El Gobierno libio en Tobruk, reconocido por la comunidad internacional, se vio obligado este miércoles a cerrar la sede del Ministerio de Exteriores, después de que dos clanes que se disputan el puesto de embajador en Egipto se enfrentaran a tiros a sus puertas.

Según relató a Efe una fuente de Seguridad, el enfrentamiento con fusiles y otras armas ligeras se entabló a primera hora en el exterior de la sede de la Cancillería, establecida en la localidad costera de Al Bayda.

A esta urbe ha trasladado el primer ministro Abdelá al Zeni la sede del Gobierno desde que en diciembre pasado sufriera un atentado en la vecina Tobruk.

"La escaramuza enfrentó a dos clanes pertenecientes a la tribu de Al Baraisa, que se disputan el puesto de embajador en Egipto", detalló la fuente, que aseguró que no se registraron víctimas mortales.

Libia es víctima de la guerra civil y el caos desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera a derrocar el régimen dictatorial de Muamar Gadafi.

Desde hace meses, dos gobiernos -uno considerado rebelde establecido en Trípoli y otro internacionalmente reconocido con sede en Tobruk- luchan por el poder apoyados por milicias islamistas y militares del antiguo régimen.

En medio, la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha consolidado su posición en la ciudad de Darna, vecina a Al Bayda, y ha avanzado hacia localidades centrales de la costa de Sirte, a unos 250 kilómetros de Trípoli, donde ya domina algunos barrios y el aeropuerto.

Este miércoles, el enviado especial de las Naciones Unidas para Libia, Bernardino León, advirtió en Argel de que la situación en ese país "ha llegado al límite" y de que, si no se alcanza pronto un acuerdo, se convertirá en un Estado "fallido".

"Si las partes no entienden que Libia ha llegado al límite, el resultado podría ser que Libia se convierta en un Estado fallido", alertó en un intento por acelerar las negociaciones de paz entre los gobiernos enfrentados.