bares y restaurantes en Zaragoza

Mi Marrano aspira a ser el sueño zaragozano de una gran franquicia

En poco tiempo han abierto tres establecimientos y dos más en Madrid alrededor del marranito, un sencillo bocadillo de jamón.

Dos de las versiones de marranitos en la tienda de la calle Delicias.
Dos de las versiones de marranitos en la tienda de la calle Delicias.
Alejandro Toquero

El marranito, en apariencia, no es más que un sencillo bocadillo de jamón. Sin embargo, está funcionando bien y su creador, Edmundo Colungo, lleva la intención de expandirlo alrededor de la apertura de tiendas/cafeterías que responden al nombre de Mi Marrano.

En los dos últimos años el proyecto se ha perfilado y definido con claridad. Nació en la calle San Ignacio de Loyola como una tienda gourmet con más de 500 referencias de productos de gran calidad, pero Edmundo comprobó y entendió rápido que “lo que más le gustaba a la gente eran los marranitos y poder consumirlos en el interior”.

La idea inicial no cuajó y recientemente ha cerrado la tienda del centro de Zaragoza, aunque Edmundo Colungo comenta que “hay dos establecimientos parecidos en Madrid que se abrieron hace poco y que están funcionando muy bien”.

Mi Marrano acaba de abrir en el número 26 de la calle Delicias.
Mi Marrano acaba de abrir en el número 26 de la calle Delicias.
Alejandro Toquero

En cualquier caso, en estos momentos el fundador y sus socios tienen más claro el modelo y las primeras tiendas se han empezado a poner en marcha. Definitivamente hay dos formatos: pequeños establecimientos de no más de 15 metros cuadrados para la venta directa o el 'take away', y locales donde se combina la venta al público con la degustación en el interior.

Además, no solo se ofrecen marranitos, sino que también hay un importante surtido de dulces o cafés. En definitiva, se asemejan bastante a la idea que podemos tener de una cafetería tradicional.

La apertura más reciente ha sido en el número 26 de la calle Delicias a finales de noviembre, y después del puente de la Constitución le tocará el turno a un local en el número 11 del paseo Fernando el Católico. Además, poco antes de las fiestas del Pilar abrió un pequeño punto de venta directa en la avenida Tenor Fleta. Todo ello unido a los dos de Madrid. En total, cinco, lo que da una idea de que ya se puede empezar a hablar de un grupo.

Surtido de marranitos, que se ofrecen en tres versiones.
Surtido de marranitos, que se ofrecen en tres versiones.
A. T.

“Creemos que es un modelo muy franquiciable y que en cuatro o cinco años se puede llegar a más de cien establecimientos en toda España”, asegura Edmundo. Además, no descarta dar el salto a nivel internacional.

Sin duda, el responsable de este éxito es el marranito, un bocadillo de jamón. La materia prima es lo primordial, así que se ha elegido uno de Guijuelo “con mucha jugosidad”. Y luego, claro, está el pan. Bueno, los panes, porque hay tres versiones.

El más popular es el mollete andaluz o antequerano, “aunque no todo el mundo lo entiende porque parece que tiene mucha miga y está poco cocido; por eso ofrecemos la posibilidad de planchearlo un poco”. Para los clientes que no les gusta hay dos alternativas más: pan de cristal y una barra crujiente clásica.

El local permite la degustación en el interior.
El local permite la degustación en el interior.
A. T.

En cualquier caso, la familia de los marranitos ha dado un nuevo paso. En concreto, con ocho propuestas más donde no solo hay jamón en distintas versiones -ibérico, serrano y cocido-, sino también pavo, con diferentes salsas y rellenos. “De esta forma llegamos a un público más amplio, sobre todo a la hora de diseñar los surtidos que ofrecemos en cajas”, concluye Edmundo, muy agradecido por la buena acogida que está teniendo su proyecto en Zaragoza.

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