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Heraldo del Campo

Zanahoria amarilla de Mas de las Matas para dar color y nueva vida a tierras agrícolas abandonadas

Un informe impulsado desde esta localidad turolense avanza las posibilidades que ofrece esta hortaliza "única y olvidada" como alternativa de cultivo.

Ejemplares de zanahoria amarilla
Ejemplares de zanahoria amarilla
Heraldo

No forma parte del proyecto impulsado por La Ginebrosa, Aguaviva y Mas de las Matas para abordar la concentración parcelaria y la modernización del regadío en la zona, pero podría ser una iniciativa complementaria con la que dar alternativas a los agricultores e incentivar y dar color y una nueva vida a las tierras agrícolas ahora abandonadas.

En ello ha trabajado especialmente, José María Nasarre, técnico agrícola de la Oficina de Asesoramiento Agroalimentario creada por estos tres municipios , que ha vuelto su mirada a una hortaliza que en otros tiempos tuvo presencia destacada en los campos de Mas de las Matas y en los platos de sus vecinos, pero terminó desapareciendo del panorama agrícola de este municipio para refugiarse de manera muy testimonial en alguna de las huertas particulares de la zona.

Se trata de la zanahoria amarilla, una variedad "única y olvidada", señala Nasarre, que está llamada a convertirse en el producto diferenciador de las producciones agrarias de estas localidades.

"Hay un pueblo en Málaga, Cuevas Bajas, en la que se cultiva la zanahoria morada y en torno a ella han desarrollado los más variados productos, como la patatas chips de zanahoria morada, licor de zanahoria morada, deshidratados de zanahoria morada, mermeladas... Hasta tienen una feria dedicada a este producto con el que vive medio pueblo. Algo así es lo que buscamos", explica Nasarre, que aunque no lo dice abiertamente parece que piensa incluso en una denominación de origen. "Igual que Calanda tiene su melocotón o se ha puesto en valor la cebolla de Fuentes o el tomate rosa del Somontano, en Más de las Matas podría hacerse lo mismo con la zanahoria amarilla", detalla el técnico agrícola.

Aunque en la localidad, el cultivo de esta hortaliza siempre ha estado limitado a la huerta y al autoconsumo, los impulsores del proyecto, para el que se ha trabajado con el Banco de Germoplasma del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), tiene la mirada puesta en los mercados.

Sin embargo, para alcanzar estos objetivos hacen falta estrategias. Y el estudio realizado por Nasarre las tiene. El documento destaca la importancia de realizar programas de capacitación para que los agricultores locales se empapen con las técnicas de cultivo de esta variedad de zanahoria, "de sabor suave y nutrientes esenciales". Considera además imprescindible "ofrecer incentivos financieros y apoyo gubernamental para aquellos que quieran cultivarla, contribuyendo a la inversión inicial y minimizando riesgos". Y defiende la importancia de desarrollar campañas de concienciación para promover el consumo de esta vistosa hortaliza, con el fin de crear demanda y fomentar el interés del consumidor.

El informe no olvida a la restauración y propone la colaboración con chefs locales para aprovechar la recuperación de esta zanahoria "explorando nuevas combinaciones y presentaciones con las que ofrecer experiencias culinarias únicas".

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