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Iván Azón repite su propia historia en el Real Zaragoza

El delantero aragonés, con cinco goles, culminará otro curso notable pese a los constantes contratiempos sufridos.

Fotos | Partido Racing de Santander-Real Zaragoza, jornada 41 de Segunda División
Fotos | Partido Racing de Santander-Real Zaragoza, jornada 41 de Segunda División
Carlos Gil-Roig

Iván Azón no es el mejor futbolista del Real Zaragoza. Tampoco es el más rápido, el más ágil ni el que más goles marca. Sin embargo, algo tiene este chico de sonrisa fácil y mirada alegre que, año tras año, repite sistemáticamente su propia historia. La de empezar la temporada sin la titularidad asegurada para sobreponerse a la competencia y las lesiones y terminar como un hombre importante en los esquemas de cualquier entrenador. Este inesperado y decepcionante final de curso 2023-24 en Segunda División tampoco ha sido una excepción.

Un año más, Azón se ha ganado con su inconfundible fútbol un hueco en el once de un equipo con sonrojantes problemas ofensivos. Porque la campaña que finaliza este domingo en La Romareda no ha sido fácil para el Real Zaragoza en términos generales, pero tampoco a nivel individual para el joven y bravo punta aragonés, que suma cinco tantos a falta de una jornada para el final del campeonato.

No son muchos cinco goles para un delantero, eso es verdad. Pero siempre serán cinco más que Sinan Bakis, el fichaje estrella del pasado verano que, salvo sorpresa, finalizará la temporada con la friolera de cero dianas.

El que sí marca es Azón, cuyo último tanto llegó este domingo pasado en Santander. A orillas de El Sardinero, Azón achicó rápidamente las primeras fugas de agua con el tempranero 0-1 en el minuto 3. Ese gol despejó el horizonte aragonés y encarriló una salvación matemática que terminó de certificar su compañero Sergi Enrich en el 90.

«Sabíamos dónde veníamos, ellos se estaban jugando quedarse en el ‘play off’, pero nosotros nos jugábamos mucho más. Estamos contentos por certificar que nos quedamos en esta división (Segunda) y vamos a trabajar para devolver al club al lugar que se merece», valoró nada más acabar el encuentro contra el Racing.

Víctor Fernández fue el primero en abrazarse con Azón nada más concluir el partido. El delantero había sido sustituido por Cuenca pocos minutos antes de que Enrich hiciera la sentencia, por lo que vivió el desenlace junto a un técnico que, hace no demasiado, le lanzó un importante y significativo mensaje público.

«No puede estar tanto rato en el suelo, un delantero tiene que vivir en pie», afirmó Víctor, que nada más hacerse cargo del equipo dijo estar «asustado» por la persona que se encontró tras el futbolista Iván Azón. «Lo vi como un chico muy noqueado», llegó a decir el entrenador, que desde su llegada al banquillo de La Romareda vio en el canterano un importante activo como «revulsivo».

La fe como forma de vida

Bastan unos pocos partidos para comprobar cuáles son las principales virtudes y defectos en el fútbol de Azón. El canterano, que difícilmente da un balón por perdido, se caracteriza por ser un incordio para cualquier defensa rival. Pero, además, sabe aprovechar bien su condición física para hacerse fuerte en el cuerpo a cuerpo.

Gracias a esta virtud, por ejemplo, llegó su anterior tanto, el que significó el 1-1 contra el Elche. Aquel día, en un balón que parecía perdido, Azón tiró de fe para recuperar una pelota que terminaría enviando con violencia al fondo de la red.

Esta, ese incuestionable espíritu de lucha que se le debería presuponer a cualquier futbolista, no es una cuestión baladí en la figura de Iván Azón. Un jugador que ha sido capaz de exprimir los aspectos más positivos de su juego para alcanzar y mantenerse en el fútbol profesional.

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