Las posibilidades culinarias que ofrece comer de lata
La forma más común de consumir las conservas suele ser directamente de la lata. Sin embargo, sus posibilidades ante los fogones son muchas, y todas deliciosas.
En la mayoría de despensas suelen encontrarse las típicas latas de conserva, tan utilizadas con sustitutivo cuando no hay nada más que echarse a la boca. Sin embargo, estos botes pueden dar mucho de sí, y convertirse en el ingrediente protagonista de numerosas preparaciones que harán las delicias de todos los comerciales.
Crema de espárragos blancos con taquitos de jamón
El bote de espárragos blancos es un habitual de la despensa, y, para evitar tomarlos en frío ahora que apetecen los platos de cuchara, lo mejor es prepararlos en crema. Para ello, solo se necesita este producto, puerro, una patata, sal y pimienta, que meteremos en una cazuela hasta cubrirlos por completo con agua. Dejar cocer hasta que todos los ingredientes estén blandos y añadir el caldito de los espárragos y un quesito por comensal, y batir hasta conseguir una crema homogénea. Para servir, hornear unos taquitos de jamón y colocar sobre la crema.
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Tartar de sardinas
Las sardinas en aceite de oliva no solo son un delicioso manjar, también son un producto rico en fósforo, vitamina D y B12, y en proteínas, que combina a la perfección con los ingredientes necesarios para preparar un tartar (cebolla roja, un limón, una cayena, aceite de oliva y sal). Hay que cortar la cebolla en juliana, unir a las sardinas cortadas en daditos, y macerar en una mezcla hecha con sal, cayena y el zumo de limón. Tapar con film transparente y meterlo en la nevera media hora. A la hora de servir, regar con aceite de oliva.
Mejillones en tempura
Una receta divertida para preparar las conservas dándoles un toque asiático que hará las delicias de mayores y pequeños. Lo primero es hacer la tempura, mezclando la harina en agua muy fría hasta que quede una masa ligera y homogénea. Introducir los mejillones en la masa y freír en aceite muy caliente hasta que queden crujientes. Una vez fritos, dejarlos en papel de cocina para retirar la grasa sobrante.
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