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La jefa del Servicio Secreto reconoce que el atentado contra Trump es "el fracaso más importante en décadas"

Cheatle ha revelado que el atacante fue identificado como "sospechoso", pero no como una "amenaza" y que el FBI sigue investigando lo ocurrido. 

La jefa del Servicio Secreto de Estados Unido, Kimberly Cheatle, responde las preguntas sobre el atentado a Donald Trump.
MICHAEL REYNOLDS

La directora del Servicios Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle, ha comparecido este lunes ante una comisión de la Cámara de Representantes y ha reconocido que el atentado contra el candidato presidencial republicano Donald Trump del pasado 13 de julio "es el fracaso operativo más importante del Servicio Secreto en décadas".

Cheatle ha comparecido ante la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, controlada por la oposición republicana, y ha trasladado sus condolencias a las víctimas del ataque: el exbombero Corey Comperatore fallecido y varios heridos más, incluido James Copenhaver y el propio Trump, ya que uno de los disparos le alcanzó en la parte superior de la oreja derecha.

La jefa del Servicio Secreto ha asegurado que moverá "cielo y tierra" para evitar que se repita un incidente como el de hace diez días. "Nunca dejo de pensar en qué tendríamos que haber hecho", ha apuntado, según recoge la cadena estadounidense CNN.

En cualquier caso, ha puesto en valor el trabajo de los agentes que intervinieron rápidamente para proteger a Trump en cuanto comenzaron a sonar los disparos de Thomas Crooks. "No puedo expresar con palabras lo orgullosa que estoy de las acciones del servicio del expresidente, del equipo de contrafrancotiradores que neutralizó al atacante y del equipo táctico que dio cobertura durante la evacuación", ha resaltado.

Sin embargo, ha contestado con evasivas a las preguntas clave, como por qué no había agentes en el tejado desde el que disparó Crooks, si Crooks voló un dron antes del inicio del acto o por qué no se intervino cuando los asistentes alertaron de su presencia y de que tenía un fusil. "Han pasado solo nueve días desde este incidente y sigue habiendo una investigación en marcha. No voy a dar detalles sobre ese día", ha argumentado.

Sí ha aclarado en cambio que el Servicio Secreto no rechazó ninguna petición de recursos adicionales de la campaña de Trump para la seguridad del acto de Butler, Pensilvania, y que el edificio desde el que se hicieron los disparos estaba fuera del perímetro de seguridad.

En su comparecencia, Cheatle ha revelado que el atacante fue identificado como "sospechoso", pero no como una "amenaza". Entonces le han preguntado por qué permitieron que se realizara el mitin si habían identificado al individuo como sospechoso. "Si se hubiera informado de que había una amenaza, el servicio jamás habría llevado al expresidente al escenario. Eso es lo que hacemos y eso es lo que somos", ha respondido.

"Hay momentos en que se identifica a personas sopechosas y esas personas tienen que ser investigadas" para determinar si suponen una amenaza real, ha añadido.

Mientras, la bancada republicana, con la histórica fotografía de Trump con el puño en alto tras recibir el disparo tras de sí a gran tamaño, ha cuestionado la investigación. "Tenemos que confiar en que el FBI está llevando esta investigación y que están realizando una investigación fiable, porque hay algunos de los que estamos aquí sentados que no tienen mucha confianza en el FBI", ha señalado el presidente de la Comisión de Supervisión, el republicano James Comer.

El propio Comer había abierto la sesión pidiendo directamente la dimisión de Cheatle. "Los estadounidenses exigen respuestas (...). El intento de asesinato del 13 de julio es uno de los días más oscuros de la historia política estadounidense. Representa la parte más fea de lo que se ha convertido la política estadounidense: odio contra otro y una peligrosa deriva hacia el extremismo", ha espetado.

Cheatle ha respondido que considera que es "la persona más adecuada para dirigir el Servicio Secreto en este momento" y ha recordado sus 27 años de trabajo en la agencia "en una misión que adoro absolutamente".

Otro congresista republicano, Jim Jordan, considerado cercano a Trump, ha acusado a Cheatle de ocultar la verdad. "Parece que no va a contestar algunas de las preguntas más básicas", se ha lamentado.

La directora del Servicio Secreto ha defendido además la labor de las mujeres del servicio secreto después de las dudas al respecto publicadas en medios conservadores porque cuentan con las personas más aptas para cada puesto, a "las mejores y más brillantes". "Contrato a los candidatos mejor capacitados", ha remachado tras las preguntas sobre la intención de incrementar la cuota de mujeres en la agencia. Además ha recordado que los agentes se echaron encima de Trump "en menos de tres segundos".