Internacional

La UE reconoce la "insuficiencia mundial" para fabricar vacunas contra la covid-19

Las críticas por la lentitud de la campaña se extienden por los países en el centro de la epidemia en Europa.

Traslado de un paciente con covid-19 a un hospital de Londres.
HANNAH MCKAY

Las Unión Europea reconoció este sábado una "insuficiencia mundial" en la capacidad de producción de vacunas contra el coronavirus. La comisaria de Salud, Stella Kyriakides, salió así al paso de las crecientes críticas por la lentitud con la que se desarrolla la campaña de inmunización iniciada el pasado 27 de diciembre en el espacio comunitario y que varios especialistas atribuían a la mala gestión de la UE en la compra del fármaco. Países situados en el epicentro de la pandemia en Europa, como Reino Unido y Alemania, ven agotarse sus reservas. De hecho, gran parte del personal sanitario germano no podrá recibir el suero pese a tratarse del principal grupo de riesgo de contraer el virus. Kyriakides dijo que la Unión está "lista para ayudar" en la búsqueda de fórmulas que aumenten la fabricación de antivirales.

Las quejas desde el sector médico y ciudadano se han extendido especialmente a Alemania, Países Bajos y Reino Unido después de que el jueves surgiera la primera polémica de calado en Francia. Partidos políticos, asociaciones sanitarias y otros colectivos arremetieron contra el Gobierno de Emmanuel Macron por el hecho de que solo 332 ciudadanos se hubieran administrado el suero de Pfizer desde el inicio de la campaña el día 27. Una cifra que le coloca a la cola de los Estados inmersos en este proceso y que contrasta con el avance de una plaga que ha obligado a endurecer las medidas restrictivas en Francia en este comienzo de año. Macron ha respondido que acelerará la campaña mientras las residencias de la tercera edad, destinatarias preferentes de los antivirales, piden tiempo para organizarse.

Los franceses ponen como ejemplo a seguir a Reino Unido, donde más de un millón de personas ha pasado ya por el programa. Pero ni siquiera la Administración de Boris Johnson se libra de las quejas. Diferentes colectivos profesionales le han exigido que aumente el ritmo de la vacunación ante el vertiginoso avance de la pandemia debido a la nueva cepa vírica descubierta hace apenas quince días. En las primeras 24 horas del año, el país ha contabilizado de nuevo cifras extraordinariamente altas, con casi 58.000 enfermos nuevos y 445 fallecidos.

La grave situación creada por la mutación de la covid-19, que hace al patógeno mucho más contagioso, ha obligado al Ejecutivo británico a mantener el cierre de las escuelas primarias tras las vacaciones navideñas, además de a 44 millones de ingleses en una situación de práctico confinamiento. Y no solo en las islas. El Gobierno de Gibraltar decidió cerrar el Peñón, donde se han notificado 264 nuevas infecciones en los últimos dos días frente a las cinco contabilizadas el 2 de diciembre.

Las autoridades no tienen duda de que esta eclosión responde a la variante británica, cuya gran actividad también obliga a tomar medidas rigurosas en Dinamarca tras haberse notificado 86 contagios de este virus que ha roto las previsiones de los organismos de control de la enfermedad en cuanto a su propagación. Asimismo, Luxemburgo avisó ayer de un caso, de manera que la lista de países afectados por la mutación vírica crece: Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Irlanda, Islandia, Italia, Noruega, Países Bajos, Portugal, Luxemburgo, Suecia, Australia, Brasil, Canadá, Corea del Sur, Hong Kong, Israel, Japón, Jordania, Líbano, Suiza, Singapur y Turquía. Es decir, la nueva cepa ha rodeado prácticamente el planeta.

En el caso de Países Bajos, el comienzo de la vacunación estaba prevista para el próximo día 9, pero el Gobierno se planteará adelantarla en una reunión que tendrá lugar el lunes, una vez ha escuchado a los expertos advertirle que su calendario quizá sea demasiado tardío para evitar el colapso hospitalario. Las críticas han sido especialmente duras contra el ministro de Sanidad neerlandés, Hugo de Jonge, quien decidió iniciar la administración de la vacuna en enero al entender que la Comisión Europea fijó apresuradamente la fecha del pasado 27 para realizar un "comienzo simbólico" cuando algunos de los Estados miembros todavía no estaban preparados por razones técnicas y logísticas. La Asociación Neerlandesa de Cuidados Intensivos ya ha manifestado que si la agresiva cepa británica llega a Holanda, los hospitales podrían llegar a una situación en la que tuviesen que elegir a qué pacientes salvar y cuales no.

Una mala gestión

En Alemania, la situación se repite. Hasta este sábado se habían vacunado 165.575 personas, una parte mínima de una población que se sabe instalada en el vórtice de la pandemia y viven un "cierre duro" para combatirla. Según varios medios periodísticos, la lentitud viene obligada por la escasez de suero como consecuencia de una gestión nefasta de la UE en el momento de tramitar las compras con diferentes fabricantes. «Al parecer existía la impresión de que habría suficiente y que las cosas no serían graves, eso me sorprendió», ha dicho al 'Der Spiegel' Ugur Sahin, codirector del laboratorio BioNTech, responsable con Pfizer de la vacuna hasta ahora homologada en Europa.

En una entrevista al periódico 'Die Welt', la neurologa Frauke Zipp, perteneciente a la Academia Nacional de Ciencias Leopoldina, que asesora al Gobierno alemán, se refirió el viernes al "burdo fracaso" de la Unión y de Alemania y se preguntó el motivo de que no se hicieran pedidos más grandes a los laboratorios. La oposición en el Parlamento se ha sumado a las críticas y, así, el secretario general del Partido Liberal, Volker Wissing, pidió aclarar por qué países como Israel resultan más efectivos. Los israelíes están a la cabeza de la vacunación mundial y ya han inmunizado al 12% de su población. Sus recursos son de 11,55 dosis por cada 100 habitantes frente al 1,47 de Reino Unido.