La SD Huesca quiere que el sustituto de Cuco Ziganda al frente del primer equipo, el encargado de reconducir el rumbo tras el mal inicio de la temporada, sea Javi Baraja, con el que hay abiertas negociaciones. El nombre de este vallisoletano de 43 años que la temporada pasada estuvo a los mandos del Ibiza durante las doce primeras jornadas es el que mejor situado ha quedado tras el proceso de selección llevado a cabo por el director deportivo Ángel Martín González desde que el pasado sábado tras la derrota con el Eldense (0-1) -la tercera consecutiva- se optase por realizar un relevo en el banquillo. Está siendo una búsqueda cuidadosa en la que el club es consciente que no puede permitirse el lujo de fallar y en la que entre los muchos candidatos estudiados se ha optado como objetivo por uno que responde al perfil de entrenador joven y del que, a pesar de que su experiencia en la categoría es escasa, se manejan buenas referencias. 

Hermano del también entrenador y exjugador Rubén, si acepta el encargo, lo primero que se le pedirá será levantar la moral de un vestuario alicaído. La tarjeta de resultados tras diez jornadas es de una victoria, cuatro empates y cinco derrotas que han instalado al Huesca, con solo siete puntos sobre treinta posibles, en la zona de descenso. Más allá de lo psicológico, también tendrá que solucionar la falta de contundencia en las áreas y minimizar los errores individuales que tan caro han costado. Solo dos veces se ha quedado a cero la puerta de Álvaro y en las últimas tres jornadas el equipo no ha sido capaz de marcar. 

Su dibujo táctico más habitual es el 4-1-4-1, uno de los esquemas que venía empleando Ziganda y al que se adaptan las piezas con las que contaría en el Huesca. A favor juega el tiempo, restan 32 jornadas, y una situación en la tabla aún no apurada, la salvación está a un triunfo. Todo está por hacer.

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Baraja, que como futbolista se formó en el Valladolid hasta llegar a debutar en el primer equipo antes de salir al Getafe y el Málaga B para regresar y asentarse con los albivioletas durante nueve cursos a caballo entre Primera y Segunda División, inició su andadura como técnico también con los pucelanos en la 2015-16, fue asistente de su hermano en el Rayo Vallecano y comenzó a destacar en los banquillos con el Valladolid Promesas. En la 2019-20, lo clasificó para el ‘play off’ de ascenso y en el curso siguiente, el previo al de la reestructuración de la Segunda B, consiguió que quedase encuadrado en la futura Primera RFEF.

Le restaba un año de contrato, pero optó por no seguir. Pasó ese siguiente curso en blanco y de cara a la temporada pasada aterrizó en el Ibiza para vivir la que por ahora es su única experiencia en Segunda División. Lo reclutó Miguel Ángel Gómez, el que era por entonces director deportivo de los insulares, cargo que había ejercido también en el Valladolid. Sin embargo, fue destituido tras doce jornadas con un balance de tres victorias, dos empates y siete derrotas.

Sea ya con Baraja o no, el equipo está citado el martes a las 16.30 en la Base Aragonesa de Fútbol para, tras guardar descanso este lunes, comenzar a preparar la visita del próximo domingo al Eibar (18.30). En Ipurúa serán baja Bolívar, convocado por Venezuela, y Balboa, citado por Guinea Ecuatorial y que además ante el Eldense vio la roja directa. En cuanto al estado físico del resto de jugadores, el principal foco de atención es Valentín, ausente por una lesión en los isquiotibiales desde hace cuatro jornadas.