Economía
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Heraldo del Campo

El campo aragonés no está para fiestas

El próximo miércoles, 15 de mayo, los agricultores honran a su patrón, San Isidro Labrador, en un difícil momento marcado por la sequía, los bajos precios y una normativa "que asfixia al sector".

Romería de San Isidro en Huesca.
Romería de San Isidro en Huesca.
Rafael Gobantes | Bendición de los terminos por Sa

En apenas tres días, el próximo 15 de mayo, los agricultores honran a su patrón, San Isidro Labrador, ese santo madrileño al que, según la tradición cristiana, los ángeles ayudaban a labrar la tierra mientras rezaba, que multiplicaba el grano de su molino o que, entre otras virtudes, era capaz de descubrir pozos de agua que salvaban cosechas en épocas de sequía.

Para conmemorar la fecha, el sector agrario se vestirá de gala, volverá a sacar la imagen del santo en procesión o acudirá a las tradicionales romerías que en esta fecha surcan el territorio aragonés. Y lo hará aunque, como reconocen los máximos responsables de las organizaciones agrarias aragonesas (UAGA, Asaja, Araga y UPA), el campo no está para mucha fiesta.

El sector agrario vive uno de los momentos más complicados y convulsos que se recuerdan. Comenzó 2024, el año en el que entraba en vigor la reforma de la PAC más contestada y criticada, sacando sus tractores a las calles –con evidente desunión– para mostrar su "hartazgo" ante las políticas comunitarias, pero también ante las decisiones de la administración nacional y de la autonómica. A ello suma, la sequía, los elevados costes de producción, los bajos precios, la competencia desleal de importaciones, o las cada vez mayores exigencias ambientales. Por eso, y aunque no hay ánimo para celebraciones, pedirán al santo que lleguen las lluvias, pero, sobre todo, que "cunda el sentido común" en las políticas agrarias.

El sector agrario comenzó el año con movilizaciones en las carreteras.
El sector agrario comenzó el año con movilizaciones en las carreteras.
Guillermo Mestre

El sector agrícola tiene una fecha marcada en el calendario. El próximo 15 de mayo los agricultores y ganaderos festejan a su patrón, San Isidro Labrador. Pero, como coinciden en señalar los responsables de las organizaciones agrarias, el campo no tiene ánimo para mucha celebración.

No es de un día. Los agricultores y ganaderos llevan cuatro años siendo los paganos de las más diversas (y ajenas) crisis. Primero fue la sanitaria. Una pandemia por un virus desconocido los convirtió en trabajadores esenciales para garantizar el alimento a toda una población encerrada en sus casas. Se ganaron aplausos, pero sus reivindicaciones exigiendo precios justos –las que los mantenían en la calle antes de que comenzará el confinamiento– se quedaron de nuevo en el olvido. Llegó después la crisis de suministros, que disparó el precio de las materias primas hasta límites desconocidos e inasumibles, restando todavía más la ya mermada rentabilidad de las explotaciones. Fue luego un impensable conflicto geopolítico a más de 3.000 kilómetros de España, la invasión de Rusia a Ucrania, la que impactó en la actividad agraria disparando el precio de los alimentos y colocando en la diana a sus productores. Y entre una y otra crisis no ha faltado la climática –con sequías extremas, inundaciones, fuertes pedriscos y lluvias torrenciales o vientos huracanados– y la que han despertado las políticas agrarias que se cuecen en los despachos gubernamentales de Europa, España y Aragón.

No ha comenzado mejor este 2024. Tanto es así que el sector "harto" de normativas, burocracia y controles, de exigencias medioambientales, competencias desleales, importaciones masivas, altos costes y bajos precios se ha sumado a la "rebelión del campo" que ha inundado las calles y carreteras de toda Europa.

Y por si fuera poco, las lluvias se resisten, y aunque no toda la Comunidad sufre los estragos de la sequía y los embalses de la margen izquierda están a rebosar, la inquietud cunde entre los profesionales de secano.

Hay también temor al mercado. Con los costes todavía demasiado altos, preocupa el comportamiento de los precios en origen y la evolución de un consumo condicionado por la todavía cara cesta de la compra.

Con todas estas incertidumbres y amenazas, los agricultores acudirán el miércoles a honran a su patrón con una larga lista de ruegos, aunque la mayoría de esas peticiones no tienen como destino sus explotaciones sino los responsables de las administraciones que rigen los destinos del sector.

"Claridad", es lo que pide el secretario general de UAGA, José María Alcubierre, que rezará a San Isidro para el Ejecutivo de Azcón deje claro qué tipo de modelo de agricultura quiere que sea referente para Aragón.

"Pedimos una PAC que ponga en el centro a la agricultura con agricultores y que las administraciones en general diseñen políticas reales en modernización, en seguros, en incorporación... que proteja al modelo familiar y profesional", señala. Alcubierre advierte que, de otra manera, en 15 años va a cambiar la situación del sector tal y como la conocemos actualmente "para quedar en manos de grandes corporaciones y fondos de inversión".

