Cinco partidos, tres empates, dos derrotas, solo dos goles a favor y el equipo encallado en la zona de descenso. Aunque el mensaje que se transmite desde el seno del club es el de mantener la calma, a nadie se le escapa que el inicio de temporada que está protagonizando la SD Huesca no invita a ello. Los azulgranas se presentan a la sexta jornada en una situación no muy diferente a la de las que le han precedido. A las 16.15 reciben al Villarreal B en un partido en el que a priori solo la victoria puede ser un resultado válido. Es lo que se viene persiguiendo compromiso tras compromiso, un triunfo que sea liberador y valide el trabajo realizado, y lo que la falta de contundencia en defensa y los errores se empeñan en negar.

Volvió a suceder en la visita de la semana pasada al Leganés, un 2-0 en el que los dos goles pepineros fueron facilitados por los de Ziganda, pero en el que también se pudo vislumbrar la posibilidad de un futuro mejor que tiene que ser confirmada ante los castellonenses. La entrada tras el descanso en Butarque de Mier y Vallejo, dos de los refuerzos llegados en el último día de mercado, mejoraron la cara del Huesca, que fue capaz de desarrollar un juego más punzante.

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Con una semana más de aclimatación y conjunción a sus nuevos compañeros, es de esperar que pasen a formar parte del once. Ziganda es consciente de que la afición reclama ver más ocasiones y goles, y la necesidad de mejorar los resultados también empuja hacia ello. Esa prisa por hacer que las caras nuevas rindan cuanto antes se dejó ver desde el momento mismo de su llegada. Vallejo, Mier y Bolívar fueron titulares en el amistoso con el Pau recién aterrizados y ante el Leganés solo el último se quedó sin jugar. A ellos hay que sumar a Kento, cuyo retraso en el regreso a España por los problemas burocráticos le han privado de una pretemporada al uso. La idea es que, aunque todavía no tenga el ritmo de competición ideal, con el Villarreal B dispute sus primeros minutos del curso.

Sigue siendo baja Rubén Pulido, al que se le ha unido en la enfermería el portero Juan Pérez, cuyo sitio en el banquillo previsiblemente será ocupado por Berto Hórreo, del filial. En cambio regresa tras cumplir sanción Jorge Pulido, lo que permitirá recomponer la defensa tras la línea de cuatro de circunstancias que hubo que trazar en Leganés y en la que el único central nato era Blasco. Con el francés y el capitán en el eje de la zaga, queda por ver quiénes se ocuparán de los laterales. A la vista de los últimos compromisos, en la derecha Loureiro parte con ventaja sobre Nieto y en la izquierda lo mismo ocurre con Martos sobre Vilarrasa.

En la medular, si se confirma la inclusión de Mier y Vallejo, un damnificado sería Kortajarena, hasta ahora siempre de la partida, y el otro estaría entre Joaquín y Valentín, entre algodones en los últimos días por molestias. Además de con él, también se ha tenido especial cuidado con Bolívar y Obeng, fijo en la punta. Seguirían Sielva y Javi Martínez, formando un trivote con Mier para formar un 4-1-4-1 o 4-3-3. La alternativa sería continuar con el 4-4-2 de las últimas tres jornadas en la que la composición del centro del campo y la delantera se han mantenido estables con Valentín, Sielva, Kortajarena, Javi Martínez, Joaquín y Obeng, y con el que antes de Butarque se habían sumado los empates ante el Racing y el Mirandés.

Como con los burgaleses, el Huesca se va a ver las caras con un conjunto joven que tiene un punto más gracias a su victoria frente al Eldense por 3-1 y al 2-2 a domicilio con el Racing de Ferrol de su última actuación. Respecto a ese partido, su técnico Miguel Álvarez recupera a Ilias e Iker Álvarez, que regresan tras haber estado con sus selecciones, y siguen siendo baja los lesionados Tasende y Pablo Íñiguez, además de Carlos Romero, convocado por el primer equipo.