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EMPLEO

El Gobierno y la CEOE vuelven a sentarse a negociar el recorte de la jornada laboral con máxima tensión

La patronal acude con escepticismo, pero vería con buenos ojos ampliar el plazo para aplicar la reducción y establecer medidas compensatorias y excepciones a sectores.

Una trabajadora ficha tras terminar su jornada laboral
Una trabajadora ficha tras terminar su jornada laboral
Jesús Signes

El Gobierno necesita el acuerdo de la CEOE para llevar su medida estrella a un Parlamento fragmentado con el respaldo de los agentes sociales, lo que haría más fácil que se aprobara allí sin ningún sobresalto, puesto que no tiene asegurados los apoyos de sus socios habituales de Gobierno: PNV y Junts. Por eso el órdago lanzado por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se quedó solo en eso, en un órdago, y se ha dado una nueva oportunidad para negociar la reducción de jornada a 37,5 horas con unos empresarios en pie de guerra.

Después de una semana en la que la tensión ha ido en aumento, el número dos de Díaz, Joaquín Pérez Rey, vuelve a sentarse este lunes en la mesa con la CEOE apenas siete días después de acusarles de "burlarse" de los ciudadanos, "burlarse" del diálogo social, "burlarse" de la democracia y alinearse con la extrema derecha. Les llevará una nueva propuesta elaborada 'ad hoc' en la que previsiblemente introducirán alguna medida de flexibilidad para tratar de lograr el sí de la patronal, o al menos para iniciar una nueva etapa en la negociación después de que la anterior saltara por los aires tras el ultimátum del ministerio.

La amenaza de Díaz no ha gustado en el ala socialista del Gobierno y el silencio que habían guardado hasta el momento, dejando margen de maniobra a la ministra de Trabajo para que liderara la negociación, ha dado paso a declaraciones de ministros del peso de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero; el titular de Economía, Carlos Cuerpo, o la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, abogando por dar más tiempo a la patronal para la negociación y no imponerse ningún plazo. Incluso es probable que desde Moncloa dieran un toque a Díaz para recular, rebajar el tono y volver a sentarse con los empresarios.

Dos factores podrían entrar ahora en juego en la negociación para acercar posturas y buscar puntos de encuentro. El primero, ampliar el periodo para poner en marcha la reducción de jornada para dar a las empresas más margen de actuación, al menos en los sectores más afectados como pueden ser el comercio, la hostelería o el campo. Así lo dejó caer Cuerpo recientemente, que defendió darse "el tiempo necesario" para "encontrar un punto de equilibrio".

Este es una de las primeras reivindicaciones que hace la patronal, que no toleran que el Gobierno les marque no solo "el resultado final de este partido antes de empezarlo, sino además los tiempos para negociarlo", según explicaron fuentes empresariales a este periódico. De hecho, ellos plantean irlo aplicando a medida que vayan caducando los convenios, de forma que se fueran actualizando de una manera ordenada. De lo contrario, "convenios firmados el año pasado se quedarían ya obsoletos y habría que aplicarles otra normativa distinta meses después de aprobarlos", se lamentan.

Más bolsas de horas

Otro elemento que verían con buenos ojos desde la CEOE es una mayor flexibilidad para adaptar las jornadas, si no es ya a través de un aumento de las horas extraordinarias para alienarse más con Europa (somos el país más restrictivo y que menos horas deja hacer al año), al menos con más horas complementarias. Y por ello abogó también el ministro de Economía, que pidió en contrapartida ampliar las bolsas de horas.

De igual manera, Cuerpo abrió la puerta a otras dos medidas que la patronal ha llevado a la mesa, aunque no de forma escrita: establecer medidas compensatorias, como han hecho los dos únicos países que han reducido su jornada por debajo de 40 horas (Francia y Bélgica), y permitir ciertas excepciones o situaciones especiales en los sectores más afectados.

Díaz niega que existan divergencias dentro del Gobierno en torno a esta medida estrella y aseguró que defienden "exactamente lo mismo", salvo con una diferencia, que no se desvelará hasta hoy, cuando ponga ya sus cartas encima de la mesa. Lo que no figurará, previsiblemente, es un aumento de las horas extras, salvo sorpresa de última hora. Ni tampoco habrá una fecha para cerrar el acuerdo. "No me levantaré de la mesa. Hay margen", apuntó.

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