Internacional

La Junta Militar amplía en seis meses el arresto de la líder opositora Suu Kyi

BIRMANIA

La prolongación del arresto a Suu Kyi, considerada por muchos birmanos el símbolo de la democracia, fue adoptada por el régimen militar después de que la comunidad internacional se comprometiera a donar decenas de millones de dólares a Birmania para ayudar a los 2,5 millones de supervivientes del ciclón "Nargis".

La premio Nobel de la paz Aung San Suu Kyi, líder de la Liga Nacional para la Democracia (LND), permanecerá en su arresto domiciliario al menos otros seis meses más. Así lo anunció la Junta Militar birmana, que amplía el encierro para la disidente, retenida 13 de los últimos 18 años, y da un golpe de autoridad en sus asuntos domésticos días después de abrir sus fronteras a la ayuda internacional destinada a los 2,4 millones de damnificados por el paso del ciclón Nargis.


La Junta amplió el arresto domiciliario de Suu Kyi en medio año, según informaron fuentes del Ministerio de Interior. De esta forma, se prorroga una medida cuyo plazo de cumplimiento se acababa precisamente, pero que se mantendrá, tal y como comunicaron responsables del Gobierno a la propia líder disidente tras visitarla en su vivienda. Su actual periodo de detención comenzó el 30 de mayo de 2003, y aunque en un primer momento se decretó "para su propia protección" por la lucha entre simpatizantes de la oposición y del régimen, posteriormente se ha mantenido y renovado periódicamente.


Partidarios de la histórica disidente de 62 años tomaron hoy las calles de Rangún para dirigirse a su residencia. Sin embargo, la fecha tampoco pasó desapercibida para la Policía, que desplegó barricadas de alambre con las que evitar aproximaciones y mantenía en las inmediaciones de las oficinas del LND un furgón y una ametralladora instalados como medida preventiva. Fuentes de la oposición cifraron en una veintena el número de detenidos, que supuestamente rechazaron las recomendaciones de retirada dadas por los policías, según informaciones de la web de la disidencia 'Democratic Voice of Burma'.


Por su parte, Estados Unidos consideró que la Junta militar birmana ha dejado escapar una oportunidad para iniciar un diálogo con la líder opositora, en relación a "una afirmación triste sobre el estado de la libertad política en Birmania". El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, señaló, no obstante, que "no es una sorpresa".


Sin concesiones



Aunque la renovación del periodo de arresto era la medida esperada, lo cierto es que este golpe sobre la mesa de la Junta Militar supone una vuelta a la política de no concesiones. La visita del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, arrancó la semana pasada del general Than Shwe la apertura de fronteras para la ayuda internacional, destinada a asistir a los 2,4 millones de damnificados por el paso del Nargis hace tres semanas, que también causó unas 134.000 víctimas entre muertos y desaparecidos.


Muchos activistas le reprochan a Ban no haber hablado durante su reunión con las autoridades locales de la situación de la premio Nobel, si bien el líder de la ONU aclaró en todo momento que su visita era únicamente para asuntos humanitarios. Los medios controlados por el Estado, sin embargo, agradecen a la comunidad internacional su interés en el auxilio de la población, que sigue sin llegar a algunas poblaciones. Los voluntarios sobre el terreno relatan incluso cómo muchos ciudadanos se agolpan a las orillas de los caminos y carreteras esperando por una ayuda que en muchos casos no llega.


La Oficina de la ONU para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA) afirmó hoy que un millón de birmanos se han beneficiado ya de la asistencia, cifra que corresponde al 40 por ciento de los damnificados por el ciclón. La portavoz de la OCHA, Elizabeth Byrs, afirmó que hasta ahora han llegado a Rangún unos 153 vuelos internacionales y cada día arriban entre diez y quince más.


Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó que la máxima prioridad para la población afectada es el acceso al agua, a los servicios sanitarios y a la atención médica. Esta agencia de la ONU ha puesto en marcha a un equipo especializado para que se ocupe del control y la prevención de la malaria. La OMS asegura que, hasta el lunes, más de 50 países se han comprometido a donar 50 millones de dólares (31,8 millones de euros) a la ONU para apoyar las labores de asistencia, recuperación y rehabilitación.

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