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Premio internacional para un vino espumoso que nació en un pueblo de Teruel entre risas
Bayod Borrás es una bodega del Matarraña que se ha alzado con la única medalla de oro aragonesa para un espumoso en el Mundial de Bruselas.
Cinco amigos en una barbacoa. Así comienza el relato de un laureado vino espumoso que se elabora en la provincia de Teruel, en el Matarraña. "En la Guerra Civil, mi abuelo se fue a Cataluña y en Codorniú aprendió la técnica de elaboración del cava", explica Jordi Bayod, uno de esos cinco chicos. Con esa tradicional receta como base comenzó un 'hobby' que se ha profesionalizado.
Comenzaron haciendo vino espumoso para juntarse más, empezaron haciendo 300 litros, después pasaron a embotellar 1.000, luego 2.000... De esos cinco amigos, Jordi Bayod y Jesús Borrás decidieron dar un paso en firme y convirtieron esa afición en algo más serio y juntos fundaron Bayod Borrás en Fórnoles, "la primera bodega de vino espumoso de la provincia de Teruel", como se presentan. "Lo que empezó entre risas, ahora es una bodega donde se elaboran seis tipos diferentes de espumosos", señala Bayod.
Esta misma semana recibieron la noticia: uno de sus vinos se ha alzado con una medalla de oro en el Mundial de Bruselas. No solo eso, sino que Gatell Gran Reserva Brut Nature 2022 se trata del único espumoso aragonés que ha conseguido tal título en el prestigioso certamen internacional.
Al servir este espumoso, la copa se viste de amarillo pajizo de intensidad media y con reflejos dorados, con un rosario fino y constante. En nariz se muestra con gran complejidad aromática, donde la larga crianza se vuelve más que evidente. Las lías le otorgan notas a galletas y pastelería, con profundos matices de compota de manzana, frutos secos y mazapán.
Cuando se prueba se mantienen esos matices y también se añaden el de ligeras de piel de naranja. Se presenta como un aliado para cocinas con complejas elaboraciones y con platos con intensos sabores. En estos momentos, está agotado.
"Ha sido un espectáculo, estamos muy contentos, es a lo que más puede aspirar una bodega", asegura Jordi Bayod. "Hemos competido con cavas franceses, de bodegas centenarias...", continúa todavía emocionado.
En su caso, compran vino joven en la cooperativa y ejecutan la segunda fermentación. "No somos elaboradores de vino, sino que nos distinguimos por el arte del coupage", indican. El espumoso ganador de la medalla de oro en el Mundial de Bruselas es un espumoso donde se unen las variedades de macabeo, charelo, parellada y chardonnay.
Entre manos tienen más proyectos, como la creación del primer vino espumoso con trufa del mundo. Además de conseguir espumosos de calidad e innovadores, detrás de sus brindis hay una meta: una lucha por mantener con vida los pequeños pueblos en continua despoblación.
