Cinco platos de carne y pescado para comer en frío este verano
Los platos fríos ganan protagonismo en la época estival y van mucho más allá de las ensaladas y las cremas de verduras.
No solo apetecen más con la llegada de las altas temperaturas, sino que son la opción ideal cuando se quiere cocinar con antelación o cuando se piensa en un pícnic al aire libre.
Por uno u otro motivo, los platos fríos ganan protagonismo en la época estival y van mucho más allá de las ensaladas y las cremas de verduras. Olvida los asados, las planchas, las brasas y los guisos en las jornadas veraniegas y apuesta por segundos platos idóneos para disfrutar en los días de más calor. ¿Tomas nota de las siguientes recetas?
Conejo en escabeche: el escabechado es una forma muy antigua de conservar los alimentos. Se necesita una medida de vinagre por una y media de aceite y media de agua. Todo ello, con laurel, sal, ajos y pimienta en grano al gusto permite hacer una salsa que va bien con casi cualquier tipo de carne y de pescado, pero que se recomienda especialmente con conejo y aves. Se cocina todo junto una media hora (o quince minutos si se hace en olla exprés) y puede permanecer en el frigorífico durante varios días. Merluza con mayonesa: se cuece la merluza en un caldo de verduras como zanahoria, puerro y cebolla y se incorporan hierbas aromáticas al gusto. Una vez cocida se le quita la piel y las espinas y se deja enfriar. Después, se cubre con la mayonesa, si puede ser casera, y ¡lista para comer! Un plato sencillo e ideal para disfrutar del pescado en verano. Pastel de carne: una forma sencilla de prepararlo es alternando en un molde o recipiente profundo las capas de un sofrito hecho con carne picada con las capas del puré de patata. Para el primero, puede usarse cerdo, pollo, pavo o ternera, mezclado entre sí, y salteado con un picado de verduras y unas cucharadas de salsa de tomate para que ligue e, incluso, se puede añadir una pizca de harina o pan rallado para que espese la mezcla. Las porciones del pastel contemplarán varias capas, entonces, que se degustarán en frío. Pechugas empanadas: es la opción más rápida y socorrida cuando se quiere preparar algo en la cocina que no se va a comer inmediatamente. Las pechugas de pollo pasadas por huevo y pan rallado son un bocado tierno y sabroso que gusta a todas las edades. Si se quiere dar un toque diferente, se pueden poner ajo picado y perejil en el huevo o probar con otras especias como pimienta, curri o salsa de soja. Carpaccio de atún: lo más complejo es conseguir cortar el lomo de atún en filetes muy finos, así que quizá es aconsejable pedir que lo hagan en la pescadería cuando se vaya a comprar. Una vez se disponen los filetes en un plato, se riegan con limón, aceite y una chorradita de un vinagre suave. Para terminar se le puede añadir hinojo o eneldo. La clave es que esté reposando mínimo los quince minutos para que se impregnen bien los sabores en el pescado.También se puede hacer un carpaccio de solomillo de cerdo o ternera, que se puede adquirir en el supermercado en bandejas y cortado a filetes. El limón, el vinagre y el aceite se mezclaría en este caso con alcaparras y pepinillos para conseguir una combinación redonda.
Ir al suplemento de Gastronomía