El máximo responsable de UAGA rogaría para que lloviera porque "este año va a haber dramas por el agua", especialmente en aquellas zonas en las que existen menos regadíos y escasa alternativa ganadera ya que "allí la sequía va a ser más virulenta". Pero no lo hará con mucha convicción, porque aunque llegaran las precipitaciones, que siempre se agradecen, "ya será muy tarde para algunos cultivos cerealistas en los que las pérdidas ya son muy elevadas", destaca Alcubierre, que insiste en que el sector no está para tirar cohetes este año, en el que la aplicación de una nueva Política Agraria Común "no ayuda nada" a la dificultades que ya impone el cambio climático, los mercados y la decisiones del Gobierno autonómico.

La sequía está dejando cuantiosos daños en los cultivos de cereal.
La sequía está dejando cuantiosos daños en los cultivos de cereal.
Heraldo

"Más agua y mejores precios"

"Que haya precipitaciones para que los agricultores puedan tener buenas cosechas" pedirá Asaja-Aragón a San Isidro Labrador. Pero no será su único ruego. El secretario general de esta organización agraria, Ramón Solanilla, insiste en que el campo necesita también "precios justos con los que los agricultores y ganaderos puedan vivir de manera digna".

Y no se olvida tampoco esta organización agraria de incluir a las administraciones en sus plegarias. "Nos gustaría que tanto el Gobierno comunitario, como el nacional y el autonómico fuera sensible al clamor del sector en las calles y recogieran sus demandas y reivindicaciones para hacer con ellas unas políticas más reales", explica Solanilla, que insiste en que precisamente son las normativas a las que están sujetos los agricultores y ganaderos las que han llevado al sector a las movilizaciones.

No difieren mucho los deseos que manifiestan desde Araga. Su presidente, Federico Lorente, recuerda "el desastre" que vive el cereal de invierno en las provincia de Teruel y gran parte de la de Zaragoza por la falta de precipitaciones. Por eso, rogará también a su patrón "que llueva", pero que no lo haga, como sucedió hace unos días en el Somontano, acompañado del indeseable granizo.

Araga pedirá también "que acompañen los precios", porque con una escasa cosecha, unos costes disparados y unas cotizaciones a la baja, "muchas explotaciones se van a ver obligadas a desaparecer ante la falta de rentabilidad", advierte Lorente.

A San Isidro Labrador, ese santo madrileño al que, según la tradición cristiana, ayudaban los ángeles a labrar mientras él rezaba, Lorente le pide que el sector "pueda disponer de los trabajadores necesarios para recoger las cosechas". Porque, como señala el presidente de Araga, "esto comienza a ser un problema acuciante, especialmente para aquellas explotaciones que son intensivas en mano de obra".

"Más sentido común"

"No estamos para fiestas y tampoco para muchos rezos" asegura José Manuel Roche, secretario general de UPA en Aragón, que destaca las complicaciones que rodean a este 2024, no solo desde el punto de vista agronómico, tanto por el impacto de las adversidades climáticas como por el efecto de la nueva PAC sino también por toda la incertidumbre que esta generando "los retrasos en los cobros de las distintas ayudas públicas".

Mirando al cielo, Roche reconoce que "hace falta que llueva", pero explica (no sin cierta ironía) que no tiene claro si pedírselo a San Isidro, al que la tradición atribuye grandes cualidades como zahorí, porque "el año pasado, el 15 de mayo, nos regaló la primera ola de calor que sufrimos con temperaturas de más de 40 grados que se llevaron por delante las cosechas de secano", recuerda.

El secretario general de UPA pide al santo "más sentido común". Pero no para los agricultores y ganaderos sino para las administraciones. Para ellas, van también sus deseos de "más compromiso con el sector y mayor disposición ante sus reivindicaciones". Y hace un ruego por el consejero de Agricultura del Ejecutivo regional, Ángel Samper, al que critica por su "total inmovilismo" y al que le recuerda que "aún no ha aprobado ni una de esas ayudas directas a las que se comprometió el Gobierno PP-Vox del que forma parte".

"Menos crispación"

Al presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, José Víctor Nogués, le preocupa la situación de los mercados, las decisiones europeas y, sobre todo, la "desunión" que vive el sector, que, como recuerda, se ha hecho evidente en las movilizaciones que los agricultores y ganaderos han protagonizado en las calles, con protestas por separado, unas convocadas por las organizaciones agrarias y otra al margen del sindicalismo agrario y muy críticas con sus representantes.

"La crispación que hay actualmente en el sector no la habíamos visto nunca", señala Nogués, que destaca que una de las peticiones que esta organización hará el próximo miércoles a San Isidro será que "haya paz en el sector".

Pero sus rezos también miran hacia Europa, para quien pide "capacidad" para hacer políticas a favor de la actividad agraria y ganadera. "Si no es así, lo tenemos muy difícil", señala Nogués.

Repite el presidente de Cooperativas Agralimentarias un ruego que hacen las organizaciones agrarias. Nogués quiere que el santo madrileño reparta "sentido común" entre las administraciones, para que estas hagan "políticas reales" para las empresas agrarias del medio rural.

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