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La vieja Romareda se despide con las mejores cifras de asistencia de Segunda
Es el estadio que más espectadores atrajo en la categoría, con una media de 22.535. Supone un incremento del 21% respecto al curso 22-23.
La recién finalizada temporada 2023-24 marcará un antes y un después en el zaragocismo. Los aficionados se han despedido para siempre de su vieja Romareda, y lo han hecho por todo lo alto. Demostrando, a pesar de todo, su eterna fidelidad. Apoyando al equipo con una cifra de asistencia media al estadio (22.535 espectadores) que, según la información facilitada por 2Playbook, plataforma especializada en la industria del deporte, supera en un 21% a la de la campaña pasada.
La Romareda ha liderado la lista de feudos de Segunda División. Tan solo el Stage Front Stadium del Espanyol, con una media de 20.100, y El Molinón del Sporting de Gijón, con 19.500, se acercan a los datos del municipal zaragozano, que pronto iniciará su profunda remodelación.
En el ‘top 10’ de clubes con mejor asistencia también se sitúan otros históricos del fútbol español como el Real Oviedo (17.974), el campeón Valladolid (17.800), el Racing de Santander (15.804), el Elche (15.695), el Tenerife (15.205), el Levante (14.226) o el Albacete (10.601). Por contra, equipos con menos recorrido y masa social como el Amorebieta o el Andorra se quedaron en alrededor de 1.300 y 2.000 personas, respectivamente.
Ambos, vascos y andorranos, acabaron perdiendo la categoría. El curso que viene no visitarán La Romareda, una instalación que se encontrará en plenas obras y sin el mítico Gol Sur, grada que será derribada en el mes de julio, tras el concierto de Enrique Bunbury, obligando al Real Zaragoza a replantear su campaña de abonados, a la espera de las decisiones que adopte el nuevo director general, Fernando López.
Evidentemente, el próximo año no se alcanzará, ni de lejos, esa cifra récord de 28.882 socios del verano-otoño pasado. Un dato que ha contribuido, de manera notable, a que La Romareda haya reinado en la categoría de plata, ese hábitat que enjaula al león rampante -al zaragocismo en general- desde hace 12 años.
La gente se ilusionó con el mercado; se creyó participe de algo grande tras las cinco primeras victorias consecutivas; y después hizo un ejercicio de paciencia -otro más- cuando las cosas se torcieron y apenas quedó el aliciente de confirmar la salvación, que no llegó hasta la penúltima jornada.
Fidelidad hasta el final
El último gran llenazo de La Romareda, tal y como la conocemos, se vio en el estreno de Víctor Fernández en el banquillo. El 18 de marzo,ante cerca de 29.500seguidores que, por aquel entonces, no imaginaban lo que acabarían sufriendo enuna recta final de liga que se hizo interminable.
El municipal no vivía algo así desde el ‘play off’ disputado contra el Numancia en junio de 2018, cuando 29.959 aficionados presenciaron una de las grandes decepciones del Real Zaragoza reciente. Este año, tras ese encuentro del redebut de Víctor frente al Espanyol, los mejores registros se dieron en los enfrentamientos ante la SD Huesca (28.667), el Racing de Santander (27.208), el Mirandés (26.127) y el Eldense (26.011).
Estos partidos representan el pico, pero, si por algo se caracteriza la afición del Real Zaragoza es por su regularidad. A lo largo de esta campaña 23-24, La Romareda apenas ha bajado de los 20.000 espectadores. Ni siquiera en el crudo invierno o cuando el juego del equipo se hizo más difícil de digerir. Los zaragocistas siempre han estado ahí. Hasta el final. Hasta ese duelo del pasado domingo que, con las emociones a flor de piel, la instalación despidió su actual aforo.
Se espera que el nuevo estadio esté listo para finales de 2027 o comienzos de 2028. Tendrá un diseño muy particular, modelado por el cierzo, y una capacidad para 43.000 espectadores que está pensada para un Real Zaragoza de Primera.
