Una docena de churros en pareja o familia, media para una sola persona si tiene ‘saque’, hasta con una porra extra; un par con el café, para alegrar la mañana. Hay muchas modalidades aceptadas para disfrutar de esa deliciosa masa frita que tradicionalmente lleva agua, harina aceite y sal; se convierte en un palo estriado con boquilla adecuada para la manga, se baña en azúcar y se come calentito.

Es un producto que España ha exportado al mundo entero como alimento contemporáneo, aunque sus orígenes remotos son chinos (dinastía Song Qin Hui) y llegó a Europa gracias a comerciantes portugueses; desde luego, forma parte de la tradición ibérica, aunque Estados Unidos es uno de los países donde se ha aceptado de manera más entusiasta, hasta el punto de crear variedades propias y más barrocas.

La Fama, en la calle Santiago, es una tradición que no debe evitarse si se visita Zaragoza; hay que hacerle honor de vez en cuando si se vive en la ciudad, con el correspondiente chocolate caliente o sin él. Churros buenos hay en muchos sitios, pero Zaragoza tiene desde hace dos años un local con mucho éxito que supone la alternativa a las churrerías de toda la vida, aunque los ‘normales’ sean muy apreciadas por grandes y pequeños cuando el tiempo refresca. De hecho, también se comen en verano.

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La alternativa: el chocolate con churros de verano en Churrísimo

Churrísimo se encuentra en el número 1 de la calle Mayor, casi esquina con Jaime I. Edith, su responsable, explica que es “es un negocio familiar, con varios socios” y asegura que están “muy contentos” con la respuesta pública. "El chocolate con churros de verano es todo un éxito, la gente repite".

El local tiene horario partido este verano, de 7.00 a 13.00 y de 17.30 a 21.30. El producto estrella es el churro helado, que te transporta a otro mundo y le puedes añadir 'toppings': hay de Choco Crunch, Oreo, Lotus, Lotus White, Kinder, Fruity Rebels, Caramel y Choco Almendra. Se puede añadir un Churrolazo, también con diferentes sabores. El precio ronda los 4,5 euros, pero depende de cómo lo quieras.

El lado americano se complementa con batidos de chocolate de diversas variedades y ‘smoothies’; el guiño centroeuropeo llega con los gofres, dulces y salados. La parte italiana se cubre con el apartado del ‘frapuccino’ y por el lado ibérico está el chocolate con churros de toda la vida, los churros por docena y los desayunos completos. Se puede pedir a domicilio por Glovo, además, "y el helado llega en perfectas condiciones", aclara Edith.