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Inmobiliaria

¿Cuánto se puede devaluar un piso en el que se ha cometido un crimen?

La venta del chalé de Rosario Porto, donde se produjo el asesinato de su hija, se efectuó a un precio muy inferior del valor que realmente tenía antes del suceso.

¿Cuánto puede devaluarse una vivienda en la que ha ocurrido un suceso?
¿Cuánto puede devaluarse una vivienda en la que ha ocurrido un suceso?
V. M.

Tras numerosas okupaciones y un abandono de 11 años, la finca de Teo (Pontevedra), propiedad de Rosario Porto, la mujer que asesinó a su hija Asunta Basterra en 2013, ha salido del mercado inmobiliario. Su heredera, tras una importante rebaja, ha conseguido dar salida a un inmueble considerado, por muchos, maldito. ¿Cuánto se puede llegar a devaluar un inmueble en el que ha tenido lugar un crimen o que 'esconde' algún mito?

Viviendas obtenidas por herencia se venden muchas todos los días, por ejemplo. Pero la tesitura cambia si algo oscuro envuelve al inmueble, ya sea un asesinato o un mito. En el caso de la finca de Rosario Porto, que se suicidó en prisión en noviembre de 2020, los medios especifican que fue una ardua tarea para la heredera, su amiga María Teresa Sampedro, vender la propiedad por todo lo que le rodea. Lo hizo finalmente por un precio de entre 100.000 o 150.000 euros, cuando en un inicio el chalé rondaba el millón de euros y desde luego, por sus características, el precio habría sido muy superior.

Es una situación que no se da habitualmente en el mercado inmobiliario, pues incluso los propios agentes tratan de citar el pasado de las propiedades. Por ejemplo, la amiga y heredera de los pisos de Rosario Porto sí que logró vender el resto sin mayores problemas. E incluso se pueden encontrar algunos ejemplos en Zaragoza.

Pedro Arellano, gerente de Gestión Inmobiliaria Zaragoza (GIZ), sufrió en sus propias carnes lo que es vender una casa salpicada por un macabro crimen. Fue antes de la pandemia y en el zaragozano barrio de Santa Isabel, donde los propios vecinos ya conocían la historia detrás del inmueble. "Yo, como intermediario, no decía nada, pero si me preguntaban tenía que decir la verdad", asevera.

Concretamente, en 2018, el barrio de Santa Isabel protagonizaba varias páginas de los medios locales al conocerse que un hombre de 74 años asesinaba a su mujer con un martillo de albañil, el mismo objeto con el que intentaba acabar con la vida de sus dos hijos, finalmente sin éxito. El zaragozano fue condenado a entre 38 y 50 años de cárcel por este suceso.

"Éramos los encargados de vender el inmueble. En ese caso, se depreció hasta un 10% su coste, pero es que además tardó mucho más tiempo de lo normal en venderse. Lo habitual son tres meses y nos costó siete", relata Pedro Arellano. Cree que, en estos casos, las propiedades pueden devaluarse hasta un 15% o 20%. "La gente en general no quiere comprar este tipo de casas. Los vecinos del barrio la conocían. Al final, se lo vendimos a un matrimonio de Santa Isabel, pero la gente es reacia, claro", comenta Arellano. "Yo a esa casa no entraba solo, me daba cosa. Solo me metía si iba con una visita", añade.

"Yo a esa casa no entraba solo, me daba cosa. Solo me metía si iba con una visita"

No obstante, los interesados no suelen preguntar sobre si ha fallecido alguien en el piso antes de comprarlo. "Eso lo hace muy poca gente. De hecho, cuando vendemos una vivienda en herencia, a veces ni siquiera nosotros sabemos si la persona ha muerto dentro del hogar", añade el gestor de GIZ. Y pone otro ejemplo: "Hace dos años vendimos un ático en Vadorrey que pasó a herencia y en cuyo interior hubo una muerte natural. Se pintó y se adecuó y se le dio una salida sin problema", reitera Pedro Arellano. Pero cuando se habla de un crimen cometido allí, tiene repercusión en el precio. 

"La gente del barrio es probable que no quiera comprar"

Juan Ignacio Morgado, de Morgado Inmobiliaria, es de los que opina que, cuando se trata de un caso mediático a nivel nacional, puede ser que se deprecie el valor del inmueble, pero en muchas ocasiones ocurre lo contrario. "Hay gente que es como es y puede tener un valor 'extra' para el comprador el hecho de que haya ocurrido algo allí", explica Morgado. No obstante, los sucesos son una cosa que los agentes suelen "olvidar por completo". "Tampoco deberían saber los compradores la vida de la gente que lo vende", añade.

En cualquier caso, coincide en que si ha sucedido algo en un hogar que luego sale al mercado, "la gente del barrio es probable que no quiera comprar". "A no ser que viniera alguien de fuera...", puntualiza. Al fin y al cabo, también trata de evitar comentar estas situaciones con los posibles compradores, a no ser que estos pregunten. Lo que no es nada habitual, dice, es que algún inmueble esconda una leyenda (como la famosa casa del Duende de Gascón de Gotor) y afecte en su venta.

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