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El Real Madrid regresa a Huesca 55 años después

El club azulgrana y el blanco jugaron un amistoso el 25 de marzo de 1963 en un campo de San Jorge abarrotado. Los madrileños se impusieron por 0-2

Ejemplar de HERALDO del martes 26 de marzo de 1963 donde se informa de este partido.
Ejemplar de HERALDO del martes 26 de marzo de 1963 donde se informa de este partido.
Heraldo.es

El Real Madrid regresará a Huesca este domingo 9 de diciembre. No será la primera vez. El gigante blanco ya disputó un partido en la capital oscense hace 55 años en lo que supuso un acontecimiento extraordinario que despertó una expectación que se multiplicará con la llegada de Modric, Ramos, Bale y compañía. Fue el 25 de marzo de 1963 y los madridistas se impusieron por 0-2 en el amistoso jugado en un campo de San Jorge que se quedó pequeño. Ha pasado tanto tiempo que pocos aficionados lo recuerdan pero fue una pequeña revolución para una ciudad de provincias, con apenas 25.000 habitantes.

La Sociedad Deportiva Huesca, entonces en una Tercera División muy diferente a la actual, contaba con tres años de vida, pues se fundó el 29 de marzo de 1960. El Real Madrid representó un regalo de lujo para su tercer aniversario. Todavía no se había levantado el estado de El Alcoraz, que se inauguraría nueve años después, y la sociedad oscense respondía al patrón de la época. Las autoridades civiles y religiosas de aquel periodo presidieron el encuentro y el No-Do se desplazó para inmortalizarlo. Se llevaron a cabo obras, se acondicionó San Jorge y resulta imposible cuantificar cuántos espectadores acudieron. Varios de ellos se encaramaron a árboles cercanos para no perderse la cita.

Los merengues, entrenador por Miguel Muñoz, se habían proclamado campeones de aquella Liga y el Huesca disputaría la fase de ascenso a Segunda División. El choque se jugó un lunes, y un día más tarde de la visita madridista a La Romareda. Los blancos cayeron en la víspera por 1-0 ante el Real Zaragoza con un gol de Sigi a los 42 minutos. El Real Madrid ya atesoraba en sus vitrinas cinco Copas de Europa, nueve Ligas, tres Copas y una Intercontinental. Sin embargo, aquel curso había sido apeado de la máxima competición continental por el Anderlecht belga en la primera ronda.

Con un Di Stéfano al frente que no jugó ni en Zaragoza ni en Huesca y que disputaba su penúltima campaña de blanco, el Real Madrid presentaba una plantilla imponente con Puskas, Gento, Amancio, el francés Muller o un Zoco que comenzaba a despuntar. Varios de ellos tampoco se desplazaron a San Jorge, donde les aguardaba un Huesca con Martín Vences en el banquillo y futbolistas relevantes como Valentín. Además, se reforzó para la ocasión con dos zaragocistas: el delantero de los ‘Magníficos’ Marcelino y García, y asimismo con el internacional peruano Delgado. La crónica del amistoso publicada por HERALDO el 26 de marzo de 1963 reseña que hubo “una gran entrada que se reflejó en el taquillaje, que hizo poner el consabido cartelito de no hay billetes”.

El Real Madrid alineó en la primera parte a Araquistain, Pantaleón, Zoco, Vicente Miera, Felo, Roberto, Tejada, Arranz, Simonsson, Gallastegui y Bueno. En la segunda mitad intervino Paquito. Por los azulgranas, dos equipos. El primero con Mallén, Martínez, Laborda, Valentín, Sabater, Latasa, Borbón, Alonso, Marcelino, Loma y David. Tras el descanso, Vences alineó a Millán, Ricardo Lapetra (hermano de otro Magnífico, el eterno Carlos Lapetra), Delgado, Valentín, Duca, Reija, Borbón, García, Loma, David… y a sí mismo, pues era entrenador y futbolista a la vez. El colegiado fue Martín Álvarez.

Para el cronista del Diario de Huesca, los preliminares del amistoso fueron lo mejor de esta jornada: “Salida de los equipos, saludos, saque de. honor, entrega de trofeos, de banderines, televisión, No-Do, fotografías, provocaron el entusiasmo de la muchedumbre, que pugnaba por hallar huecos libres”. Los goles fueron obra de Laborda en propia puerta a los 35 minutos tras desviar un disparo de Miera y de Tejada al filo del descanso. Simonsson falló un penalti.

Aquel curso el presidente era Juan Torre, el cuarto de la historia azulgrana, quien además recibió fuertes críticas por la organización de este partido amistoso que le llevaron a presentar su dimisión en la asamblea que con la que se cerró un año en el que el Huesca se quedó sin ascenso tras caer en una eliminatoria con el Arenas de Guecho (1-0 en la ida y 5-1 en la vuelta). Los impulsores de esta cita no podía imaginar que cinco décadas después los dos clubes se encontrarían en un partido oficial de Liga que verán 7.600 personas en el campo y unos cuantos millones más en todo el mundo a través de la televisión.

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