Economía
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El pulmón financiero que llega de Europa

El Banco Europeo de Inversiones ha prorrogado hasta 2020 el Plan Juncker que la CE activó hace tres años para la financiación de las empresas. Ahora vuelve con más fondos para apoyar la inversión en energías limpias

Directivos de empresas, de la Comisión Europea y del Banco Europeo de Inversiones que participaron en la jornada de CEOE Aragón
Directivos de empresas, de la Comisión Europea y del Banco Europeo de Inversiones que participaron en la jornada de CEOE Aragón
José Miguel Marco

Impulsar inversiones estratégicas en economía sostenible. Eso busca el Plan Juncker. «Se puso en marcha en 2015 para que llegase el crédito a las empresas tras la crisis. Este verano ha cumplido tres años y lo hemos extendido dos más hasta 2020 y aumentado la inversión hasta los 500. 000 millones de euros», asegura Ann Westman, la consejera económica de la Comisión Europea (CE) en España, que vino la pasada semana a Zaragoza para explicarles a las empresas aragonesas la gran oportunidad que representa el Banco Europeo de Inversiones.

«Queremos eliminar obstáculos a la inversión, favorecer la competitividad y la creación de empleo y que a través del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (acuerdo contractual entre la CE y el BEI) consigan las pymes y también las grandes empresas el crédito que necesitan». Con el desafío de «avanzar hacia una Europa descarbonizada que ha de reducir sus emisiones un 40% hasta 2030 y mejorar un 27% en eficiencia energética», la representante de la CE invitó a las compañías a aprovecharse de estos préstamos europeos que se han reunido en «una ventanilla única».

El BEI, cuyos dueños son los 28 Estados miembros, es «el mayor prestamista multilateral» explica Juan Audibert, responsable senior de Préstamos de este organismo. España, por volumen de crédito aprobado hasta este mes de noviembre, es el tercer país por detrás de Francia e Italia en utilizar este pulmón financiero que llega de Europa y que tiene entre sus prioridades las pymes, las infraestructuras, la innovación y el medioambiente. «En España se han apoyado 100 proyectos que han supuesto 7.700 millones de financiación, lo que supone casi el 1% del PIB nacional», subraya. Por eso, concluye este experto del BEI, Aragón, una de las regiones de España que más apuesta por las energías renovables, debería sacar más partido al hecho de que «el BEI se haya convertido en el primer financiador mundial de proyectos para frenar el cambio climático». Ya hay empresas, indica, como Forestalia, Saica o Redexis Gas que han sabido verlo pero para muchas otras el BEI sigue siendo un gran desconocido. Con la jornada celebrada en la sede de CEOE Aragón y de la mano de un grupo importante de prescriptores, pretenden que más empresas sepan que tienen esta herramienta para conseguir financiación.

«Llevamos al menos 15 o 18 años colaborando con el BEI. Para Saica -una empresa paradigma de economía circular ya que solo utiliza papel reciclado para fabricar, invierte mucho y el coste de la energía es el segundo mayor después del de la materia prima- el BEI nos ha supuesto que hayamos podido invertir 1.200 millones en 697 proyectos de los que ellos han financiado la mitad. Se lo hemos pagado, claro», constata Pedro Gascón, director general del grupo aragonés. «Razonables en importe de financiación, plazos y tipos de interés» son, a su juicio, los créditos que ofrece el Banco Europeo de Inversiones. «Podemos intentar engañar a los bancos comerciales para obtener financiación, pero no al BEI que hace un análisis muy riguroso no solo en gestión del riesgo sino de la inversión en sí». Entre los últimos proyectos en los que han contado con financiación del BEI están los 70 millones de euros en la creación de una nueva línea de producto en la planta de Saica en El Burgo de Ebro.

«No hay que tener miedo a acudir a este tipo de financiación», señala por su parte Carlos Reyero, director financiero de Forestalia, empresa que logró del BEI financiación de 50 millones para el ‘Goya Wind Project’, un parque eólico de 300 MW en la provincia de Zaragoza. «Lo que importa al BEI es que el proyecto tenga sentido en un doble aspecto: el económico y el social. Es esa rentabilidad conjunta la que busca el BEI a la hora de aprobar los proyectos».

Con el proyecto Fénix, uno de los mayores parques eólicos de Europa al sumar 1.200 megavatios (también en la provincia de Zaragoza) que Reyero quiere tener produciendo en 2020, Forestalia va a contar con el Banco Europeo. Sin embargo, al estar con el cierre financiero de la operación, todavía no sabe a cuánto ascenderá el crédito. «Es el cuádruplo del proyecto Goya que está en marcha ahora mismo. Solo en tributación local y autonómica, más allá de los puestos de trabajo que cree, va a ser una inyección económica gigantesca en Aragón».

Para el director financiero de Forestalia, lo que marca la diferencia del BEI frente a otras fuentes de crédito es «la calidad del dinero». El Banco Europeo de Inversiones se puede permitir el lujo de tener unos equipos que garantizan su independencia y es uno de los mejores compañeros de viaje. Como digo siempre un financiador a 18 años no es un financiador sino un socio».

«Lo que te facilita el BEI es una herramienta de negociación con nuestros inversores», asegura Juan Monzón, consejero delegado de Exovite, una ‘start up’ aragonesa especializada en productos de traumatología de alta tecnología. «Somos el contrapunto a las grandes empresas, pero para nosotros conseguir un crédito de 300.000 euros es lo que te permite tirar hacia palancas de crecimiento». Innovar requiere de inversiones y más en salud «donde está todo por hacer», dice Monzón. Su empresa está ya con los primeros prototipos de una aplicación que gracias a la inteligencia artificial permite medir el grado de osteoporosis que tienen los huesos. «Lo hemos podido hacer gracias al BEI. Vinieron personas a nuestras oficinas, hicieron unos vídeos maravillosos para You Tube que hemos incorporado al corporativo y que nos han permitido dar a conocer nuestro trabajo».

Para Borja Polo, director de Estrategia de Redexis Gas, contar con el BEI ha supuesto poder seguir creciendo en Aragón. «Planteamos ahora inversiones de otros 40 millones de euros en los próximos tres años desplegando redes de distribución del gas. Ya estamos en más de 200 municipios en Aragón llegando a más de 1.200.000 usuarios, pero tenemos más ámbito de desarrollo y queremos entrar en 63 nuevos municipios». Este ejecutivo también valora especialmente del BEI que «el proceso de ‘due dilligence’ (auditoría previa) es muy riguroso y que siempre apoyan planes de inversión de gran impacto social» como son las energías limpias y las acciones para conseguir los objetivos que marco el acuerdo contra el cambio climático de París.

En cuanto a las probabilidades de éxito, conseguir un crédito del BEI depende de si el proyecto tiene utilidad o no, dice Pedro Gascón, director general de Saica. «Lo esencial es tener un proyecto con calidad y con sentido», añade Reyero, de Forestalia. En cuanto a posibles mejoras del BEI los prescriptores aragoneses abogan por dotarlo de mayor flexibilidad. Juan Audibert, directivo senior del organismo reconoce que el BEI de hoy no se parece en nada a cómo funcionaba hace 20 años y que el EFSI ha agilizado mucho la tramitación. Asimismo, recuerda que el BEI puede financiar hasta el 50% del proyecto de una empresa pero que la media en España está en el 30%.

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