fútbol

Real Zaragoza, últimos cinco días de mercado

El viernes 1 de septiembre a las 0.00 de la noche se cerrará el plazo estival de fichajes

Cordero y Sanllehí, en la estadía en Pinatar.
Cordero y Sanllehí, en la estadía en Pinatar.
Pascu Méndez/LOF

Llega la hora de la verdad en el mercado estival de fichajes. También, simultáneamente, será la hora del descanso para directores deportivos, entrenadores y esas decenas de futbolistas que tienen su presente y futuro inmediato aún en el aire. Dentro de cinco días se cierra el periodo de transacciones y todo el mundo respirará aliviado. Será en la medianoche (0.00) del viernes 1 de septiembre, en puertas de la jornada 4 de liga.

El Real Zaragoza llega con mucha calma a estos cinco últimos días de ventanillas abiertas. Juan Carlos Cordero, el director deportivo que debuta este año con un proyecto propio en la plaza, ha remodelado de forma intensiva la plantilla en tres meses de arduo trabajo. Ha traído 10 caras nuevas: Aguado, Maikel Mesa, Lecoeuche, Bakis, Moya, Sergi Enrich, Poussin, Valera, Mouriño, Manu Vallejo; y ha repetido una cesión, Mollejo. Y, a la par, ha despejado el vestuario de futbolistas con los que consideró no contar en su guion de la metamorfosis.

Así han ido saliendo en este tiempo, con diferentes matices en su vínculo con el club, Zapater, Simeone, Ratón, Larrazabal, Fuentes, Vigaray, Quinteros, Eugeni, Puche y Molina, además de los retornados de cesión Ángel López, Sabin Merino, Baselga e Igbekeme. Un total de 14 operaciones de dentro afuera. Cordero, ante el tamaño descomunal de su tarea, cubrió los tiempos con fidelidad, empezando muy pronto a dar bajas y a cerrar contrataciones. El entrenador, Fran Escribá, pudo llevar a cabo la pretemporada con el 75 por cien de la estructura conformada. Una buena cifra en los tiempos del fútbol moderno, tan dados al vértigo del final de agosto y a abordar el inicio de la liga (contra natura) en las primeras tres jornadas con un alto grado de improvisación y precariedad.

Esta vez, aquí, no ha sido el caso. Y este aspecto es una clave para entender el motivo de tan buen inicio de torneo. Cordero, no obstante, aún espera que las próximas 96 horas tengan electricidad de alto voltaje en las oficinas del club y se llegue al 1 de septiembre con algo importante por hacer. Al menos, está prevenido para ello.

El director deportivo ha estado en Tenerife este fin de semana. Fue su casa antes de venir en enero a Zaragoza. Desde allí trabajó viernes, sábado y parte de ayer, domingo. De hecho, no volvió con la expedición. Su ruta era otra.

Cordero define claramente el presente, a día de hoy, lunes 28 de agosto: la plantilla, tal y como está ahora, podría quedar cerrada en cinco fechas sin problemas. Pero no está seguro de que sea así.

A él, de sus pautas de trabajo diseñadas en junio, le falta Bebé. Repetir su cesión desde el Rayo es un sueño que requiere esperar a última hora. Lo ha advertido hace tiempo, sin citar pieza. El extremo sería la guinda que falta para la izquierda del ataque, un futbolista diferencial de rendimiento inmediato, un tipo carismático.

Y, en especial, Cordero se teme alguna propuesta de última hora para que alguno de los jugadores asentados de años anteriores, casos de Francés, Bermejo o Grau, puedan salir hacia otros equipos.

El ejecutivo zaragocista subrayó ayer en el hotel tinerfeño que, a esa hora, no existía ninguna oferta oficial y firme en este sentido, por nadie. Y que el deseo, en términos deportivos, es que no la haya. Pero dejó la puerta abierta a que este requiebro por parte de algunos agentes se acabe dando. Y, por si acaso, tiene planes activados para suplir cualquier baja de última hora. Lo mismo que no renunciará a cualquier chollo que pueda surgir ‘in extremis’.

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