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REALA ZARAGOZA

Se abre la portería

Carrizo ataja un balón en el partido contra el Sevilla.
Se abre la portería
efe

De todas las decisiones que tome José Aurelio Gay contra el Real Madrid, la selección del portero contiene un alcance de significado mucho más amplio de lo que supone la simple designación de un futbolista con guantes y pantalones acolchados. La disyuntiva entre Juan Pablo Carrizo y López Vallejo, una duda que se mantendrá hasta el sábado y en la que el argentino cuenta con una ligera ventaja sobre el navarro, constituye un episodio más del pulso de fuerzas y criterios que mantuvo Marcelino con un sector del área deportiva desde el primer minuto de la temporada.

 

Carrizo llegó al Real Zaragoza como la gran apuesta de Pedro Herrera, secretario técnico. Su vieja aspiración para la portería se cumplía mediante la cesión del arquero argentino, una operación incluida en la venta de Matuzalem al Lazio. Marcelino acogió a Carrizo sin demasiado entusiasmo, aunque esto no le impidió definirlo y alinearlo como titular. Al fin y al cabo, Carrizo formaba parte de la Argentina de Maradona y había defendido con imponente brillo la portería de River Plate antes de silenciarse en el Lazio. Su reputación le asistía. Carrizo arrancó como dueño de las manoplas titulares, pero Marcelino le pasó la factura de la goleada -y de otros errores previos- del Camp Nou. Puso a López Vallejo, que permaneció en el Zaragoza tras aceptar una oferta de renovación a la baja y como segundo plato de Doblas, el portero que Marcelino impuso en las horas claves del ascenso en detrimento del propio López Vallejo. No hay que decir que Marcelino siempre prefirió lo conocido. Y así López Vallejo se ató a la portería. Hasta el partido del Athletic. Ahora, sin Marcelino, la titularidad vuelve a escurrírsele de las manos en dirección a Carrizo. El argentino suspira por el puesto con el Mundial en el horizonte. Sus opciones de encuadrarse en el ejército de Maradona se han reducido al mínimo. Porteros como Romero (AZ) y Andújar (Catania) le han superado. Y la tercera plaza pende de un hilo. Carrizo oposita a ella, aunque deberá jugar, y, luego, ganarles el pulso a otros como Pozo (Colón) o Campestrini (Arsenal de Sarandí).

 

Las impresiones de los primeros entrenamientos de Gay favorecen a Carrizo frente a López Vallejo, aunque la decisión final vive en Gay. Los números tampoco ayudan a la elección. Los goles les han llovido a ambos porteros. El argentino promedia 1,88 goles encajados por encuentro (17 en 9, incluyendo Copa) por 1,85 del navarro (13 en 7 partidos). Aunque el Zaragoza ha sumado más con Carrizo que con López Vallejo: 1 punto por partido frente a 0,66.