Un buen Real Zaragoza supera al Getafe de Primera por 1-0 en un útil ensayo
Un gol de Liso antes del descanso dio el triunfo a los de Víctor Fernández en el primer amistoso de la concentración en Murcia, disputado en Algorfa (Alicante).
El amistoso más exigente de la pretemporada zaragocista, ante un Primera como es el Getafe, estuvo mediatizado de manera tremenda desde el mismo inicio a causa del calor insoportable que hizo en Algorfa, en el interior de Alicante, sede del mismo. Los 36 grados aplastantes, con un sol de justicia y una humedad elevada derivaron enseguida en un fútbol de ritmo lento. Hubo miedo a agotarse enseguida. Costaba respirar en esfuerzo permanente. A partir de esta premisa, fundamental, cabe subrayar lo más importante visto en esta tarde del último de julio, a solo 16 días para el primer partido oficial de liga en Cádiz.
La primera oportunidad de gol la generó el Real Zaragoza, en un pase al hueco de Liso que Soberón controló mal, largo, y permitió que se le adelantara el portero Letacek en el minuto 11. Los madrileños, con muchas carencias aún en su plantilla y falta de elementos en punta, asomaron con un lateral, el ex de la Real Sociedad Sola, como delantero centro. Ya lo ha hecho Bordalás alguna vez más en lo que va de verano. El canterano zaragocista Diego Rico fue el más entonado en el arranque del partido por parte rival.
La segunda opción clara también llevó el sello zaragocista. La erró Azón en el minuto 16, trompicándose en la recepción de un pase al área pequeña de Calero, con un remate fatal fuera, con todo a su favor. Empezó mandando el equipo de Víctor Fernández ante un adversario alborotado, deslavazado, con Aleñá y Milla queriendo tirar del resto sin éxito.
Fruto de ese convencimiento llegó la tercera llegada potable, que acabó Bermejo (otra vez titular pese a su condición de transferible, como Jair) con un chut desde el borde del área que el portero sacó a córner con apuros, a centímetros del palo izquierdo. Era el minuto 20 y el 0-0 ya no era un marcador bueno, pues el Zaragoza merecía ir por delante.
En el minuto 24 los jugadores del Getafe pararon a su libre albedrío, aprovechando el mareo de Uche, para pedir agua a decenas de botellas. ¡Agua, agua!, se oyó en el silencio de la puerta cerrada del extraño campo de La Finca, junto a un campo de golf, en una urbanización de cierto aire de lujo en el monte de Algorfa. Estas no son las condiciones climáticas idóneas para jugar a este deporte. Y el terreno, tampoco invitaba a disputar un ensayo de nivel. Como en todo, el envoltorio hace mucho, a veces lo es todo.
La primera vez que apareció el Getafe con peligro cerca de Femenías, en el minuto 29, puso la pelota en el poste izquierdo y casi anotó el 1-0. Fue Aleñá, desde la corona del área, tras una marca muy laxa de los centrales zaragocistas, quien chutó raso al palo ante tal blandura. El tocado Uche se fue aturdido del campo poco después, no aguantó. Los jugadores fueron expuestos a unas condiciones bastante extremas, evitables, por ejemplo, variando los horarios de estos bolos.
Y con el Getafe con 10 jugadores durante unos minutos hasta que el banquillo de Bordalás decidió que debutara el recién fichado Carles Pérez, el Real Zaragoza encontró el 0-1 en el 34, en una gran jugada de Tasende hasta la línea de fondo, con un centro que prolongó Azón a la llegada al espacio de Liso, que superó a Letacek en el mano a mano cercano. Hizo justicia este tanto. De ahí al descanso, el juego se enturbió con varias entradas duras y balones divididos peleados como si hubiera puntos en juego. Se pidieron tarjetas desde ambos banquillos, más desde el zaragocista. Y el árbitro se vio obligado a ello.
Tras el intermedio, Bordalás cambió toda la defensa, mientras que Víctor solo sustituyó al portero. No movió el esquema. Prefirió dar continuidad a un bloque que mostró mucho rigor en la primera parte, bien ordenado y con las pautas de cortar y contragolpear con verticalidad bien aprendidas. Calero y Tasende, los laterales, fueron clave en este aspecto. Parecen piezas de mucho uso en el mecanismo que viene para este año.
Carles Pérez rozó el empate en el minuto 2 de la reanudación, con un golpeo durísimo desde la frontal del área que rechazó Poussin abajo como pudo. Era previsible que el rival de más rango tratara de remontar. El Zaragoza jugó a controlar, a mandar en el volante del juego. Se vio un modelo contemporizador, de amarre de resultado. Liso y Soberón hicieron varios escarceos cerca del área, sin pólvora. Todos sudaban como carreteros. A las 20.30, seguían los 36 grados, aunque el sol se escondió tras el cerro vecino. Víctor dio media hora a Bazdar, Enrich y Grau desde el banquillo. Bordalás modificó el resto de lo que le quedaba, a todos menos a Milla.
Y se encaró la recta final del partido sin ocasiones de gol en ningún lado, con pausa de hidratación obligada. Era lo que quería el Real Zaragoza desde que nació la segunda mitad. Habrá muchos partidos en la liga donde será preciso saber guardar un 1-0 favorable. Factor clave de éxito. Tuvieron 15 minutos Luna y Nieto (no estaba previsto) en los laterales, Sans y el debutante Keidi Bare. También al final Cuenca y Sabater. La prueba, con enormes incógnitas aún por resolver en la dirección deportiva, tuvo enorme utilidad. Dejó buenas sensaciones. Seriedad. Ideas.
Ficha técnica
0 - Getafe CF: Letacek (Soria, 46); Iglesias (Lee Kang In, 46), Djené (Gastón, 46), Duarte (Alderete, 46), Rico (Gorka, 46); Uche (Carles Pérez, 36), Milla; Aleñá (Martín, 65), Vellu (Isma, 65), Risco; y Sola (Nabil, 65).
1 - Real Zaragoza: Femenías; Calero (Luna, 75), Lluís López, Jair (Sabater, 84), Tasende (Nieto, 75); Aguado (Grau, 61), Moya (Keidi Bare, 75); Bermejo (Pau Sans, 75), Liso (Cuenca, 84); Soberón (Sergi Enrich, 61) y Azón (Bazdar, 61).
Árbitro: Tárraga Lajara (Comité Valenciano). Amonestó a Milla (43) e Isma (80).
Goles: 0-1, min. 34: Liso.
Incidencias: Tarde extremadamente calurosa en el interior de Alicante, de calor sofocante y sol aplastante: 36 grados y alta humedad relativa del aire a la hora del inicio, las 19.10 (lo hizo con retraso). El campo de La Finca, sin gradas ni público y sin más dotación aneja que los vestuarios, presentó un buen césped. El Real Zaragoza estrenó su nuevo uniforme rojo, el segundo.
