SD Huesca

sd huesca

Ganar con la inercia de los favoritos

La SD Huesca no ha necesitado un partido redondo para superar a una Ponferradina que acumulaba siete jornadas sin perder y que ha exigido a los de Míchel hasta la roja de Isi (2-0).

Mikel Rico, en acción durante el partido frente a la Ponferradina.
Rafael Gobantes

La inercia ganadora de la Sociedad Deportiva Huesca en El Alcoraz se sobrepone a cualquier obstáculo y pasa por encima de todo rival que se le pone por delante. Ni una Ponferradina que acumulaba siete jornadas sin perder y que solo ha claudicado cuando perdió a un futbolista ha podido con los de Míchel Sánchez, que suman y siguen en su convencimiento de que en casa no pueden escaparse puntos (2-0). Por eso la victoria de este sábado ofrece muchas lecturas positivas. No ha sido el mejor Huesca pero sí uno de los mejores rivales que han pasado por la capital oscense.

Los de Míchel Sánchez pueden marcharse a la cama con la certeza de que, en una de las noches menos inspiradas en lo que va de curso, la victoria ha resultado clara e incluso cómoda en los últimos compases. Así funciona la lógica de los equipos grandes. El Huesca ha atravesado tantas etapas que la resolución de este partido solo podía llegar desde el aprendizaje. Saber sufrir y tener paciencia cuando no salían las cosas en ataque. Esperar el instante en que el contrincante sacase a la luz su debilidad. Los campeones saben gestionar este y otros escenarios. Castigan.

La expulsión de Isi ha supuesto ese punto de inflexión que modificó una dinámica que empezaba a resultar preocupante. El mismo jugador que poco antes había mandando a las nubes una oportunidad para empatar ha cazado a Ferreiro en una zona inofensiva del campo y arruinado la estimable puesta en escena de los de Jon Bolo. Sergio Gómez, con su feliz estreno, ha echado la llave a un compromiso incómodo, al séptimo triunfo en nueve jornadas en un Alcoraz con aliento para empujar a los suyos en los momentos más apurados. Y, de nuevo, el VAR ha sido justo con el tanto anulado a Pablo Valcarce.

Valga esta cita como recordatorio y aviso de que no se darán muchos más paseos en la capital oscense. Se llame como se llame el rival; los siguientes serán el Rayo Vallecano y el Real Zaragoza. Si tras los días de Elche o Real Oviedo se podía sucumbir a cierta complacencia o a la comodidad mal entendida, la Ponferradina, conjunto muy bien construido en lo táctico y con escasa puntería, ha despertado a los confiados. Míchel definió a los bercianos como lo mejor que había visitado El Alcoraz, y ya han pasado algunos de los equipos más gordos de esta Segunda División. Se ha ganado y protegido la portería sin traicionar en ningún momento los fundamentos del preparador madrileño.

Este ha dado una nueva vuelta de tuerca al equipo en la tercera alegría local consecutiva. Con el rombo, que ya se había asomado en anteriores ocasiones, se ha procurado armonizar el control con la acumulación de efectivos en el campo rival. El problema ha residido en la impericia con la pelota, que ha ayudado a los bercianos a sentirse capacitados de ir a por el Huesca pese a haber encajado el 1-0 en el primer tiro entre palos.

Los de Míchel, segundos de nuevo, han logrado como locales 22 de sus 29 puntos y acumulan el octavo choque sin encajar gol. Asimismo, se reivindicaron los goleadores: Eugeni, en su retorno al once, y Sergio Gómez, rutilante sub 21 mientras puja por recuperar la titularidad.