Aunque estaba previsto que la capilla se cerrara este viernes a las 22.00, finalmente no lo hizo hasta pasadas las 23.30, dado el elevado número de personas que esperaban para entrar.

Entre ellas se acercó una veintena de alumnos de segundo de Química a los que Rubalcaba tenía que haber impartido su última clase del curso.

La penúltima, de dos horas, la tuvieron en la mañana del miércoles, el mismo día en que sufrió el ictus que acabó con su vida. "Hemos venido a decirle adiós. Era una auténtica maravilla de profesor y de persona", contaba uno de sus alumnos..

También emocionada esperaba Laura, de 61 años, que nunca cruzó una palabra con su vecino Rubalcaba pero sí gestos cordiales cuando se lo encontraba por el barrio. "Gracias a él... Han pasado muchas cosas en este país", aseguró visiblemente emocionada.

Motivos similares tendrían cada uno de los que en una tarde apacible de primavera esperaon horas de cola -daba la vuelta a la manzana, hasta la calle Marqués de Cuba- para acceder al Salón de los Pasos Perdidos a partir de las 21.45, cuando se abrió al público. 

No fueron pocos los que accedieron con rosas rojas que dejaban a los pies y sobre la bandera de España y del partido que cubría el ataúd, y alguno alzaba el puño al pasar ante él.

Su esposa, Pilar Goya, recibía con emoción cada saludo, bien viniera de los alumnos de su esposo o de las autoridades. Y junto al féretro, más de 30 coronas de flores y una foto de Rubalcaba sonriente con esta frase: "La paz y la libertad es nuestra forma de vida".

En el solemne salón de los pasos perdidos el silencio se rompió cuando se marcharon los Reyes y se ponía fin al protocolo, y una multitud de dirigentes y cargos socialistas, miembros de otros partidos, familiares y amigos llenaban esta estancia y trataban sin orden alguno de acercarse a dar su pésame a la familia.

Entre las más afectadas, Elena Valenciano, Trinidad Jiménez y Susana Díaz, quien al llegar daba un sentido abrazo a Pedro Sánchez a la entrada del palacio de la Carrera de San Jerónimo.

Con la familia, junto a la esposa de Rubalcaba estuvo en todo momento velando al exministro su amigo más querido Jaime Lissavetzky, muy afectado, también el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero o Adriana Lastra, que se marchó con lágrimas en los ojos.

Tampoco faltaron el expresidente Mariano Rajoy o el actual líder del PP, Pablo Casado.

También Florentino Pérez fue a despedir a Rubalcaba, socialista hasta el final pero también madridista. La corona de flores blancas del Real Madrid deba el contrapunto a un salón repleto de rosas rojas.

Será enterrado este domingo en la intimidad

El exvicepresidente será enterrado este domingo por la tarde en la intimidad por expreso deseo de la familia, han informado  fuentes de su entorno.