La incorporación del defensa Ignacio Monreal fue la nota más destacada de la segunda sesión de entrenamiento de la selección española en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid), de cara a preparar el partido de mañana ante Liechtenstein.

El jugador del Osasuna llegó ayer en sustitución del lesionado Carles Puyol y se incorporó con cierto retraso al trabajo de los de Vicente del Bosque. El técnico contó con la baja de Fernando Torres, quien se entrenó en el gimnasio, durante el entrenamiento matinal. Por la tarde, el futbolista del Liverpool regresó a la dinámica de grupo y dejó el gol más bonito del partido que disputaron los internacionales, con una vaselina que fue aplaudida por todos. Aun con todo, tras un final de campaña marcado por las lesiones, Torres evidenció un peor tono físico que sus compañeros.

A pesar de los halagos, 'La Roja' mantiene los pies en el suelo. Los jugadores de Vicente del Bosque tienen claro que el camino para repetir el éxito ahora, en la Eurocopa de Ucrania y Polonia de 2012, pasa por la humildad que ha caracterizado a este grupo en los últimos años.

Mientras, septiembre es un mes de pesadilla para los técnicos de los equipos europeos, que se quedan sin media plantilla y, por ello, se quiebra la preparación y el aprendizaje. También es un quebradero de cabeza para los directivos de los clubes, obligados a convivir con el temor a que la estrella fichada a golpe de talonario se lesione.

La desbandada es general en toda Europa por los compromisos de la fase de grupos de la Eurocopa de 2012 y por los amistosos, pero afecta muy especialmente a los grandes equipos.

Las ligas española e italiana son las que más sufrirán el parón. El Barcelona pierde a 15 jugadores durante semana y media, uno más que el Real Madrid, por lo que las sesiones de entrenamiento se reducen a combinar con los pocos futbolistas no convocados y los jóvenes del filial. El primero en quejarse abiertamente ha sido el técnico del Real Madrid, José Mourinho, al que los amistosos perjudican de doble manera: necesita tiempo para que los jugadores se acoplen a su sistema y para que los nuevos fichajes se compenetren. El portugués pidió más tiempo para trabajar -debutó con un empate en Mallorca- y reconoció que el margen de mejora es exiguo, porque solo tendrá cuatro jugadores para entrenar en esta semana y media.

La situación es similar en el Barcelona. Pero su técnico, Pep Guardiola, parte con la ventaja de que ya tiene el sistema de juego afianzado; un sistema, además, que no ha dejado de darle títulos en las dos últimas temporadas.

Más de 120 extranjeros militan en clubes españoles. Y buena parte de ellos suelen ser convocados por sus seleccionadores. Si a ellos añadimos los internacionales españoles, se entiende el panorama desolador de los campos de entrenamiento. Alrededor de un centenar de partidos internacionales se celebran en semana y media, lo que supone en muchos casos para los jugadores largos desplazamientos y cambios de horario para luego regresar, cansados, a la exigencia de las competiciones nacionales y europeas de sus equipos. Y con otra preocupación añadida: el riesgo de lesiones.