Netanyahu se debate entre su supervivencia y los rehenes

El primer ministro contempla aceptar una tregua de 42 días, pero rechaza una retirada de las tropas porque "Irán y otros enemigos esperan para destruir Israel".

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu
Amir Cohen

Benjamín Netanyahu juega una complicada partida a dos bandas en la que debe elegir entre su supervivencia política o la liberación de los rehenes. Durante una reunión del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa en el Parlamento (Kneset), el primer ministro aseguró que puede detener el "combate" durante 42 días para recuperar a los cautivos, pero que no puede poner fin a la guerra "porque los iraníes y todos los enemigos están vigilando y quieren ver a Israel rendirse". Este movimiento supondría aceptar la implementación de la primera de las tres fases de la hoja de ruta presentada el viernes por Joe Biden, pero cierra las puertas a las otras dos, que incluyen el alto el fuego definitivo y la retirada de tropas, líneas rojas para Hamás.

Fuentes de seguridad cercanas al plan consultadas por The Times of Israel señalaron que "Israel no aceptará la segunda fase de un acuerdo que incluiría el fin total de la operación militar" y que "la propuesta le permite al Ejército reanudar los combates en cualquier momento si concluye que Hamás está ganando tiempo en las conversaciones sin tener la intención de liberar a todos los secuestrados".

El Ministerio de Exteriores egipcio informó que los islamistas dieron una respuesta positiva al plan, aunque exigen que les envíen un documento por escrito. Ahora falta conocer la decisión final de Israel y Netanyahu es quien tiene la última palabra. Si opta por poner en marcha esta hoja de ruta su Gobierno está acabado y será también su final a no ser que tenga preparada alguna jugada política inesperada que le permita mantener la mayoría con diferentes apoyos.

Los israelíes acusan a Hamás de intentar ganar tiempo para tomar aire con una tregua y desde el lado palestino desconfían de un Netanyahu de quien piensan que se encuentra a la espera de una posible victoria de Donald Trump en las elecciones de noviembre. Los islamistas consideran que Israel solo busca liberar a los rehenes para luego reemprender los ataques y por eso exigen garantías a los mediadores.

Oferta peligrosa 

El ministro de Economía, Bezalel Smotrich, repitió un día más que "la oferta israelí presentada por Biden es peligrosa: si Netanyahu aprueba el acuerdo, dejaremos el Gobierno y trabajaremos para reemplazarlo".

El responsable de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, acudió este lunes al despacho del primer ministro y "una vez más", se negaron a presentarle el proyecto. En opinión del político ultranacionalista si el pacto "no es imprudente y no incluye el compromiso de poner fin a la guerra antes colapso de Hamás, ¿por qué no me lo dejan ver?". Ben Gvir también dejó claro que "si se firma" disolverán el Ejecutivo.

Desde el comienzo de la guerra estos dos ministros han demostrado tener mayor influencia en las decisiones de Netanyahu que Joe Biden. Impulsaron la operación en Rafah pese a la presión de los aliados y la orden de la Corte Penal Internacional, sus seguidores asaltan con total impunidad los pocos camiones que intentan acercarse a la Franja y su discurso de volver a ocupar Gaza ganan apoyo cada día. Estos ultranacionalistas, como Netanyahu, quieren ofrecer una imagen de victoria total sobre el enemigo, pero 36.000 muertos y ocho meses después, no han sido capaces de conseguir cazar a los líderes islamistas que idearon el ataque del 7 de octubre, ni liberar a los rehenes.

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