Internacional

La fórmula China para reactivar el consumo

El Gobierno asiático impulsa exenciones fiscales y bonos de descuento para recuperar la economía de los pequeños comercios

Shanghái, 15 may. (COLPISA, Zigor Aldama, corresponsal)
La fórmula China para reactivar el consumo
ALEX PLAVEVSKI

En la factura destaca el porcentaje señalado en la casilla destinada al IVA: 0%. "Se ha decretado la exención de ese impuesto durante el tiempo que dure la pandemia del coronavirus", explica el responsable de un restaurante de cocina mediterránea de Shanghái que pide ser identificado solo por su apellido, Lu. "Es una medida bienvenida, porque podemos incrementar nuestro margen de beneficio sin repercutirlo en el consumidor para recuperarnos de todas las pérdidas que hemos acumulado durante los meses que el país ha estado parado", añade.

Gracias a la eliminación del IVA decretado para los sectores de la hostelería, la cultura, el deporte y el ocio, este establecimiento gana un 6% más en cada factura. Otros, sin embargo, han optado por una estrategia diferente: reducir los precios para incentivar el consumo. "Hemos lanzado ofertas para que sean los clientes quienes se beneficien de esa reducción en los impuestos. Así logramos que vengan más y nosotros mantenemos el margen intacto", comenta Lin Xiao, gestora de otro restaurante.

En Shanghái, el IVA que abonan las pymes de otros sectores también se ha reducido del 3% al 1%. Y otros impuestos, como el equivalente al de sociedades, ha pasado del 6% al 3%. Además, las cuotas a la Seguridad Social se han bajado a la mitad durante cinco meses, y el Gobierno también facilita en algunos casos la renegociación temporal de los alquileres para adecuarlos a la nueva coyuntura. "En algunos casos, las empresas no son capaces de hacer frente a los costes fijos y eso aboca a su cierre", confiesa un trabajador de Capitaland, un gigante inmobiliario que gestiona multitud de centros comerciales por todo el país. "En nuestros locales se han producido numerosas bajas", reconoce.

Esas heridas quedan a la vista en Hongkou Plaza, un gran centro comercial al norte de Shanghái. Multitud de negocios han bajado la persiana definitivamente, incapaces de asumir los costes de su reapertura. A pesar de que no se han impuesto medidas de distanciamiento social en los restaurantes y la actividad va recuperando la normalidad antes de lo esperado, muchos establecimientos han sido incapaces de sobrevivir. "En los últimos años se han construido demasiados centros comerciales y, ahora que la demanda ha bajado, existe un evidente exceso de oferta", explica el trabajador de Capitaland, que pide mantenerse en el anonimato porque no tiene permiso para hacer declaraciones a la prensa.

En otros centros, como Mixpace, los gestores tratan de incrementar las visitas de clientes organizando pequeños mercados de artesanía en los que, a diferencia de lo que sucedía antes, no se cobra a quienes venden sus productos por establecer un puesto. "Estamos organizando más actividades culturales y comerciales para animar a los consumidores. Pero somos conscientes de que las pymes tienen recursos escasos, así que hemos decidido no cobrarles. Tenemos que remar todos juntos", explica Sabrina Chang, una de las gestoras del evento.

Consciente del reto que significa reactivar el consumo, que aporta ya casi el 70% del PIB de China, diferentes gobiernos locales, entre ellos el de la provincia sureña de Guangdong, han puesto en marcha ambiciosos programas de cupones descuento. A diferencia de lo que ha hecho Hong Kong, que abonará 10.000 dólares de Hong Kong (1.200 euros) para mitigar los efectos adversos de la crisis económica provocada por la pandemia, en la China continental se apuesta por estos cupones que se pueden canjear en cualquier comercio. "Son unos códigos QR que puedes escanear con el móvil y que ofrecen, por ejemplo, un descuento de 50 yuanes cuando gastas 150. Son válidos durante una semana, así que están teniendo mucho éxito", comenta Carlos Miranda, importador de vino en Guangzhou.

Shanghái también ha implementado un modelo similar en colaboración con diferentes plataformas de comercio electrónico, y estos cupones gubernamentales se suman a los descuentos que ofrecen también las empresas privadas. "Estamos ofreciendo un cupón por valor del 20% de lo consumido para la siguiente visita", comenta Liao, camarero de la cadena de Yershari, una cadena de comida típica de la región de Xinjiang. "Está funcionando bien y la gente vuelve", afirma.

Según una encuesta realizada por el diario Beijing Youth Daily, un 58,6% de la población está de acuerdo con estos sistemas de incentivo del consumo. Al fin y al cabo, si hay un país con reservas suficientes para poner en marcha grandes planes de estímulo económico, ese es China. Las pymes también exigen créditos sin intereses o con intereses muy favorables para solucionar sus problemas de liquidez. Las empresas dedicadas a la exportación, sin embargo, tienen más difícil recuperar la normalidad ante el parón que sufre el resto del mundo. Y eso preocupa al Gobierno central, porque estima que unos 112 millones de ciudadanos están empleados en la industria que vende sus productos fuera de las fronteras de China.

Más paro del oficial

Aunque oficialmente la tasa de paro del gigante asiático está por debajo del 6%, muchos consideran que la realidad es mucho menos boyante. "Las cifras subestiman el paro real de China. El Gobierno masajea las estadísticas y no quiere que reflejen la mala situación del país", sostiene Willy Lam, profesor de la Universidad China de Hong Kong, en declaraciones a CNN. Según proyecciones de los analistas consultados por la cadena estadounidense, hasta 80 millones de chinos podrían haber perdido su empleo solo en el mes de marzo. El mayor batacazo se lo han llevado los migrantes rurales, que suelen estar ausentes en las estadísticas a pesar de que suman unos 290 millones y son vitales para sectores clave, como la industria y la construcción.

El portavoz del Buró Nacional de Estadísticas, Mao Shengyong, reconoció en una rueda de prensa que el coronavirus ha tenido "un impacto severo" en el empleo, pero añadió que, hasta el momento, la segunda potencia mundial ha esquivado "despidos masivos". No obstante, todas las empresas con las que ha contactado este diario reconocen haber reducido su plantilla. "Habrá que esperar a ver si las medidas para incentivar el consumo tienen éxito. Si es así, volveremos a contratar. Pero todavía perdura la incertidumbre, y eso incita al ahorro. La economía china ya estaba reduciendo su ritmo de crecimiento y esto puede provocar el temido 'aterrizaje brusco'", comenta un empresario español del sector de automoción, uno de los más castigados.